El Procurador Ordóñez si debe vigilar lo que se negocia en La Habana

Publicado: 2015-03-28   Clicks: 3435

    Análisis del conflicto colombiano

   La inveterada costumbre colombiana de ir a la tienda de la esquina a comprar leche, preguntar por sal para terminar comprando arroz, está enquistada en el poco claro proceso de conversaciones de paz con las Farc en Cuba.

   La analogía es sencilla: Instigado por su hermano Enrique y autoadulado por su inconmensurable ego, Juan Manuel Santos se creyó el más audaz y el descubridor de la importancia del agua en la navegación marítima, entonces se lanzó a repetir los fracasos de sus antecesores Belisario, Gaviria y Pastrana:

   Buscar la paz sin estrategia equivalente a ir a comprar leche, preguntar por la buena voluntad de las Farc equivalente a averiguar por el precio de la sal, y buscar un inmerecido Premio Nobel de Paz para el y los gregarios encabezados por el lenguaraz demagogo Humberto De La Calle, equivalente a comprar arroz, según el contexto de la metáfora anterior.

   Hasta aquí, caería como anillo al dedo la frase del cómico mexicano Gómez Bolaños: “La gente dice que estamos locos Lucas”

    Las razones para que esto suceda son claras, contundentes y concretas:

   1. Las Farc tienen plan estratégico y los comunistas que los acompañan actúan en consonancia con objetivos, programas y metas específicas. Los mudos negociadores del gobierno van a la deriva, sin plan coherente y actúan como “empelados” del gobierno, soportados por un sueldo y unas prebendas burocráticas. No tienen la menor idea de una estrategia concisa para derrotar la estrategia del adversario. Así lo demuestran los hechos.

    2.  Las Farc imponen las condiciones, manejan los tiempos y determinan los puntos de la agenda al vaivén de sus conveniencias estratégicas. Los negociadores del gobierno responden por efecto reflejo a la iniciativa impuesta por el adversario.

   3.  Para las Farc los contradictores del proceso son contradictores de clase o enemigos ideológicos, pero escuchan sus voces y les responden con estratagemas o tácticas atadas a su estrategia integral. Para el gobierno los contradictores del proceso son enemigos de la paz, enemigos personales de Santos y de su obnubilación por el Premio Nóbel de Paz. O visto de otra forma son uribistas, guerreristas y fieras ansiosas de sangre.

    4. Para las Farc las conversaciones de paz son un paso más de la guerra, la paz es la toma del poder, el cese bilateral es un armisticio, las zonas de reserva campesina son el reconocimiento del poder popular comunista donde no llega el Estado, el desminado es parte de un engaño y la suspensión de los bombardeos es una ventaja político-estratégica para rearmarse, fortalecerse y prepararse para volver a la guerra.

    Y para el gobierno, la paz es la posibilidad de que los mismos aristócratas de siempre sigan intactos como hace 200 años, la entrega incondicional del terrorismo comunista y el perdón a todos los crímenes de los terroristas, para luego meterlos en el esquema compartido de corrupción, politiquería y engaños consuetudinarios al pueblo colombiano. Pero desde luego, las Farc y sus socios comunistas, quieren ser los únicos corruptos, no compartir esa prebenda con nadie más, menos con lo que no se lo han permitido durante casi seis décadas.

    1. En ese orden de ideas las Farc consiguieron un santuario político-estratégico en Cuba, que les permite manejar con audacia y argucias una retirada estratégica en Colombia, iniciativa política internacional, superioridad diplomática activa-propagandística y facilidad logística coordinada desde La Habana con la adquisición de armas procedentes del Medio Oriente, negociadas por el gobierno venezolano para abastecer a sus milicias “anti-imperialistas” que en realidad, en buen porcentaje entran a las Farc por Ecuador, Nicaragua y Venezuela.

     2. Las Farc buscan la toma comunista del poder y los negociadores del gobierno buscan el Premio Nobel de Paz. Frente a ambos objetivos pierde Colombia.

    3. Los medios de comunicación enmermelados con los contratos de publicidad vanidosa del gobierno, el sesgo político anituribista perse y el amiguismo oportunista con el mandatario de turno, han sido ineficaces e incapaces de contar la verdad al país, sumado al desconocimiento generalizado de los comunicadores acerca del plan estratégico de las Farc y las verdaderas intenciones de los terroristas.

    4. El Congreso de la República escenario político constitucional elegido para efectuar control político y con obligación jurídica, moral y patriótica de juzgar la conducta y actuaciones del presidente, está enmermelado en su mayoría y ha sido inferior al reto. De remate, el Centro Democrático que llegó con mucho ruido electoral, tampoco ha dado la talla y con excepción de algunas voces de esa colectividad, la pobreza de debate ha sido manifiesta, máxime que pululan las disculpas de la falta de apoyo periodístico etc.

    5. La justicia colombiana en sus más altos niveles está permeada por la politiquería, el oportunismo y en más de un caso putrefacta por la corrupción. No solo cojea sino que no llega. Todo parece indicar que se corrompió la sal. Ante el desolador cuadro, Colombia necesita un bastión moral y efectivo que la salve de la debacle y detenga el agigantado ritmo de pasos hacia el abismo.

   Como no hay unidad patriótica en el Congreso, la prensa y la academia están embelesadas con el día a día, y la justica es ineficiente además de permeada en importantes sectores, ese bastión queda en el infatigable sacrificio de las tropas, y por coyuntura histórica, la voz del Procurador Ordóñez no contra la paz, sino contra el desorientado proceso. La realidad es clara: Solo estas dos fuerzas articulan la representación de todo un pueblo amordazado por la manipulación mediática, la demagogia de las casas gratis, el cuento del gobierno de todos, y la paz que llegará de la mano prodigiosa de Santos, quien por sus permanentes actuaciones figuronas, cada vez se parece más a dictadorzuelos como Chávez, Maduro, Correa, Evo Morales, la Kirchner, o el terrorista Daniel Ortega.

   Vista esa radiografía, es pertinente reafirmar que es necesaria la voz del Procurador Ordóñez contra la farsa de la paz en Cuba, por consideraciones morales y geopolíticas, jurídicas, políticas y prácticas:

    Son consideraciones morales y geopolíticas:

    1. Está en juego el destino de Colombia como sociedad autónoma y Estado autárquico en el hemisferio. No solo el interés personal de Santos en aras de la búsqueda de un inmerecido e innecesario Premio Nóbel de Paz, mediante métodos de tahúr, politiquero y manipulador.

   2. La  posición geoestratégica de Colombia ha sido apetecida por el comunismo internacional desde la época de la guerra fría. La dictadura cubana nunca ha sido amiga de Colombia. Por filosofía, moralidad e intereses geopolíticos, los sátrapas Castro Ruz y su cohorte bandoleril proterrorista, son enemigos de la libertad en Colombia.

    3.  Ante la ausencia de debate moral y patriótico desde el Congreso de la República la voz del Procurador Ordóñez devuelve a millones de colombianos, la esperanza que no todo está perdido, que los terroristas y sus cómplices desarmados no podrán llevar el país a la desgracia de una dictadura izquierdista lacaya de los dictadores cubanos, ni hermanada con los gángsters de corbata del Foro de Sao Paulo.

Son consideraciones jurídicas:

     1. El Procurador tiene la obligación de disciplinar a los funcionarios públicos por incumplir las obligaciones de sus cargos y jerarquías. Entonces puede y debe investigar a los congresistas que por acción u omisión se queden silenciosos, sean cómplices o no cumplan su obligación de hacer control político y en casos graves como la ineptitud frente a las estratagemas de las Farc.

    2. Colombia es una república democrática por carta constitucional. No es una monarquía absoluta, ni un reino con parlamentarios de bolsillo al estilo marroquí, saudita, jordano o qatarí. El presidente Santos no es superior a la constitución ni a las leyes.

    El procurador si puede y debe abrir las investigaciones de oficio frente a su conducta y luego pasarlas al juez natural del mandatario: pero en ningún momento quedarse callado, pues visto de esa manera sería convertirse en cómplice de quien no cumple con las funciones, las leyes y la Carta Magna, máxime que la ley colombiana obliga denunciar ante autoridad competente la comisión de conductas delictuosas de cualquier colombiano, inclusive el presidente. Y el procurador es un ciudadano que por su investidura es el primer colombiano obligado en denunciar al presidente cuando su conducta no esté acorde con la ley. Eso se llama independencia de poderes y funciones. Lo contrario es soportar la autocracia al estilo Maduro, Correa o Morales.

    3. Como máximo representante del Ministerio Público el Procurador sea Ordóñez o quien ocupe su cargo, está obligado a vigilar o informar a la autoridad competente cualquier conducta que considera inadecuada por parte de los funcionarios públicos. Por ende si puede investigar a los miembros de la comisión de paz, y puede pedirles reportes detallados.

    Aquí no vale el argumento que son razones de seguridad nacional, pues en un Estado de Derecho como el que nos preciamos de tener los colombianos, no se puede confundir la seguridad nacional ni las razones de Estado, con los intereses personales del presidente de turno.

     La mentalidad autocrática y el grave error de confundir los objetivos nacionales con los intereses personales del autócrata de turno, fue la causa esencial de las revoluciones de la llamada Primavera Árabe en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen, Bahréin, con los sangrientos resultados de las guerras civiles que asedian a esos países, el fortalecimiento del terrorismo islámico y la posibilidad de que potencias mundiales y regionales hayan sacado provecho propio de esas crisis.

   Son razones políticas y prácticas:

    1. Los vacíos de autoridad y poder que surgen en los Estados por ausencia de estrategias, carencia de presencia institucional y reiterados actos de corrupción, son cubiertos o por la anarquía de los violentos o por la labor proactiva de los líderes políticos o diplomáticos que actúan en consonancia con el pensamiento de las mayorías.

    2. Tal como están los hechos, la actitud frentera y clara del Procurador Ordóñez ante la veleidosa mentalidad santista, la inoperancia judicial, los ríos de mermelada en el Congreso, la falta de profundidad y objetividad de los medios, el desconocimiento de la estrategia de las Farc en la academia y los demás componentes del caos ya descrito; lo práctico y realista es que el sentimiento anti-terrorista del pueblo colombiano encuentra en el jefe del Ministerio Público, la voz que callan quienes deberían hacer control político al vanidoso presidente Juan Manuel Santos.

     3. Las Farc no repesentan al publo colombiano. Representan el terrorismo impuesto por su partido como una de las formas de lucha combinada. El pueblo colombiano no quiere el hampa fariana en los altos cargos, ni más desgobiernos de los mismos corruptos y aristócratas de siempre. Quiere que los bandidos de las Farc purguen condenas por las atrocidades cometidas y necesita que el país sea gobernado por gente decente. No lo que ha habido en la mayoría de los casos.

   Ni más ni menos.

   Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

   Analista de asuntos estratégicos

    www.luisvillamarin.com

      El Coronel Luis Alberto Villamarín es especialista en defensa nacional, geopolítica análisis del terrorismo internacional aplicado al conflicto colombiano y estrategia, temas de los cuales es autor de 25 libros, más de 850 artículos. Para leer sus escritos haga click aquí.

 

 

 

 

 

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