Publicado en la Revista Semana de Bogotá Colombia el 30 de julio de 2010
La propaganda que en la actualidad hacen en el Foro de Sao Paulo y los demás cómplices del terrorismo internacional para desviar la atención acerca de los campamentos de las Farc en Venezuela, confirma que el Complot comunista contra Colombia sigue vivo, y que el "movimiento continental bolivariano" quiere ver a las Farc y sus socios sentados en el gobierno desde el Palacio de Nariño, e integrados al socialismo del siglo XXI en el hemisferio.
La irreverencia del embajador venezolano en la OEA y la argucia "comunistoide" de Maduro en Quito, ambos interesados en enmarañar el tema de los campamentos de las Farc prohijados por Chávez en Venezuela, corroboran que la agenda de Lula, Chávez, Correa, Evo, la Kirchner, Ortega y los demás amigos de las Farc, no ha variado frente a la posibilidad de instaurar un gobierno marxista-leninista en Colombia, o por lo menos proclive a ellos, como primer paso hacia el logro del objetivo final.
También confirman este par de hechos, que por un lado el gobierno colombiano se quedó corto para denunicar ante instancias internacionales competentes a los mandatarios de Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba y Nicaragua, por sus evidentes nexos con la Farc encontrados en los computadores de Reyes.
Y por el otro, que ni los medios de comunicación, ni la academia, ni la dirigencia política colombiana, mucho menos un amplio espectro de la población civil colombiana y latinoamericana, quieren entender que los complotados Lula, Castro y sus secuaces, no quieren ninguna paz para Colombia, sino legitimar las Farc y para eso utilizan entre otros a los mal llamados colombianos por la paz.
La audaz propuesta chavista de la paz para Colombia, similar a la de su pretendida reunión con Tirofijo en el Yarí en el año 2007, no es más que la reedición del siniestro intento de los comunistas latinoamericanos para buscar el estatus de beligerancia de las Farc, y a la vez, proyectar a los miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc que de manera descarada integran a Colombianos por la paz, como eventuales gobernantes del futuro, y, meter la cuña roja marxista leninista en el principal rincón geoestratégico de Latinoamérica.
Por ende, tanto el gobierno entrante de Santos como el saliente de Uribe deben seguir inmersos, en que las instancias internacionales fuercen a Venezuela a combatir a los terroristas, no a proponer planes de paz siniestros, manipulados y con los tradicionales cálculos engañosos de los marxistas-leninistas.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com