Análisis del conflicto colombiano
El reciente pronunciamiento de la Corte Constitucional para avalar la reelección presidencial, la publicación de las denuncias de Popeye y de Alberto Giraldo y el resurgimiento armado de la guerrilla contra unidades militares indisciplinadas, marcaron la pauta de los acontencimientos políticos de los últimos días.
La posibilidad que el país reelija al carismático mandatario antioqueño, es un deseo compartido por la diáspora colombiana, que también espera de él, acciones concretas frente a los gobiernos de Estados Unidos, España y Francia para regularizar la situación de millones de compatriotas, sometidos a duros trabajos por no estar documentados.
El fenómeno Uribe ya hace parte de la historia colombiana. Lo que no entienden sus detractores, es que entre mas sean los ataques, mayor será la aceptación popular de un hombre que por paradoja constituyó la escuela de la política participativa del constituyente primario, en contravía con su espíritu autoritario, estilo parroquial e incansable voluntad de trabajo.
Ni el cerebro del sangriento ataque terrorista contra el Palacio de Justicia, ni el eterno candidato del liberalismo oficialista, ni los veleidosos politiqueros que pretenden ocupar el solio de Bolívar, tienen el talante o el talento de Uribe Vélez. La colonia colombiana residente en los Estados Unidos es altamente uribista. En ese sentido el anuncio de la coalición de los contradictores de Uribe, es interpretada como una puñalada trapera contra Colombia, pues de una u otra forma el gobierno 2002-2006, ha vendido la idea que trabaja por reconstruir el tejido social colombiano. Entonces quine torpedee ese proyecto, está en contra de los intereses nacionales.
A la anterior situación le cayeron como anillo al dedo, las casi simultáneas publicaciones de los libros de Popeye y de Giraldo. En ambos casos el narcotráfico, actual gestor de la burbuja de la construcción urbana en Colombia, toca a vacas sagradas y desenmascara verdades que los colombianos conocíamos a medias. La descalificación hecha a las denuncias del guardaespaldas de Escobar por algunos de los afectados en las denuncias, solo ha servido para corroborar, que un ilustre colombiano ensalzado hasta la saciedad por propagandistas de oficio, es el personaje mas nefasto que ha tenido la historia colombiana desde los años cuarenta hasta nuestros días.
Por otro lado ha quedado en claro la incidencia del narcotráfico en la política, la debilidad de carácter e ingobernabilidad de las administraciones Betancur, Barco, Gaviria, Samper, Pastrana y la manipulación que los traquetos han dado al manejo de las leyes, por medio de la coacción o el soborno. Tantas realidades corroboran que Colombia cruza un difícil periodo histórico, cuyas consecuencias aun están por determinarse. Pese al Plan Colombia y a los enormes esfuerzos humanos y monetarios, la verdad es que el narcotráfico está vivo y coleando. Detrás de el están los señores de la guerra. Tanto las farc como las autodefensas ilegales.
Y con ellos están los lavaperros, los testaferros, las oficinas de cobro, los distribuidores y demás delincuentes que se mueven con habilidad y connivencias en diversos puntos del globo. La industria del narcotráfico, principal responsable de la persistente caída del precio del dólar en Colombia, asi digan el contrario el gobierno y los sesudos economistas, especialistas en decir lo que se debiera haber hecho y no lo que se debiera hacer antes que ocurrieran los hechos.
En tercera instancia las Farc, han manejado con calma la situación, para responder a la ofensiva gubernamental. Con los cabecillas alojados en las selvas venezolanas, panameñas, peruanas, ecuatorianas y brasileras; dotados con ingentes ingresos derivados del narcotráfico y apadrinados políticamente por gobiernos de izquierda interesados en torpedear a los Estados Unidos; los guerrilleros han eludido el combate frontal, para golpear unidades descoordinadas o indisciplinadas. La guerra es la guerra y no se puede conceder ninguna ventaja al adversario. Quien la concede pierde terreno.
Las acciones armadas contra las tropas en Chocó y Risaralda, recordaron por momentos la laxitud de la administración Pastrana. Aunque la guerra irregular es impredecible por las condiciones intrínsecas, la opinión pública se ha formado muchas expectativas acerca de la efectividad de la estrategia Uribe. Pero mientras no se combata el narcotráfico a fondo, seguirá el flujo de dinero subrepticio, el precio del dólar seguirá en picada, la burbuja de la construcción seguirá henchida y la credibilidad del presidente de los colombianos decrecerá.
Aunque de aprobarse la ley de garantías con favorabilidad a la reelección del señor Uribe, es indudable que este será seguro ganador, pues así como el actual presidente de los colombianos aparece como un director de orquesta con demasiado talento frente a los músicos de su orquesta, también es cierto que no hay entre los candidatos y menos entre sus contradictores quien le de la talla. Ni el responsable del holocausto al Palacio de Justicia, ni los por siempre resentidos de la izquierda, ni el eterno candidato del partido liberal, están a la altura de las circunstancias.
Pero lo importante de todo esto es que con Uribe reelecto o no, quien ocupe la primera magistratura de la nación, está llamado a gobernar, gobernar y gobernar, para retrazar el sendero de los colombianos. Un primer paso para eliminar las tensiones es comprometer al mundo entero en la lucha frontal contra el narcotráfico, continuar la acción militar contra la guerrilla, pero sobre todo incrementar el contenido en cantidad y calidad del servicio social, para evitar que haya caldo de cultivo para el terrorismo, la subversión y la violencia. Tamaña tarea corresponde al próximo presidente de los colombianos.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de Asuntos Estratégicos
New York, USA.
El coronel Luis Alberto Villamarín es analista de asuntos estratégicos especialista en temas de defensa nacional, contraterrorismo, geopolítica, estrategia e historia colombiana, en torno a los cuales ha publicado cerca de 30 libros y mil artículos que son referentes para elaboración de tesis y trabajos académicos en universidades de diversas partes del mundo para pregrados, postgrados y doctorados. Para leer los escritos del coronel Villamarín, haga click aquí.
