Después que las Farc se tomaron más de un mes entre diciembre de 2014 y enero de 2015, para hacer un pleno ampliado u otra conferencia guerrillera en La Habana, sin la zozobra de la guerra en Colombia y con complicidad de la dictadura cubana; los negociadores del gobierno se sentaron por vez número 32 a escuchar, asentir y luego hacer eco de las ya prolongadas imposiciones unilaterales de los terroristas.
Durante la ronda 32, a la que llegaron más convidados de piedra enviados por Santos a Cuba, incluidos algunos militares de alta graduación, las Farc volvieron a manipular el tema de las víctimas, afianzaron más la estulticia de Santos ansioso de obtener el Premio Nobel de Paz a costa de lo que sea, y de remate atendieron a sus socios del alma, aquellos personajes siniestros que les sirven de multiplicadores en todo lo que los terroristas publican en sus páginas web clandestinas. Lo peor, es que nadie se detiene a analizar esas claras coincidencias de pensamientos y acciones con las Farc, de quienes se auto califican observadores, mediadores, facilitadores, etc..., que sin ruborizarse resongan que el gobierno debe tratar de igual a igual, al hampa fariana. Como en Macondo...
Mientras tanto aquí en Colombia, Antanas Mockus de quien el escritor Antonio Caballero asegura, que es un payaso politiquero con cualidades de politiquero payaso, y otros comparan con un gaznápiro con suerte igual al comediante británico Mr. Beam; peló el cobre y dejó al descubierto que su voluntarioso aporte a la paz, se derivaría de que recibió no frascos sino hectolitros de mermelada, para potenciar una de las consuetudinarias payasadas mockusianas, esta vez denominada marcha en apoyo de la paz, financiada por el gobierno de Juanpa.
En otra orilla del mismo entramado, todo parecería indicar que en el exterior, el embajador colombiano en Washington movió todos los contactos posibles para que a Santos, le entreguen un premio internacional en octubre de 2015, en el mismo mes que habrá elecciones en Colombia incluida la payasada mockusiana de refrendarle su paz (no la que le conviene a Colombia) en la que obviamente las cuadrillas de las Farc llevarán miles de campesinos a las urnas a “apoyar la paz”.
Entonces Juanma, que busca visita del Papa Francisco I para que bendiga su egolatría, llegará por la misma fecha al foro anual de la ONU en New York, como el artífice de la paz, el atleta de la paz, así las Farc le sigan "pagando conejo". Obvio, este es el paso anterior para buscar, como lo vienen haciendo hace rato los diplomáticos colombianos acreditados en muchos países, que Noruega (nombrada de país garante) apoye para que Suecia incida en la decisión del Nobel de Paz 2015 para Santos, De La Calle y los demás mudos manipulados por las Farc.
Si las Farc escurren el bulto después, como es el curso de acción de más probable adopción del grupo terrorista, ya no importaría para Santos y su cohorte servil, pues ya serían Premio Nobel de Paz. Santos habría logrado su segundo objetivo personal después de la inmerecida reelección presidencial, y de allí enfilaría todas las baterías para buscar ser el Secretario General de la ONU, como en los dos casos anteriores con gastos pagos por el erario colombiano. Ni mas faltaba que su majestad el rey Juanma I, financiara eso de su bolsillo. Sería una afrenta a tan encumbrado personaje.
Y como en los cuentos de hadas, todos felices comen perdices, mientras el pueblo colombiano asediado por el narcoterrorismo comunista, la corrupción política y la miopía de sus dirigentes, seguirá comiendo lombrices.
Por su parte las Farc manejan al dedillo su maquiavélico plan estratégico, aprovechan las fisuras del establecimiento que en lugar de combatirlos de manera integral, cayó en la trampa comunista. Prueba de ello es que al finalizar, el paseo número 32 por los tres tercios de la plaza de toros, el matador Iván Márquez clavó la nueva estocada a los mudos de Santos. Esta vez salió con una nueva baladronada, que de paso tuvo dos respuestas similares, tan estúpidas como apátridas e inconcebibles, por parte de Santos y De La Calle.
Empeñados por conseguir el Premio Nóbel de Paz, pues es obvio que el lenguaraz exministro De La Calle, también anda embelesado con ese sueño para él y para sus mudos acompañantes; ambos personajes, cargados de ego farandulero, respondieron a la audaz salida de las Farc, con una imbecilidad que de seguro, será explotada con creces más adelante por los terroristas, a favor de su plan estratégico.
Sin ruborizarse ni medir la gravedad de su respuesta, Santos y De La Calle contestaron que los bandidos de las Farc, deben reclutar a mayores de 18 años. ¿Cinismo? ¿Estupidez funcional? ¿Estupidez genética? ¿Politiquería barata?, o lo que es peor, ¿genuino deseo de legitimar a las Farc como Estado paralelo?... Lo grave del asunto, es que los colombianos nos preciamos de subvalorar al vecino Maduro o maburro como se le conoce el lenguaje coloquial, debido a las sandeces que dice, verbigarcia los “liceos” y las “liceas”, pero no nos damos cuenta, que si por allá llueve, por aquí no escampa.
Pero claro, que más se puede esperar de un presidente que subió a ese cargo apoyado en los cadáveres policías, militares y guerrilleros con el cuento que derrotaría a las Farc; que mintió a más de nueve millones de electores, que luego se inventó la ridiculez de disfrazar al hijo de soldado, eso sí, sin enviarlo a zonas de combate, a cumplir su deber militar.
Que después tuvo el cinismo en televisión, de preguntar a una madre si enviaría un hijo a la guerra, que luego toleró que la Fiscalía allanara la sede de inteligencia técnica del Ejército y pusiera en la picota pública a la institución militar, pero de paso se le olvidó, que esa inteligencia técnica fue la que le ayudó a sacar pecho sin ningún mérito verificable, cuando se produjeron los golpes duros contra las Farc, que hasta le permitieron fanfarronear con un libro titulado Jaque al Terror… Que luego se le ocurrió la ligereza de proponer a los bandidos de las Farc y el Eln como policías rurales.... Y mucho más.
Sería muy positivo, que el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, los altos mandos militares, la riada de constitucionalistas sabihondos, los periodistas de opinión que saben de lo divino y lo humano en Colombia, y los sesudos columnistas estrategas de escritorio que pululan en las redes y medios de comunicación, hagan un breve alto en el camino, para explicar a Santos y a De La Calle, que el abierto deseo del Premio Nóbel de Paz que inmerecidamente buscan ellos dos y sus mudos acompañantes, no puede justificar que un grupo traficante de coca, terrorista, enemigo del pueblo colombiano y criminal al extremo, reciba tratamiento de Estado paralelo, y fuera de eso, que el propio presidente de la república y su “lengüliargo”delegado en La Habana, les legitimen que pueden reclutar personas mayores de 18 años, para convertirlas en terroristas.
A estas horas, ya los terroristas de las Farc deben estar celebrando al lado de los dictadores cubanos, con baile guitarra y canción tanta estulticia de la contraparte.
Señores Santos y De La Calle, si ustedes no lo sabían, es preciso decirles que los bandidos de las Farc no pueden ni deben reclutar personas de ninguna edad, ni menores, ni mayores de 18 años. Por lo menos conecten la lengua con el cerebro cuando vayan a buscar publicidad para su inmerecido premio Nobel de Paz.
Por ende, parafraseamos al propio Santos para decirle algo que en medio de su infinita egolatría expresó alguna vez a las Farc:
No nos crea tan pendejos…
En conclusión, la ronda 32 de imposiciones unilaterales de las Farc, sacó a relucir mas estratagemas de los terroristas y dejó más al descubierto, el afán egocéntrico de Santos y De La Calle por llegar a Estocolmo como los artífices de la paz… ¡Tristeza y vergüenza!
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos