Historia de la cuadrilla Carlos Alirio Buitrago del Eln

Publicado: 2007-08-18   Clicks: 7833

     Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
     Escritor-estratega
     Publicado el 18 de Agosto 2007 5:20 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia
     http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/08/Historia-de-la-cuadrilla-Carlo.php
 

 

      En todos los escenarios académicos, políticos o militares que se analiza el complejo conflicto colombiano, es reiterativa la pregunta:

      -Cuál es la razón para que hasta la fecha haya sido imposible eliminar la guerrilla en Colombia?-

     Para responder este interrogante es necesario abordar varios asuntos. Un somero resumen histórico de la cuadrilla Carlos Alirio Buitrago del Eln, podría ser un referente para despejar la incógnita o parte de ella, a partir de los orígenes de la subversión comunista, sumados a su crecimiento cuantitativo y cualitativo, así como a la total responsabilidad frente a tal hecho, por parte de la dirigencia política que ha gobernado a Colombia durante el último siglo.

      Entre junio y septiembre de 1973, tropas del Comando Operativo No. 10 comandadas por el entonces coronel Hernán Hurtado Vallejo demolieron los reductos armados del primer Eln, durante la renombrada Operación Anorí que condujo a la baja en combate de los principales cabecillas entre ellos los hermanos Manuel y Antonio Vásquez Castaño, dos de los fundadores del grupo terrorista. Pero producto de la politiquería del entonces presidente Alfonso López Michelsen, los escasos sobrevivientes del Eln salieron de un cerco táctico en el sur de Bolívar, se reabastecieron con el apoyo de la dictadura cubana y la extorsión a la petrolera Manessman en Arauca y reorganizaron las estructuras clandestinas, hasta llegar hoy a constituir una grave agresión contra la institucionalidad y la vigencia del sistema republicano.

     Entre las redes de apoyo de aquel Eln, que no fueron procesadas judicialmente, quedó la familia Castaño Idárraga asentada en el área rural de Segovia Antioquia. Y entre los remanentes urbanos quedó el sacerdote católico Bernardo López Arroyave, quien activó una célula clandestina con varios seminaristas, otros clérigos y unas religiosas que laboraban en una institución educativa en Barrancabermeja, incluida una monja española identificada con los alias de Pilar o Casilda, a la sazón concubina del cura español Manuel Pérez Martínez.

      Sin arredrarse por la contundente derrota en Anorí, la dirección nacional provisional del Eln reactivó el proceso subversivo en Antioquia. Para el efecto la familia Castaño Idárraga fue trasladada hacia la vereda Santa Rita del Corregimiento Las Mercedes de Puerto Triunfo. Al mismo tiempo fue enviada a esa zona, la familia Ciro Londoño, procedente del suroeste antioqueño, la cual había sido reclutada por el sacerdote católico Manuel Gaviria alias Omar.

    Días después el padre Bernardo López inició a “nuclear” en Santa Rita a potenciales guerrilleros, primero vinculados a comités de todo tipo de actividades sociales, culturales y políticas. Desde los sermones iniciales, López Arroyave transmitió a los campesinos el concepto del “verdadero” Jesús. Según su obsesivo criterio, Jesús fue un guerrillero, luchador, combatiente, contrario a las injusticias sociales y las desigualdades socioeconómicas.

     Aquellos revolucionarios conceptos alrededor de la fe cristiana basada en la Teología de la Liberación, se diseminaron por las veredas de San Luis, Cocorná, San Carlos y Puerto Triunfo, y mediante ellos se incorporaron al Eln varias familias en el Corregimiento Samaná y la vereda La Independencia de San Luis, verbigracia, las familias Buitrago Ramírez, Gómez Copeña, Mazo Martínez, González Monsalve y otras, que encabezadas por Ricardo castaño Idárraga alias Gerardo, de inmediato fueron enviadas a recibir entrenamiento militar en la Serranía de San Lucas y regresaron a Santa Rita, como miembros de comunidades eclesiales de base, con la tarea concreta de construir un movimiento ilegal político-religioso-armado en la zona.

     Entretanto las redes urbanas del Eln en Medellín enviaron como ideóloga del naciente grupo a la monja y socióloga de la Universidad Bolivariana, Patricia Gaviria alias Viviana, para “educar” las bases guerrilleras en los criterios de sanidad en campaña, doctrina del Eln y organización celular.

       Por aquella época, grupos de sicarios financiados por  algunos ganaderos del Magdalena Medio Antioqueño y el cartel de Medellín habían iniciado a asesinar a las células de apoyo de la novena cuadrilla de las Farc que delinquía en la misma zona desde hacía casi una década. Por esta razón la presencia de la nueva estructura clandestina del Eln, dio pie para el incremento de la violencia y las obvias masacres anticomunistas, en respuesta a las atrocidades cometidas por la guerrilla en la región.

      El 17 de septiembre de 1982, pistoleros al servicio del cartel de Medellín asesinaron a sangre fría a los hermanos Carlos y Alirio Buitrago, Marcos Marín y otros dos jóvenes miembros de la congregación religiosa subversiva dirigida por el sacerdote Bernardo López Arroyave.

     Dicha masacre marcó el inicio de una prolongada etapa de violencia y terrorismo en el suroriente antioqueño, incluida la zozobra vivida durante casi dos décadas por los viajeros en la autopista Medellín-Bogotá, así como la literal estigmatización de poblados violentos que padecen San Carlos, San Luis, San Francisco, Cocorná y Granada en Antioquia, donde confluyen elementos geoestratégicos y geopolíticos de primer orden para la economía nacional como son el aeropuerto José María Córdova, la autopista Medellín-Bogotá, las hidroeléctricas de Punchiná, Calderas y la Holanda, así como el empalme del oriente antioqueño con el Magdalena Medio.

     Dirigidos por los “palmeros” del frente noroccidental de guerra asentado en Medellín, las familias Buitrago Ramírez y Castaño Idárraga, desarrollaron la estrategia diseñada por el sacerdote López, hasta constituirse en la zozobra del suroriente antioqueño y a la vez justificar a los finqueros para que financiaran grupos de justicia privada, mediante barbaridades que fueron iguales o peores a las cometidas por los “elenos” en la zona, cuyos cabecillas entrenados en Cuba hicieron contactos con delincuentes internacionales incluida la pintoresca pareja de esposos alemanes de apellido Mauss, dedicada a negociar secuestros.

     Poco tiempo después Bernardo López fue asesinado por las autodefensas ilegales en Sucre, los “Buitragos” asesinaron alcaldes, concejales y finqueros, atentaron contra las hidroeléctricas y cementeras, secuestraron comerciantes o ganaderos y humildes campesinos, se impusieron por la fuerza del terror sobre la autopista Medellín-Bogotá, reclutaron cientos de integrantes de las milicias populares rurales, e incrementaron el número de combatientes hasta 400 efectivos, es decir hasta llegar a ser la estructura armada mas fuerte de todo el Eln.

     A comienzos del nuevo siglo, tropas de la Cuarta Brigada condujeron una intensa ofensiva contra esta cuadrilla, hasta desvertebrarla, reducir sus efectivos a menos de la mitad, capturar a algunos cabecillas y lograr la desmovilización de otros.

     No obstante, este grupo sigue siendo fuerte con asentamientos clandestinos en los sindicatos oficiales del departamento de Antioquia, las universidades y las juntas de acción comunal, imbuidos por la teología de la liberación mediante propaganda realizada por los integrantes de las comunidades eclesiales de base, las milicias populares, y las bases revolucionarias de masas, además de las ingentes sumas de dinero recibidas por concepto de secuestros, lavado de activos y tráfico de estupefacientes.

    Igual que sucede frente al problema de las Farc, ni el Estado colombiano ni la sociedad en general tienen claro el concepto de que es el Eln y cuales son los fines que pretenden, mucho menos cuales son los procedimientos internos que garantizan su supervivencia.

     En los libros El Eln por dentro, Cóndor en el Aire, La Selva Roja, El cartel de las Farc, Drama, Pesadilla y Espectáculo; En el Infierno y Cesó la Horrible Noche, abundan mas explicaciones con información puntual acerca de la fenomenología interna de las cuadrillas guerrilleras.

     Dado el complejo entramado clandestino, los nexos con personas claves en el entorno socio-económico y la militancia subrepticia de células sin identificar, no se ha podido derrotar militarmente la guerrilla. No es por que su discurso tenga un contenido político o de cambio social a favor de las clases menos favorecidas como pretenden hacer creer sus propagandistas.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

New York City

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