Por Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Escritor-estratega
Publicado el 7 de Septiembre 2007 7:56 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia
Igual que sucede con el mito de los supuestos 16000 soldados que rodearon a Tirofijo y 41 bandidos mas en Marquetalia, desde su nacimiento, las Farc y los comunistas colombianos han repetido hasta la saciedad la mentira que las guerrillas comunistas son el producto de un proceso histórico y que por ende representan al pueblo colombiano, al que inicialmente llamaron proletariado campesino.
Desde esa óptica, intelectuales propagandistas de oficio y despistados de aquellos que parecieran vivir en Marte y no en Colombia, repiten que ante la evidencia de la inmersión de las Farc en el narcotráfico y el terrorismo, las guerrillas comunistas de los años sesenta si tenían norte político y fuera de eso luchaban por Colombia.
Ninguna de estas aseveraciones es cierta. Solo obedece a la versión tergiversada de la guerra iniciada por el partido comunista contra Colombia. Pero como es lógico, los “camaradas” siempre tienen la respuesta acomodada y el señalamiento de “paramilitar”, “derechista”, “reaccionario” etc a todo aquel que disienta de la “verdad comunista”, dicho sea de paso, la única valedera para ellos y para el determinismo histórico. Ninguna otra opción es valedera y no vale la pena ser discutida. Esa es su “democracia”.
Por tratarse de una religión sin dios, el comunismo o mejor dicho “socialismo científico” anterior al paraíso de bondades propuesto por los “camaradas”, es un credo obcecado, fanático y de contera terrorista, pues se oxigena sobre las tesis de la violencia minoritaria, la lucha de clases y la combinación de todas las formas de lucha.
Para los comunistas, el mundo está en permanente guerra y solo habrá paz cuando triunfen ellos. No hay otra paz posible. Es la lógica impositiva del jugador de tejo que dice: “o soy mano yo, o no hay mano”. Una forma sencilla de corroborar esta tesis es el cobarde asesinato a sangre fría de los 11 diputados en cautiverio y el descaro con que procedieron para entregar los despojos de las víctimas.
Hechas estas aclaraciones a continuación demuestro porque las Farc están en guerra contra Colombia.
1. El asesinato de dos hermanas de la caridad a manos de Tirofijo y Jacobo Arenas en Inzá Cauca, marca el inicio de la barbarie desenfrenada contra la población civil inerme. Ya casi no queda familia colombiana, ni mucho menos familia campesina, que no haya padecido el asesinato, el secuestro, el rapto, la tortura, la amenaza, la presión sicológica, o la engañosa incorporación de un joven por acción de las Farc. Podrían escribirse cientos de páginas señalando hechos concretos de la barbarie perpetrada por las Farc contra Colombia, pero ara efectos académicos, solo señalaré algunos pocos: Mascare en Bojayá, masacre de la Gabarra, destrucción de Granada Antioquia, asesinato del gobernador de Antioquia, destrucción del Club El Nogal, ataque terrorista en Villa Magdalena Neiva, etc
2. Las Farc han sido terroristas y asesinas desde su nacimiento. No se crearon ni se formaron para buscar el cambio de estructuras politiqueras corruptas. Fueron creadas por el partido comunista colombiano, que soñaba y sigue soñando con imponer una dictadura totalitaria de visión prehistórica, ajena a la dinámica de la historia contemporánea, pues lo único que les interesa a los camaradas, es quitar las prebendas a los de siempre para usufructuarlas ellos al estilo cubano, es decir sometiendo a los gobernados a la miseria, la supresión de libertades individuales, las cárceles, los paredones y la tortura.
3. En los primeros años de existencia de las Farc, los secuaces de Tirofijo provenientes de la aberrante violencia liberal-conservadora, incendiaron sementeras, masacraron trabajadores que no eran comunistas, secuestraron ganaderos y hacendados, mataron “sapos”, iniciaron a realizar los tenebrosos “consejos de guerra revolucionarios” e impusieron el control por medio del terror en las áreas donde los camaradas del Partido habían adoctrinado la población civil. El libro En el Infierno describe con lujo de detalles este proceso, relatado por un sicario entrenado por Raúl Reyes.
4. A partir de la década de los ochenta, las Farc se inmiscuyeron en narcotráfico y en lugar de fomentar el desarrollo agropecuario del que habla su documento programático del plan agrario, estimularon la siembra de cultivos de cocaína, marihuana y amapola, para conseguir dinero suficiente para su ingente flujo logístico. Es obvio, a las Farc no les interesa que se resuelvan los problemas del agro, pues se les acabaría la justificación de la guerra que desarrollan.
5. Bastaría con pedir a los alcaldes o los jueces municipales que acopiaran los datos estadísticos de cuantas personas han sido asesinadas o desterradas de sus parcelas, por efectos de la coacción de las Farc, y de seguro que habría una base de datos suficiente para acusarlos de genocidio y para que la comunidad internacional los pusiera en el lugar que corresponde.
6. Si se hace un estudio cuantitativo y cualitativo de los daños causados contra la infraestructura económica y la cantidad de años productivos perdidos con las muertes de decenas de miles de colombianos asesinados por las Farc, las cifras estremecerían a cualquier persona con elemental sentido común.
7. Otro enorme daño que las Farc han causado a la economía nacional, es la fuga de cerebros y de capitales. Miles de profesionales graduados en universidades colombianas e inclusive con especializaciones en el exterior, así como potenciales inversionistas han huido de Colombia por temor a ser secuestrados, extorsionados o asesinados por la guerrilla. Y con ellos se han ido miles de millones de dólares que hubieran inyectado empuje al desarrollo sostenible. Es sencillo, mientras no hay seguridad no hay inversión y por ende hay desempleo, pobreza y caldo de cultivo para la violencia. Es un círculo vicioso.
8. Si se cuantifican los costos por daños causados a municipios y caseríos asaltados por la guerrilla, saltan cifras exorbitantes de dinero que bien pudiera haberse invertido en educación, salud, vivienda, o infraestructura vial. Igual sucedería si se cuantificaran los daños causados a los oleoductos, los puentes, los centros de salud, los edificios de las alcaldías, los cuarteles de policía, etc.
9. Al descarado saqueo que los politiqueros tradicionales sometieron la Caja Agraria, se sumó la morbosa criminalidad de las Farc atacando y destruyendo poblados en los que antes funcionaba esta entidad bancaria, de donde se robaban el dinero, las máquinas de escribir, los computadores, etc. Sin duda que el terrorismo de las farc fue el puntillazo final a la desaparición de la Caja Agraria y al incremento de las pérdidas acumuladas de los dineros del fisco nacional.
10. El reclutamiento de menores para la guerrilla además de ser un crimen repudiable, es una forma terrorista de agredir a Colombia, pues se pervierten seres humanos desde la mas tierna edad al inculcarles la doctrina del odio y la violencia en nombre del partido político que representan.
Estos y otros puntos demuestran que a las Farc nunca les ha interesado la población que dicen defender. Por el contrario la han agredido de manera sistemática al asesinar seres humanos y destruir las precarias facilidades de la infraestructura económica. Por esas razones refrendo mi tesis: la guerra de las Farc no es contra las Fuerzas Militares ni contra la oligarquía, es contra Colombia a la que quieren esclavizar como ocurre en Cuba.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
www.luisvillamarin.com
Analista de asuntos estratégicos