Análisis del conflicto colombiano
La voluminosa documentación hallada en los computadores, memorias electrónicas y agendas personales del terrorista Raúl Reyes abatido el 1 de marzo de 2008 en territorio ecuatoriano, tiene plena validez, pese al cuestionable fallo de sabios magistrados de una alta corte colombiana (de los mismos que prestan el carro oficial a los hijos para fornicar y no pagar motel) que por razones nunca claras ni convincentes, los consideró pruebas no válidas para procesos penales, porque el gobierno nacional no tuvo la candidez de entregárselos primero al camarada Rafael Correa, para que este los reenviara a Colombia por los canales diplomáticos. Como quien dice, debido a que el ratón se robaba el queso, pongamos al gato a cuidar el queso. Y así desaparecen ratón y queso.
Siete años después de los sucesos que muchos quisieran que quedaran en el olvido, una revisión general de la dinámica de posteriores acontecimientos queda claro que:
1. El régimen autoritario de Rafael Correa era y sigue siendo cómplice de las Farc. Prueba de ello es la reciente incautación de misiles tierra-aire decomisados a las Farc en Nariño, que provenían de Ecuador, donde el grupo terrorista goza de la complicidad del presidente Correa y muchos de sus copartidarios.
2. El entonces ministro ecuatoriano Larrea coordinaba con Raúl Reyes planes desestabilizadores contra la democracia colombiana, para buscar el ascenso de las Farc y sus cómplices al poder en el país, e instaurar una dictadura comunista, y un nuevo peoncito de la dictadura cubana en el hemisferio.
3. Las pataletas y agresiones verbales de Correa contra Colombia, así lo reafirman y aclaran el afán de Correa cuando ascendió a la presidencia de su país, para que Colombia suspendiera las fumigaciones con glifosato contra los cultivos de coca de las Farc en la frontera binacional. La disculpa: los daños al ecosistema. La realidad, que las Farc, socios del alma del camarada Rafael Correa perdían dinero proveniente de la coca.
4. Esos computadores son la prueba reina del complot comunista contra Colombia encabezado por Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega, Fidel castro, Luis Lula Da silva, Evo Morales, la pareja Kirchner, el obispo rojo del Paraguay y los comunistas del continente.
5. Hay un entramado de supuestas organizaciones campesinas y algunos específicos dizque defensores de los derechos humanos, que enmascarados con estas connotaciones promueven de manera permanente la legitimación internacional de las Farc. Son parte de este grupo terrorista y están integrados al Movimiento Bolivariano Clandestino, al Partido Comunista Clandestino y a las Milicias Bolivarianas, pero claro en público utilizan nombres, que hasta aparentan ser atractivos para los incautos.
Además hubo algunos errores imperdonables del gobierno colombiano en el manejo de este material, que por su contenido, dimensión y alcances fue un tesoro informativo, pésimamente utilizado contra las Farc y sus múltiples cómplices nacionales e internacionales:
1. Con esas pruebas, la cancillería colombiana ha debido denunciar penalmente en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Cuba y Brasil a los implicados. Como por obvias razones, allí las acciones judiciales no prosperarían, Colombia hubiera podido llevar el caso a la Corte Penal Internacional, y entonces hoy el camarada Correa, el camarada Lula, los dictadores Castro y los chavistas más recalcitrantes, estarían enfrentados a serios procesos penales internacionales.
2. Con esas pruebas las víctimas de las Farc hubieran podido pedir a la Corte Interamericana de Justicia, que en lugar de estar defendiendo al terrorista desmovilizado Gustavo Petro por su vergonzosa actividad como alcalde, hubieran exigido a la Corte Suprema de Justicia colombiana convalidar esas pruebas para juzgar y encarcelar a todos los hampones de cuello blanco que son cómplices de las Farc y a menudo se autodeclaran víctimas de todo aquel, quien critique o cuestione su evidente cercanía ideológica o afinidad procedimental con los terroristas.
3. Lo peor del asunto es que la Fiscalía guardó silencio al respecto, y más grave aún que después murieron Iván Ríos, el Mono Jojoy y Alfonso Cano, 
golpes en los que se incautaron cerca de 30 computadores con información que desde luego reafirmaba lo hallado en los computadores de Reyes, pero no pasó nada distinto al show mediocre del actual fiscal, que anunció con bombos y platillos que Sigifredo López había participado en el secuestro de sus compañeros.
4. La evolución de los hechos desmintió al fiscal “bocalegre” como lo llama Enrique Santos Calderón, pero ni el congreso, ni al defensoría del pueblo, ni la Procuraduría, ni la Corte Suprema abrieron investigación de oficio, pese a la gravedad de los hechos. Por el contrario pronto el Estado tendrá que resarcir con una millonada a Sigifredo López y el alegre fiscal seguirá campante promoviendo legitimar a las Farc y haciendo propaganda barata de lo que hace la Fiscalía con comerciales ridículos en la televisión nacional en horarios AAAA, pagados desde luego por los contribuyentes colombianos. Mucho de Macondo en todo esto.
5. En La Habana-Cuba los negociadores del gobierno llevan 27 meses sometidos a las imposiciones unilaterales de las Farc, y al escarnio público de ser mudos frente a las terroristas, sordos frente a los colombianos escépticos de la farsa y lenguaraces hasta los codos para defender la ambición de Santos, De La Calle y su combo para que les entreguen el premio Nobel de paz, por haber feriado bien barato la dignidad colombiana frente al narcoterrorismo comunista internacional.
6. Lo tragicómico de estos 27 meses es que en ningún momento los sabios negociadores del gobierno colombiano han utilizado esos computadores de Reyes, Jojoy, Cano etc para aclarar a las Farc que son un grupo narcotraficante, terrorista, compuesto por criminales de la peor laya, asesinos despiadados, ladrones de ganado, usurpadores de tierras, violadores de niños y otras perlas que aparecen descritas y documentadas con lujo de detalles en esos archivos electrónicos.
7. Por el contrario, los representantes del gobierno en la mesa de conversaciones con las Farc, han sido timoratos, tímidos, parcos y sumisos a los que les ordenen por partida doble las Farc y Santos, pues el objetivo es el premio Nobel de paz para Santos, De la Calle, y hasta para los bandidos de las Farc. Como para hacer una novela hollywoodesca al respecto.
Todo parece indicar que al interior de las Fuerzas Militares y la Policía tampoco se dio la importancia académica y de instrucción a los archivos hallados en la guarida de Reyes y luego en las de Cano y Jojoy. Parece que la emotividad de los éxitos tácticos opacó las connotaciones estratégicas de los mismos.
Juan Manuel Santos, Rodrigo “riverita” Rivera y Juan Carlos Pinzón, aprovecharon esos éxitos tácticos de las tropas, para su beneficio politiquero personal. Los sucesivos comandantes de las Fuerzas Militares y el Ejército enfrascados en las operaciones y las múltiples problemáticas propias de su cargo, en un país donde la parte política manipula las tropas, las lanza a la jaula de los leones y luego la abandona a su suerte; tampoco han decantado esa información, ni han diseñado manuales de instrucción de combate aeroterrestre, operaciones de inteligencia técnica en ambientes de guerra contra el terrorismo, etc.
Mucho menos han construido una memoria histórica seria y documentada de la guerra en Colombia, sino que con su inacción han sido coadyuvantes para que los comunistas y los “historiadores” del conflicto, escriban a su amaño lo que le conviene a las Farc, al Partido Comunista y a los enemigos de la libertad en Colombia. Dura es la verdad pero esa es la verdad.
Por esa razón, los tres puntos semiacordados o mejor semiimpuestos por las Farc en La Habana, han contado con la manipulación calculada del Partido Comunista Clandestino, que a juzgar por sus hechos no es tan clandestino.
Eso y mucho más es la dramática realidad de lo que ha pasado siete años después de la baja en combate de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, donde contaba con el cobijo de Rafael Correa, debido a la pésima utilización de la valiosa información hallada en sus computadores.
Solo sirvió para que el primer día saliera el general Naranjo a hacer autopublicidad en los medios, luego para que un funcionario de mediano nivel en el ministerio de Defensa entregara información a cuentagotas a diferentes medios de comunicación, y después, para que una organización británica de escasa incidencia en el medio académico y literario colombiano, recibiera una gruesa suma de dinero por publicar un refrito en el cual no había nada nuevo, ni de análisis estratégico acerca de la proyección de las Farc, sino la repetición de algunos correos electrónicos ya publicados en Colombia.
Sin duda esa miopía estratégica, esa desubicación geopolítica, esa pobreza de inteligencia estratégica, ese desconocimiento de la defensa nacional por parte de la dirigencia civil a lo largo de la historia, y la actitud apátrida muy consuetudinaria de los comunistas desarmados y armados, es un conjunto de hechos que coadyuvan al actual desorden institucional, a la falta de objetivos nacionales, y a que la mediocridad sea la reina de los gobernantes de turno. Para la muestra un botón: Juan Manuel Santos.
Siete años después de la muerte del terrorista, el tesoro informativo hallado en los computadores de Raúl Reyes y corroborado con creces en los computadores de Jojoy y Cano, sigue subutilizado por el gobierno en la mesa de conversaciones, por las tropas en las áreas de operaciones y por los jueces y fiscales que por andar inmersos en paros para que les sigan proporcionando exagerados beneficios en recompensa a su ineficiencia, no actúan con mayor contundencia contra las Farc que en contraste, aspiran desaparecerlos si llegan al poder.
Y la academia, parca y sometida a lo que digan los comunistas al respecto. Como siempre ha ocurrido. No hay cátedra profunda frente a este tema. Los comunistas letrados son los analistas universitarios de estos temas, por eso sigue circulando el cuento chino que las Farc tienen origen social y político, porque no hay quien diga clara y concretamente que las Farc son el brazo armado del partido comunista y es únicamente a ellos a quienes representan. No al pueblo colombiano. Y mucho más….
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
El coronel Villamarín es autor de 25 libros relacionados con el tema. Léalos aquí