Consejo comunitario del peresidente Uribe en Elizabeth-New Jersey
Previo al consuetudinario cotarro político preelectoral, el tema de la reelección presidencial, defendido y atacado, odiado y amado, pero nunca ignorado, hace que los pocos árboles dejen ver el bosque. Por esa sencilla razón temas fundamentales, como la reconciliación nacional, la reconstrucción del tejido social y la renovación de ideas políticas, quedan en el tintero y pasan desapercibidas.
Pesa mas la forma que el fondo. Hay mas preocupación por impedir la reelección que por definir asuntos esenciales de la vida nacional. Para la muestra un botón. Hemos tenido la ocasión de asistir al consejo comunitario celebrado por el presidente Uribe en Elizabeth New Jersey, evento centrado en los temas de la inmigración, el tratado de libre comercio y la protección social.
Por un lado el presidente Uribe lució experimentado, ágil inteligente e intuitivo para manejar las masas. Sus respuestas cortas y concretas, resolvieron inquietudes y generaron ideas para que la desorganizada comunidad colombiana residente en el exterior, inicie un proceso sólido de estructuración e identidad, actividad que ya debieran estar haciendo los ineficientes consulados colombianos a lo largo y ancho del mundo, pero que en realidad todavía está en pañales.
Por otro lado fueron muy pobres y descoordinadas las ponencias de los interlocutores, pues en todos los casos primó la intencionalidad egoísta de figurar o hacerse notar para que los demás asistentes supieran quien era el breve expositor.
Total, el consejo comunitario en New Jersey, se convirtió en una posibilidad precisa, para que el presidente Uribe ganara mas adeptos y obtuviera mayor respaldo en el proceso electoral venidero, pues no había ni interlocutores válidos ni propuestas concisas. Que lejos estamos de la organización y el orden para hacer política.
Brilló por la altisonancia la actitud de un chabacán de apellido Galán, que obró como jefe de prensa o moderador del evento. La descortesía y el tono autosuficiente con que este reportero de prensa, hoy convertido jefe de comunicaciones del Palacio de Nariño, dirigió la palabra tanto al señor presidente como a los asistentes, sumados a algunos comentarios despectivos, indican que ya es hora que el primer mandatario corte el chorro y ponga a ese ejemplar en su lugar.
Desluce que un subalterno, desconocido en ejecutorias políticas trascendentales, trate de tu a tu a la primera autoridad y hasta se iguale a él, en un escenario internacional, frente a una comunidad que aprecia y admira al doctor Álvaro Uribe como el Señor Presidente de Colombia y no como presidente a secas y en tono descortés como lo hace este pintoresco periodista.
Los sentimientos de la diáspora colombiana frente al futuro nacional son variados, pero lo mas claro es que hay una corriente de pensamiento favorable que respalda las ejecutorias del singular presidente de la república, que de manera constante visita todos los rincones de la patria y ha tenido el gesto de viajar al norte de los Estados Unidos a compartir algunas ideas con los compatriotas en el exilio, recordados solo para que envíen dinero al país y a la vez olvidados a su suerte en un país extraño ajeno a sus rasgos culturales.
Las sentidas quejas de los asistentes contra la ineficiente actividad de los funcionarios consulares y diplomáticas, parecieron resbalar en el embajador y los cónsules allí presentes. Por su parte la señora ministra de Relaciones Exteriores, lució parca y en ocasiones distraída. En consecuencia, el acto político esperado por muchos, resarció la idea que el señor Álvaro Uribe es demasiado director de orquesta, frente a los músicos que componen el grupo.
Pero además se evidenció la actitud clientelista y oportunista de los senadores Moreno de Caro y Pirquive Moreno, quienes aprovecharon el momento para darse ínfulas y aparentar que están dedicados a trabajar por los colombianos en el exterior. Quizás García Márquez hubiera encontrado argumentos suficientes para escribir un cuento o un ensayo, a partir de este acto, en el que hasta tejas para una escuela rural le pidió un asistente, al primer mandatario.
La suerte está echada, pero lo mas grave es que Colombia no ha evolucionado. Siete millones de compatriotas residentes en el exterior, marchan acéfalos. No hay una sola organización política, social o económica que los articule. Hay oportunistas que se autoproclaman representantes de estas gentes, cuya gran mayoría trabaja hasta 18 horas diarias, produce dinero para aliviar la triste situación interna del país, coadyuva a sostener los familiares y a diario padece la nostalgia de estar lejos de sus tierras y de los suyos.
Mientras tanto la reconstrucción nacional, la reconciliación y la renovación de las ideas políticas, siguen en el limbo, pues el tema de la reelección, con tirios y troyanos abordo, impide que se formulen estrategias concretas para iniciar a gobernar a Colombia de manera sostenida. Lo sucedido en este consejo comunitario es prueba fehaciente, que estamos muy lejos de la orilla que nos permita salir del subdesarrollo.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de Asuntos Estratégicos
New York, USA.
El coronel Luis Alberto Villamarín es analista de asuntos estratégicos especialista en temas de defensa nacional, contraterrorismo, geopolítica, estrategia e historia colombiana, en torno a los cuales ha publicado cerca de 30 libros y mil artículos que son referentes para elaboración de tesis y trabajos académicos en universidades de diversas partes del mundo para pregrados, postgrados y doctorados. Para leer los escritos del coronel Villamarín, haga click aquí.
