Liberación de los secuestrados: victoria de la mente sobre la espada

Publicado: 2008-07-03   Clicks: 2470

 

Publicado en el Diario El Tiempo de Bogotá Colombia el 03 de julio de 2008
Reproducido en la página web del Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, en inglés y español.

 Por Escritor-estratega

     Desde las primeras guerras en la humanidad, los bandos en contienda han utilizado trampas y ardides, que de metódicos éxitos tácticos redundan en trascendentales golpes estratégicos, que han cambiando el rumbo de las guerras. En síntesis: Victorias de la mente sobre la espada. Operaciones especiales de comandos terrestres con elevadas dosis de acción sicológica, orientadas a anular la capacidad de lucha del adversario y ganar el apoyo irrestricto de la población civil.
 
      Ni mas ni menos, es la cinematográfica liberación de 15 secuestrados en poder de las Farc, entre ellos Ingrid Betancourt la joya de la corona, que tenían como un as bajo la manga los complotados contra Colombia Hugo Chávez, Rafael Correa, Piedad Córdoba, Daniel Ortega y el sinuoso gobierno francés de Sarkozy.
 
     Es evidente que desde hace varios días, los proterroristas gobernantes de Ecuador y Venezuela, estaban dedicados a tejer una componenda que los liberara de la grave responsabilidad hallada en los computadores de Reyes, ridiculizara al gobierno colombiano con la liberación de los secuestrados gracias a sus “bonachonas gestiones” y desde luego, les diera luz verde para conceder el estatus de beligerancia a las Farc, con embajadas y consulados incluidos en sus países.
 
     La trama corría paralela con la politiquera pantalla de la Corte que buscaba descalificar la legitimidad del más popular de todos los gobernantes colombianos, después del Libertador Simón Bolívar. No obstante, la justicia cojea pero llega.
 
     Como ha sido la constante desde la batalla de Boyacá hasta nuestros días, una vez más el Ejército salvó la república que el mismo construyó. Sin protagonismo, sin espectacularidades publicitarias, sin pedir nada a cambio, los soldados de Colombia ejecutaron el golpe más demoledor que hayan recibido las Farc, durante la última década.
 
     La contundente operación reúne todos los elementos de la perfección y se coloca al nivel del célebre caballo de Troya, el rescate de Mussolini en el Sasso, Chavin de Huantar en el Perú, el rescate de Entebe en 1976, la muerte del almirante Yamamoto durante la segunda guerra mundial, etc.
 
     En ella se conjugan todos los ingredientes de un minucioso y disciplinado trabajo de inteligencia militar, técnica y humana: Empleo de sofisticados equipos técnicos para rastrear comunicaciones, aerofotografías, lecturas satelitales, fotointerpretación, etc. También incluye infiltración especializada sobre el núcleo del objetivo, seguimiento de huellas, ubicación de agentes en sitios claves y dirección sincronizada del esfuerzo de búsqueda de la información, apreciación permanente de la situación, conocimiento del curso de más probable adopción del adversario y oportunidad de los datos procesados.
 
     A nivel operacional, el contundente golpe militar, demuestra profesionalismo y entrenamiento tecnificado de los ejecutores, madurez para actuar en el momento decisivo, arrojo de los soldados enviados a la histórica acción, coordinación milimétrica con las demás unidades comprometidas en los cierres y apoyos inmediatos, y decisión precisa, a partir de un sistemático trabajo de Estado Mayor. A esto se suma, la experiencia acumulada en los golpes contra Simón Trinidad, Sonia, Raúl Reyes, Acacio, Lozada, Martín Caballero, Jota Jota, la deserción de Karina y la tentadora oferta que condujo a un bandido a asesinar a Iván Ríos.
 
     En el orden logístico, se evidencia precisión, coordinación, previsión total de los elementos requeridos para conducir la operación hasta el final, sin que faltara ningún detalle por alistar.
 
     Y en el aspecto sicológico, el intangible que define todas las guerras, la victoria es total para el Estado. La sorpresa producto del engaño a los maestros del engaño, demuestra que “los médicos también se mueren” y que la capacidad operacional del Ejército colombiano lo coloca como el mejor, el mas capaz, el mas experimentado y el mas recursivo de todo el hemisferio latinoamericano. A la vez es un tácito mensaje a Chávez para que recapacite y se de cuenta, a quienes es que pretende agredir.
 
     Los resultados de esta exitosa operación, marcan una tendencia de favorabilidad abierta al programa de gobierno del presidente Uribe, corroboran su estatura como líder y estadista, y, definen los más probables cursos de acción del panorama estratégico de la guerra en Colombia:
 
     Chávez y Correa, quedan sin la joya de la corona, y por mas que “medien de buena voluntad” para la liberación de los demás secuestrados, no podrán quitarse de encima el rótulo de mandatarios que apoyan el terrorismo. La información de los computadores revive con inusitada fuerza. Los demás mandatarios de Latinoamérica se van a alinear con el ganador que es Uribe, y los dos presidentes bocones vecinos, van a encarar mas problemas con la oposición interna, ahora que Evo Morales, otro de sus aliados va en franca picada.
 
      El Secretariado de las Farc intentará presionar el canje humanitario con el resto de secuestrados, pero ya no tendrá la connotación internacional que les iban a dar sus compinches en Latinoamérica y el oportunista gobierno francés.  Desde luego, lanzarán ofensivas terroristas contra la infraestructura económica, e intentarán atentar contra altos funcionarios del Estado para aliviar la presión.
 
      El Presidente Uribe, tendrá el camino despejado para postular su nombre para un tercer periodo de gobierno orientado hacia la consolidación y el desarrollo socioeconómico de las zonas afectadas por la violencia comunista.
 
    Los republicanos se habrán anotado otro hit en los Estados Unidos, pues no es gratuito que después de la visita de Mc Cain a Colombia sean liberados los tres contratistas secuestrados. Esto, sumado a la extradición de los jefes de las AUC, va a incidir en el electorado del gigante del norte y en la aprobación del TLC, pues nadie que sea sensato, entenderá como el congreso sinuoso y oportunista de mayoría demócrata, le voltea la espalda a su mejor aliado. Ganan los republicanos y gana Colombia.
 
     Terroristas capturados como Martín Sombra y los tres que tenían las pruebas de supervivencia, que estaban en lista de espera, de seguro serán enviados con Cesar y su compinche para que respondan ante una Corte Federal por el secuestro de los tres contratistas.
 
      Francia tendrá que asumir un papel más serio y menos pantallero. Dinamarca, Suecia y Noruega, deberán perseguir a los terroristas que anidan en sus territorios. Y mucho más. Entretanto, en Colombia debe continuar con fuerza el proceso de la Farc-política. No puede quedar en el tintero.
 
      Por otro lado, la mamá de Ingrid Betancourt, tendrá o que tragarse las ofensivas frases con las que descalificaba al presidente Uribe, o tener el gesto de gallardía de ofrecer disculpas públicas por su conducta errónea.  Igual actitud debe asumir el lenguaraz senador Luis Eladio Pérez. Está obligado a reconocer que su habladuría no era ni mas ni menos que un mandado a las Farc.
 
     Por razones de espacio, no extiendo más el comentario. Pero también hay otros elementos dignos de rescatar y poner en primer plano como elementos formativos de las nuevas generaciones: 1. La lealtad del Ejército hacia la patria 2. La perseverancia del presidente Uribe para acompañar a las instituciones armadas, en la que hasta antes de su gobierno fue una lucha sin respaldo político de los gobernantes de turno.
 
     En síntesis: La guerra se gana con la mente y con la espada, pero siempre es la mente la que conduce a los soldados a la victoria. La Operación Jaque pasará a la historia universal como el día que Colombia le dio el puntillazo final, a la derrota militar, política y sicológica del proyecto revolucionario armado del partido comunista colombiano.
 
Tomado de: Periódico El Tiempo del  3 de julio 2008
 
Coronel Luis Alberto Villmarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
 

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