Geopolítica, Defensa Nacional y conflicto colombiano
La nueva imposición de las Farc al gobierno Santos para incluir un artículo en la constitución, que “blinde” las órdenes de los terroristas a los colombianos por medio de su laxo mandatario y mudos negociadores de paz, es un paso en firme hacia el cese bilateral con las Farc y el Eln, como antesala del estatus de beligerancia y conversión de lo pactado en un armisticio entre dos Estados. No de la paz final, ni mucho menos del desarme de los terroristas.
Anegado como está el cotarro político, por la oposición visceral de Uribe contra Santos y por la falta de carácter del mandatario de turno para hacer cumplir la constitución y las leyes en aras de sus intereses personales, ocurre el fenómeno de que los árboles no dejan ver el bosque.
Circulan en los medios de comunicación opiniones en todos los tintes respecto a este nuevo error político-estratégico de Santos, pero ninguna de estas se enfoca en evaluar los alcances y la cohesión de estos logros de los terroristas con su objetivo a mediano plazo de lograr reconocimiento político, y a largo plazo de obtener estatus de beligerancia, para reanudar la guerra final por la toma del poder, cuando logren demostrar que Colombia sea un Estado fallido.
Por razones bien conocidas en un país donde es más importante el partido de fútbol de la Selección Colombia, o los deslices amorosos de algún personaje de farándula, o la telenovela de turno frente al destino geopolítico nacional, muchos pacifistas, o incrédulos, escépticos, apáticos o indiferentes, reprocharán estas advertencias, con el argumento barato, que las Farc se cansaron de la guerra y que como las Fuerzas Militares las tenían acorraladas decidieron negociar. Que aquí no va a pasar nada y que pronto tendremos remansos de paz, es decir que no seas “Inocencio”, o quizás que seas bien “Inocencio”
En respuesta a todos ellos y a los optimistas sin sustento, es pertinente aclarar:
1. Las Farc desarrollan una guerra revolucionaria marxista-leninista, articulada en la combinación de todas las formas de lucha hasta llegar a la toma del poder. No hay afán para este propósito, pues el tiempo es manejado a su antojo y con argucias frente a la premura adversaria.
2. Para el efecto diseñaron y desarrollan un plan estratégico con objetivos finales e intermedios, que han desarrollado metodológicamente frente al arrogante desconocimiento de la contraparte, que ha mordido anzuelos comunistas durante mas de 40 años.
3. Las Farc no han renunciado ni a la guerra revolucionaria, ni a su plan estratégico. Por el contrario, lo siguen desarrollando con mayor entusiasmo.
4. Desde el punto de vista marxista-leninista de las Farc, la negociación de paz es un salto cualitativo del proceso revolucionario comunista. Es una etapa más de la guerra revolucionaria. Es un medio para alcanzar el fin supremo, y un vehículo para lograr los tres escenarios de reconocimiento político, estatus de beligerancia y armisticio entre Estados iguales. No son solo suposiciones lógicas, sino realidades de lo que está sucediendo en la mesa de conversaciones.
5. Al comenzar las imposiciones unilaterales al gobierno Santos denominadas “conversaciones de paz en Cuba”, las Farc exigieron que está conducta metodológica subversiva a su favor se incluyera en la Constitución. Hubo rechinar de dientes, pero con paciencia y por medio de la estratagema del debilitamiento progresivo de la contraparte, los bandidos impusieron esta jugada, so pena de romper las conversaciones y dejar a Santos sin Premio Nobel ni reelección, o nombramiento como secretario general de la ONU.
6. A finales de 2014, las Farc plantearon tres puntos que desde entonces estancaron la agenda y que han puesto a gravitar todo lo que se habla en la mesa alrededor de su plan estratégico no de lo que le conviene a Colombia. Lo grave es que la arrogancia, la autosuficiencia y el estultismo de Santos y sus negociadores al catalogar enemigo de la paz, a quien les haga ver los errores, ha facilitado el accionar de las Farc.
7. En aquella fecha y antes de realizar en La Habana un pleno ampliado de terroristas consentido por la dictadura cubana, las Farc impusieron que, en primer lugar se seguiría negociando entre dos partes iguales (lo cual es repetido por todos los cómplices del grupo terrorista), segundo, que se debería hablar de un armisticio, y tercero, que ese armisticio debe ser verificado por organismos internacionales, donde primen los comunistas proclives al terrorismo fariano.
8. En un país con gobernantes que tienen objetivos nacionales, eso hubiera sido rechazado de plano, pero en Colombia donde pululan tantos sabihondos con énfasis en lo que desconocen, mediante el silencio cómplice y producto de la necesidad personal de Santos, las conversaciones se empantanaron al ritmo de los cálculos, los tiempos, los objetivos y los cálculos político-estratégicos de las Farc.
9. Casi un año despúes, producto de la trapacería de un abogado español perteneciente al ala comunista del movimiento político Podemos financiado por el chavismo y la teocracia iraní, impuso un espurio acuerdo para crear un tribunal de paz, en el que las Farc crucifican a medio Colombia y mediante argucias quedan convertidos en cuerpos celestiales. Ansioso por el protagonismo mediático en la antesala de la reunión anual de la ONU, Santos cayó en la trampa, casi a última hora contrató a varios abogados santistas que dijeran que sí, y prestó la figura presidencial para reunirse de tú a tú con el terrorista Timochenko, con el padrinazgo de la dictadura cubana.
10. Ese día acordaron que en seis meses se firmaría la paz, a sabiendas de que los acuerdos estaban trancados, que en diciembre de 2015 las Farc se volverían a reunir en otro pleno para planear como dilatar el asunto, que de por medio están la entrega de armas, la refrendación de las imposiciones farianas, y la viabilización del tribunal de paz, por ende esa fecha sería simbólica y solo serviría a las Farc, para demostrar “su voluntad de paz” y la necesidad que les entreguen el país como ya lo han dicho en múltiples ocasiones.
11. Luego el santista exfiscal Montealgre fiel a la tradición de muchos “brillantes jurisprudentes” colombianos de ser expertos en sonsacar al Estado ganancias ostentosas para sus clientes, pero a la vez, pésimos defensores de la institucionalidad, la soberanía nacional y la defensa nacional; se le ocurrió la tropical idea de demandar ante la Corte Constitucional, la inclusión de lo pactado entre Santos y los bandidos como un acuerdo internacional que alcanza bloque de constitucionalidad. La corte llena de doctos iguales admitió la demanda, pero ante la evidencia del monstruoso esperpento jurídico reculó y pidió que los terroristas envíen su “concepto jurídico”. Aquí hay material para que García Márquez hubiera escrito otra novela macondiana.
12. Finalmente las Farc, que conocen los afanes protagónicos de Santos, su miopía estratégica y la erosionada capacidad de liderazgo de la dirigencia política colombiana, se salieron con la suya acompañadas por la trapacería del tinterillo español (al cual seguramente De la Calle y sus muchachos miran con supremo respeto porque les dice joder tío con acento ibérico) y de abogados comunistas que asesoran a los terroristas.
13. El problema en Colombia es que no hay oposición política seria consistente. El Centro Democrático gravita no alrededor de un proyecto sino del supuesto caudillismo mesiánico de Álvaro Uribe, que mueve masas con acciones emotivas, pero no construye bases políticas y cuadros políticos que desarrollen un legado. Igual que ocurrió en las dos elecciones presidenciales de Uribe, quienes ahora lo acompañan al congreso llegaron allí por los votos que les aportó ser afiliados a esa tolda, de lo contrario difícilmente hubieran sido elegidos.
14. Pero lo grave no es eso, sino que a la luz de los hechos, con contadas excepciones es demasiado pobre el trabajo de esta bancada para defender a Colombia y evitar la entrega del país a las Farc. Igual que sucede en otros escenarios de quienes hacen política con el tema de la paz, la mayor parte del Centro Democrático está pelechando de un cargo al que no hubieran llegado de otra manera y creen que van a evitar que la previsible catástrofe con dar alguna declaración temporal en los medios, o repetir lo que todo el mundo sabe: "Que Santos es inepto y pésimo presiente".
15. Por otra parte los “especialistas del conflicto” usualmente entrevistados para generar opinión pública, son enmermelados enviados por Santos a defender su paz en todos los escenarios posibles. Y muchos periodistas, obedecen a la orden de sus directores de ayudar al sainete, por aquello de la pauta publicitaria y la muy española herencia, de estar al lado de los burócratas de turno, con la lealtad propia de los gatos, que no cambian de casa sino de dueño.
16. El punto crítico del asunto, es que de continuar esta cesión cronológica de reconocimiento político, estatus de beligerancia y armisticio, pues “en el diccionario de las Farc no está la entrega de armas” sumado al convulso entorno, podría decirse que así como hubo una primavera europea con revueltas en varios países de la cortina de hierro, una primavera árabe con la letal consecuencia de tres guerras civiles en Siria, Libia y Yemen; podría venir una primavera suramericana con la caída de Dilma Rosuseff, la destitución de Maduro, el encarcelamiento de la Kirchner, el evidente decaimiento de Correa, la estrecha salida que le va quedando a Evo Morales y la estupidez de Juan Manuel Santos de dejarse imponer la estrategia de las Farc en la mesa de conversaciones.
17. No son alarmismos. Son realidades de a puño. Los incrédulos dirán que el tío Sam tomaría acciones. La pregunta es ¿cuáles acciones?, si los hechos indican que el problema del Medio Oriente se les salió de las manos hace rato, y que de remate, no se sabe quien es peor entre los dos aspirantes mas opcionados para relevar a Obama.
18. Sin ser aves de malos augurios, vistas las cosas en blanco y negro, con base en la experiencia histórica de Colombia, las decisiones irresponsables del gobierno Santos frente a la paz con las Farc, matizadas con el erróneo acuerdo de ayer 12 de mayo de 2016 en Cuba, solo apunta a que “señores regionales de la guerra” exploten esa coyuntura, revivan grupos de bandidos que les protejan los intereses que no les garantiza el Estado al que en contraste financian con sus impuestos, con la circunstancia agravante que al final de la película, el único sacrificado será el Ejército, y que al parecer todo esto sucedería en medio de escenarios de convulsión de una primavera suramericana.
No hay peor ciego que quien no quiere ver, ni peor sordo que quien no quiere escuchar. Máxime que a Santos parecería estarle sucediendo lo de la reina María Antonieta que ordenó que dieran galletas al pueblo porque se acabó el “pan”. O lo del “ilustre patriota” Castillo y Rada en Cartagena, que rodeado por los españoles que habían sitiado la ciudad amurallada y ya no dejaban entrar abarrotes a los cartageneros para vencerlos por hambre, se pavoneaba vanidoso frente a un espejo para ver cómo le lucía un uniforme militar recién bordado.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en defensa nacional y geopolítica
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 31 libros. Para leer algunos de los libros escritos por el coronel Villamarín haga click aquí
