Guerra de pobres contra pobres

Publicado: 2007-07-15   Clicks: 2007

 

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Publicado el 15 de Julio 2007 11:34 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia

http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/07/Guerra-de-pobres-contra-pobres.php

 

      Con frecuencia los estratos cuatro, cinco y seis buscan pretextos, legales o acomodaticios, para que sus hijos eludan el servicio militar en Colombia. Y si por circunstancias del destino son incorporados a las filas militares, maquinan todas las intrigas posibles para que sus familiares sean enviados a la Fuerza Multinacional de Paz en El Sinaí, debido a que por lo general hablan inglés y desde luego no quieren que estén en Colombia comprometidos en nada que tenga que ver con el control del orden público.

     Entretanto los hijos de los obreros, los artesanos, los campesinos y las gentes común y corriente, es decir los más pobres, no tienen otra opción que someterse al proceso de selección e incorporación en cada contingente militar y servir bajo banderas, para proteger la vida, honra y bienes de todos los colombianos, incluidos aquellos que le escurren el bulto al deber constitucional de servir bajo banderas.

      Sin ningún asomo de patriotismo, los estratos altos ingresan a las universidades y desde los primeros semestres aprenden a navegar en el mundillo de la intriga, la componenda y los favores compartidos. Como desconocen lo que hace el Ejército, son soberbios y alejados de la realidad. Ven la desangrante guerra como un conflicto estúpido entre pobres, que rara vez los toca o los afecta en su integridad moral, física o económica (la que más les duele de las tres)

     Por eso hay periodistas ansiosos de premios que se creen neutrales al conflicto y al mismo tiempo millones de colombianos que no creen que la agresión terrorista es contra la nación y por ende no significa nada contra ellos. Mientras eso pasa, a diario mueren soldados, guerrilleros, autodefensas, narcotraficantes y miembros de grupos delincuenciales organizados. Todos o casi todos provenientes de los estratos más bajos

      La carencia de objetivos nacionales de los gobiernos de turno se refleja en la ausencia individual de patriotismo en el buen concepto de la palabra y sobre todo de sentido de pertenencia con objetividad. En ese entorno los corruptos en los tres niveles de la administración publica, local, regional y nacional, desangran o cohonestan con el desangre de las finanzas públicas, que bien manejadas servirían para minimizar de manera progresiva la pobreza.

      El soldado no discute las órdenes por disciplina y fe en los valores inculcados por los superiores. El guerrillero no contradice los dictados de la revolución so pena de ser fusilado. El patrullero de las autodefensas soporta la crueldad de sus cabecillas para tener un sustento mínimo. Y el delincuente común comete crímenes porque cree que esa manera facilista le proporciona arribistas posiciones, aquellas que ostentan quienes no prestan servicio militar, no conocen el drama colombiano, no tienen sentimientos patrios y fuera de eso nos gobiernan. Con base en una lógica maquiavélica, con frecuencia muchos delincuentes cuestionan porqué los persiguen a ellos que roban para sobrevivir, mientras “los de arriba” roban a dos manos y en grandes cantidades.

      Son excepcionales los casos de líderes auténticos en los tres niveles de la administración estatal. La regla general es la ineptitud, indiferencia y la acomodación de responsabilidades a terceros, sin perder de vista ascensos en las carreras políticas, no importan los medios o las circunstancias empleadas. Mientras tanto, “los de abajo”, “los de ruana”, es decir los menos favorecidos se matan entre sí, convencidos que cada uno tiene y da lo mejor para construir un país diferente.

      A diario perecen soldados en defensa de la institucionalidad y de paso para sostener en los cargos públicos a los funcionarios que saquean el fisco nacional, politiqueros que intrigan para posiciones diplomáticas pagadas en el exterior con los impuestos de los colombianos, ladrones de cuello blanco, funcionarios ineptos nombrados por padrinazgos etc.  Y de contera, muchos de esos politiqueros enjuician al Ejército, reclaman mas resultados en la lucha contra el terror, pero son incapaces de formular y llevar a cabo estrategias integrales para resolver el complejo conflicto armado.

     La realidad es otra. Ni a los terratenientes, industriales o comerciantes que financian las autodefensas algunos de ellos dirigentes políticos, ni a los comunistas que instigan la ideología a los guerrilleros, ni a los narcos todopoderosos, ni a los jefes de las bandas delictivas, les importa que se solucionen los problemas, ni que sus máquinas de guerra alcancen niveles de vida aceptables. No, todos los señores de esa guerra de pobres contra pobres, necesitan que sus guerreros se maten entre si y ojalá con la mayor barbarie posible para amedrentar al contrincante. En ese orden de ideas el Ejército colombiano está solo en la lucha frontal contra todo tipo de delincuentes y la insensatez de muchos de los dirigentes políticos a quienes garantiza su comodidad burocrática.

     Por eso las Auc cometen masacres tan sonadas y las Farc arrasan a Granada o Bojayá. Por eso caen todos los días mulas cargadas de alucinógenos y niveles bajos de las redes de narcotráfico. Por eso mueren soldados y guerrilleros en medio de una confrontación tan absurda como crónica. Por eso hay miles de miserables desplazados en las ciudades y municipios grandes. Por eso pululan el desempleo, el subdesarrollo, la ignorancia, la miseria, la violencia intrafamiliar y el convencimiento de muchos colombianos que todavía vivimos regidos por las costumbres de la colonia. Por eso, en los escenarios internacionales los terroristas tienen propagandistas propios e idiotas útiles que les hacen el juego.   Todos ellos son pobres en el sentido de su capacidad financiera.

Y lo peor de todo, quienes han sido los causantes de  dicha debacle, por acción o por omisión, verbigracia los expresidentes o los exministros de hacienda, ni se ruborizan por la dimensión de su irresponsabilidad. Por el contrario, hablan, pontifican, critican y explican lo que debiera hacerse en cada caso, sin tener en cuenta que ellos no lo hicieron cuando tenían el poder. Pero, la mortandad persiste. Hasta cuando?

 

Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Analista de Asuntos Estratégicos

www.luisvillamarin.com

Dallas Texas.

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