¿Es el Eln responsable de los atentados terroristas en Bogotá? ¿O son las Farc? ¿O es la consecuencia de acciones coordinadas por los dos grupos terroristas? ¿Por qué Santos minimiza la realidad de los hechos y se limita a decir que se investigue rápido y se busque a los responsables?
Esas y muchas más preguntas serias y sin respuesta coherente por parte del gobierno nacional en cabeza del presidente o del ministro de Defensa, gravitan en el ambiente político del país.
En menos de una semana un restaurante de propiedad de un ciudadano iraní ubicado en un exclusivo sector de la capital, ha sido blanco de dos acciones terroristas. La policía se ha limitado a decir que está tras las pistas y que hay recompensas. Santos ha mirado para otro lado como si eso no fuera grave.
Hoy 19 de febrero en horas de la mañana, un petardo de regular poder explotó cerca de la Plaza de Toros, y hasta el momento ni Santos, ni el Eln, ni las Farc le dicen la verdad al país. Silencio absoluto y anuncios de "exhaustivas investigaciones", que por lo general, nunca llegan a nada.
Lo cierto es que desde cundo comenzó el sainete de imposiciones de las Farc en Oslo y continuó en La Habana, Santos ha transitado por un delgado hilo de incompetencia e incapacidad para imponer la ley y la conveniencia de los colombianos. Sin excepción, invariablemente ha terminado haciendo lo que le ordenan los voceros de las Farc.
Un botón de muestra: Se van a completar tres meses de los seis acordados para el desarme de las Farc y de lo pactado lo único que se ha cumplido es la orden al Ejército de no atacar más a los terroristas. Para aumentar la tragicomedia, la canciller Holguín resultó lavando las manos de Santos al trasladar al responsabilidad de esta falla a los burócratas de la ONU:
Por lo demás el cronograma ha sido impunemente desconocido y vulnerado por las Farc y sus cómplices, expertos en hacer publicidad desde la legalidad, a las marrullas de los terroristas.
Por su parte el Eln ha desarrollado un libreto de imposiciones calculadas, sin comprometerse a nada y por el contrario, en contubernio con las Farc, ha seguido delinquiendo en las zonas tradicionales del Eln. Ahora en asocio con las milicias bolivarianas, el partido comunista clandestino y el movimiento bolivariano de las Farc.
Tres grupos políticos ilegales adscritos a las Farc, que por argucia e ingeniosa trapacería comunista, quedaron fuera de lo impuesto en La Habana, pues en ellos radica la esencia de la revolución marxista-leninista, que desueta en otros escenarios, es razón y objetivo de las Farc en manguala con la dictadura cubana, y sus peones en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
Por la oportunidad estratégica de los tres atentados dinamiteros en Bogotá, todo parce indicar que en ellos participaron células de las Farc y el Eln, con el fin de causar desazón, buscar episodios que pongan en entredicho los dos procesos de paz, generen reacciones fuertes de la opinión pública, pero sobre todo que dilaten la concreción de los acuerdos, pues bien es sabido que el objetivo mayor de las Farc es conseguir estatus de beligerancia, reconocimiento político internacional como fuerza beligerante, perder el rótulo de terroristas, y continuar la lucha por la toma del poder y la imposición del socialismo del siglo XXI, mediante un gobierno de transición, para el que cuentan con varios oportunistas demagogos, listos a lanzarse como candidatos de la continuidad de la paz.
Para beneplácito y beneficio de las Farc, Santos no dice nada y ordena a sus subalternos que minimicen la información, pues al hacer el despliegue y poner en primer plano a las Farc y al Eln, como responsables de estos hechos atroces, se le salen de las manos los dos procesos de paz, queda sin valor convincente como hasta ahora lo está, su discutible Premio Nobel de Paz.
Y lo peor es que se iría de su cargo sin nada que demostrar, diferente a la vergüenza de haber utilizado todos los recursos del Estado para su beneficio personal, sin alcanzar nada positivo para la paz del país que lo eligió.
Lo más seguro, es que con el escándalo de Odebredcht cada día más enredado para Santos y sus escuderos, y con estos actos terroristas de las Farc y el Eln; Santos recurra a otras cortinas de humo como publicidad desmedida a la supuesta concentración total de terroristas de las Farc en zonas veredales, y la entrega del ansiado premio seco al Eln, de ordenar el retiro de las Fueerzas Militares de las zonas donde delinquen las cuadrillas elenas, con el artificio santista que es un buen signo para alcanzar la paz con esta otra agrupación terrorista.
Las Farc, que saben que no se ha firmado ninguna paz sino un artilugio-pacto de imposiciones a Santos, seguirán inventando mil disculpas para no cumplir el cronograma, y, los funcionarios de la ONU ansiosos de prolongar su comisión para recibir más viáticos por estadía en Colombia, tampoco harán mucho por aligerar las soluciones.
Por su parte muchos de los congresistas seguirán desesperados por aprobar cuanta ley les pongan por delante, relacionada con el postconflicto; pues su voraz apetito está enfocado en los dineros que llegarán del extranjero y que saldrán del erario colombiano, para los proyectos en las regiones.
El objetivo muy egoísta de casi todos los congresistas, es financiar sus nuevas campañas para seguir pelechando y en muchos casos o durmiendo o ausentes de las sillas parlamentarias.
Visto así, el desolador cuadro, Colombia seguirá en la encrucijada, pero con las Farc concentradas en 26 casa verdes, se repetirá el escenario de 1986 cuando salió el laxo gobierno de Belisario Betancur y entró el desubicado gobierno de Virgilio Barco, amarrado con el cuento de la paz .
Obviamente las Farc y el Eln seguirán con el cuento de que ellos quieren la paz, que hay que seguir hablando para solucionar los orígenes del conflicto, que hay enemigos agazapados de la paz, que las armas no las pueden entregar porque nadie se las dio y además son el garante de que se cumpla lo impuesto a De la Calle y su combo de mudos, que no son traquetos, que las Farc no son victimarios, que Colombia necesita cambios democráticos, etc, etc.
Por esas y otras razones, las Farc y el Eln siguen haciendo lo que les da la gana, frente a un gobierno pantallero, mentiroso, auto-elogioso, pero lo más grave, inepto e incapaz de generar una estrategia clara para bloquear la estrategia político-armada-propagandística de las Farc,
Todo eso sucede, porque su máximo jefe anda inmerso en la nebulosa de su vanidad y egocentrismo de ser Nobel de Paz.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en defensa nacional, estrategia y geopolítica
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 31 libros y analista permanente de CNN en español. Para leer algunos de los libros escritos por el coronel Villamarín haga click aquí
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