La razón de la barbarie de las Auc

Publicado: 2007-09-04   Clicks: 2335

 

Por Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Escritor-estratega

Publicado  el 4 de Septiembre 2007 9:35 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia

http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/09/La-razn-de-la-barbarie-de-las-.php

 

     Es usual que cuando alguien critica o cuestiona a los guerrilleros de las Farc o del Eln por la comisión de actos de barbarie, abunden truenos y centellas en su contra, cargados con el consabido y trillado argumento que se trata de un “paramilitar”. En realidad el asunto tiene mayor profundidad y muy poco análisis, producto del inmediatismo y la falta de investigación en torno al complejo conflicto colombiano.

     Son varias las razones que pudieran explicar los orígenes sicológicos y sociológicos de la monstruosa criminalidad y la sevicia con que los “paramilitares” agraden a sus enemigos o sus víctimas.

     Antes de esbozar las razones del macabro fenómeno, es importante determinar y puntualizar quienes integran las Auc. Como es sabido, gran parte de los cabecillas son narcotraficantes o “señores de la guerra” interesados en conservar enormes cantidades de tierra improductiva, dominar regiones enteras a su arbitrio e influir en la política local, regional y nacional, en aras de conservar un estatus político, social y económico, sin importar ni los daños que se causen a la población afectada, ni los métodos sanguinarios utilizados para imponer la ley del mas fuerte o la ley del revólver.

     Otros cabecillas son ganaderos, industriales o comerciantes que durante años fueron víctimas de las atrocidades de la guerrilla comunista, que inmersos en la dinámica de la guerra interna, buscaron vengarse de los guerrilleros, pero quizás sin proponérselo, ingresaron al mundo del narcotráfico y se empeñaron en una guerra contra las Farc en pos de lograr el control geopolítico total de las zonas cocaleras, el tráfico de la pasta y los insumos.

      Por su parte, los patrulleros de las Auc, son una mezcla humana definida. El 70% está integrado por exguerrilleros de las Farc, el Eln o el Epl. El 30% restante, está compuesto por exintegrantes de la Fuerza Pública por regla general dados de baja por mala conducta, y algunos campesinos enrolados a las Auc para vengar las muertes de familiares perpetradas por las guerrillas. Esto indica que mas del 95% de los patrulleros son personas con inclinación al delito y con antecedentes penales en otro tipo de conductas atípicas, que de contera están en las Auc por la paga.

     En ese orden de ideas, la primer razón para entender la magnitud de la barbarie “paramilitar”, es que al ser perseguidos por la Fuerza Pública y por las guerrillas, los patrulleros de las Auc, recurren al sanguinario criterio de desaparecer del mapa al adversario, pues desde esa óptica liquidan cualquier enemigo actual o potencial, sumado a que el ideario terrorista de la violencia marxista-leninista incubado en las agrupaciones delictivas que antes integraban (Farc, Eln, Epl), hace metástasis en el momento de luchar contra antiguos compañeros.

     Por esta razón, no es descabellado afirmar, que el partido comunista colombiano, gestor del nacimiento y crecimiento de todos los grupos guerrilleros colombianos, tiene una elevada cuota de responsabilidad en la ideologización de la violencia y en el desmesurado crecimiento de las Auc, máxime desde 1982, cuando el comité central dio la larga al secretariado de las Farc para que ese grupo terrorista se financiara con el narcotráfico.

     La segunda razón, proviene de la forma de hacer política en Colombia. Desde el nacimiento como república independiente, las diversas facciones políticas han estimulado o padecido los efectos de los crímenes políticos a nivel nacional, regional o local. Prueba de ello son los magnicidios de Sucre, Uribe, Gaitán, Galán, Álvaro Gómez y los atentados contra Bolívar, Rafael Reyes, Uribe Vélez, etc.

      En tercer lugar, desde la mas tierna edad, los colombianos de todos los estratos  escuchan a los adultos de la familia quejarse del “mal gobierno”, de la corrupción, de las oscuras componendas entre los dirigentes políticos, etc. En ese sentido, todo gobierno siempre será malo, y cada persona en particular sueña con ser el caudillo que cambie el curso de la historia. Eso explica las cíclicas apariciones de líderes centristas de todas las vertientes ideológicas.

     La tercera razón es porque en las zonas rurales perviven los recuerdos de las guerras civiles y de los “héroes” locales que mediante argucias eludieron la persecución de las tropas o eliminaron a sus adversarios políticos. Son leyendas que se transmiten de generación en generación, sin que hayan alternativas, pues la monotonía, la pobreza, las limitaciones y la cercanía con el alcohol o la violencia intrafamiliar, son elementos estimulantes, para que haya caldo de cultivo a la violencia.

    La cuarta razón está relacionada con la inoperancia del sistema judicial, sea por corrupción o por incapacidad física para evacuar procesos y hacer cumplir la ley, lo que genera la posibilidad de hacer la “ley por la propia mano”, al mismo tiempo que el estado centralista, manejado por politiqueros miopes e inundado de corruptos, no percibe las consecuencias del desgobierno o la laxitud de la ley.

     La quinta razón es el culto a los bandidos como una tradición en sectores definidos de la sociedad colombiana. Basta con ver la admiración popular por Pablo Escobar, “Calzones”, los “traquetos” de la nueva ola, y en general porque todo aquel que porta un arma de manera ilegal, tiene su propio grupo y se hace “respetar” en su entorno.

     La sexta razón apunta a demostrar que la connivencia de algunos funcionarios públicos con los agentes generadores de violencia, fue fortaleciendo poco a poco la absurda idea que las Auc, eran necesarias para hacer un “trabajo sucio” muy propio de la guerrilla, que por razones éticas y jurídicas, no podían hacer los organismos de seguridad del Estado.

     Lo peor del asunto, es que los “paramilitares” se sintieron respaldados por la sociedad para exterminar la guerrilla y lo que oliera a izquierdista, a la vez que la sociedad colombiana, llegó a pensar que ese era, si no el camino, la forma primaria de ablandar la guerrilla, vista como un cáncer y como la culpable de todos los males del país. De paso, los politiqueros se lavaron las manos, e inclusive los responsables del caos estructural, verbigracia expresidentes, ex ministros y exgobernadores, en lugar de asumir su responsabilidad ante la historia, siguieron pontificando acerca de lo que se debería hacer. Una cosa depende de la otra, en un mortífero círculo vicioso.

     Como se puede inferir desde la gran responsabilidad de los comunistas que oxigenan la guerra con el argumento de la lucha de clases y la violencia como estímulo a la subversión, hasta los orígenes de la aculturación conductual de la sociedad colombiana, son factores determinantes que estructuran un enjambre de hechos que explican las razones de la reprochable barbarie de los “paramilitares” y la encrucijada de la guerra en el país.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

Reciba gratis noticias, articulos y entrevistas

* indicates required

Maintained and Created by: { lv10 }

LuisVillamarin.com, 2015©