Con jueces y magistrados corruptos habrá narcoterrorismo comunista de las Farc para rato.

Publicado: 2011-02-21   Clicks: 4771

 

Análisis del conflicto colombiano

    Bajo el título Carrusel de Magistrados, la Revista Semana dio portada al artículo central de la publicación para el lapso 20-27 de febrero de 2011, con el fin de poner al descubierto, lo que parece ser una cueva de ratas contra el presupuesto público, por medio de favores personales y asqueantes componendas para pagos pensionales, mediante sucias manipulaciones de las leyes en el Consejo Superior de la Judicatura.

     De ser cierto como toda indica que pudiera ser, tanto los jueces como los magistrados que pudieron haber procedido de esa manera, no se diferencian en nada de los vulgares extorsionistas o timadores que están dentro y fuera de las cárceles. En ese sentido estos hampones de cuello blanco y en algunos casos de toga, deberían ir a los patios de los penales a acompañar a sus similares, que !oh paradoja!, juzgan y encarcelan por violar la ley. En Qac también hay tiempo para el humor diría el extinto Jaime Garzón.

    Llama la atención que en este caso no se pronuncien los camaradas de Asonal Judicial, ni el camarada Petro, ni la Farc, ni sus cómplices. Al respecto, ellos guardan silencio, porque saben que entre  más se presenten en Colombiaactos de inmoralidad contra el erario público, mas espacio encuentran los terroristas para engatusar incautos con la tesis guía del Partico Comunista y su brazo armado las Farc.

    Causa extrañeza que los medios de comunicación no armen el mismo escándalo de prensa que han desatado en otros casos, no solo de corrupción sino de otras fallas en la administración pública. ¿Acaso los delincuentes que al parecer  se infiltraron en el Consejo de la Judicatura, tienen corona que los exime de los juicios morales de la prensa y de la acción de la justicia como a los demás colombianos?

    Reiteramos que de ser cierto, el locuaz ministro Vargas Lleras y el propio presidente de la república están en mora de desactivar el Consejo de la Judicatura, como ambos lo han afirmado varias veces. No puede ser posible que en una alta corte donde se supone que todos los integrantes son el cúmulo de la virtud, haya naranjas podridas que deterioran el conjunto.

    Nadie puede explicarse que allí labore un magistrado, de quien se dice que cuando era funcionario público en el Departamento de Cundinamarca, pedía elevadas sumas de dinero a los contratistas, en una actuación similar a la que apunta a convertirse el escándalo Nule-administración distrital.

    Tampoco puede explicarse cómo se rumora, que un magistrado de la república pueda prestarse, para que a cambio del pago de un soborno cincuenta millones de pesos, un juez amigo suyo, se posesione como magistrado auxiliar y por obra y gracia de la trampa a la ley, del erario público colombiano que aportamos quienes pagamos impuestos, se cuadriplique el salario que se convertirá en su asignación pensional.

   Mucho menos, habría explicación para entender porque, un juez o un magistrado de la república proceden de esa manera tan aberrante y corrupta, lo cual infiere y es lógico deducir, que en el ejercicio regular de los cargos, ese par de funcionarios judiciales, son tan hampones o peor de delincuentes que a los bandidos que juzgan, sancionan y hasta encarcelan, en función de sus investiduras.

   En otro escenario del mismo problema y sus consecuencias directas, muchas veces escuché a los soldados comprometidos en operaciones de contraguerrillas, que preguntaban a los terroristas de las Farc y el Eln capturados o entregados, ¿porqué se ensañaban asesinando campesinos, policías o militares de origen humilde, y no volteaban las bocas de fuego contra las ratas que desangran el presupuesto nacional para su usufructo personal?... Casi siempre los bandidos respondían, que ellos cumplen órdenes de sus cabecillas, lo cual implica que los jefes de los bandidos también están inmersos en esa podredumbre y les conviene que esto suceda.

    Pero como Colombia es el país del Sagrado Corazón y de la amnesia política, aquí no pasa nada. Que una de las altas cortes, eso sin saberse como están las otras, esté permeada por la corrupción, debería ser un tema candente en la vida social y política nacional, en las universidades, en los medios de comunicación, etc. Y deberían rodar cabezas. Pero no. Nadie dice nada. Igual que Foncopluertos, Chambacú, la Licorera de Caldas, la contratación en Bogotá, las Empresas Municipales de Cali, Agro Ingreso Seguro, la reforma a la salud, Fondelibertad, etc, etc.

  Similar al tango Cambalache Siglo XX: los bandidos de apellidos rimbombantes inclusive,  roban a dos manos, prevarican, falsean documentos, urden componendas como la que al parecer pudo suceder en la Judicatura, mientras que los colombianos de a pie, pagamos impuestos para que estos delincuentes roben y las Farc continúan en su haber con la cantera humana, que les permite reclutar nuevos terroristas, para reciclar una guerra que se volvió tan crónica como el cinismo de los corruptos en todos los tres poderes públicos colombianos.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvilamarin.com

Analista de asuntos estratégicos.

Obras del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

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