Análisis del conflicto colombiano
Desde hace varias décadas, la geopolítica del terror y la delincuencia se han venido apropiando del control estratégico del país en las fronteras, y de manera singular, este fenómeno se incrementó luego de la firma del pacto Farc-Santos, pacto mediante el cual se facilitó a los terroristas posicionar sus estructuras políticas no desmovilizadas sobre el Hinterland del país (periferias), con el fin de proyectar su plan estratégico sobre el Heartland (corazón del poder de Colombia.
En la por siempre conflictiva región del Catatumbo, se combina una serie de factores, que coadyuva al incremento de la violencia, el terrorismo, la delincuencia, la corrupción, la pobreza, debido esencialmente a la carencia de políticas de fronteras y la consecuente ausencia integral del Estado en esa región.
El Catatumbo es poblado por etnias indígenas, campesinos, habitantes lugareños, colonos agrícolas y narcotraficantes de todos los carteles, que al amparo de las Farc, el Eln, el Epl ahora llamado los Pelusos, las antiguas AUC después denominadas bandas criminales, han convivido en medio de un caos y rampante ausencia de institucionalidad.
De remate, el petróleo que brota de las ricas selvas del Catatumbo, solo ha servido para incrementar la presencia de bandas armadas, y por su ubicación geoestratégica en límites con Venezuela, el Catatumbo se convirtió en la zona ideal para esconder a los cabecillas principales de las Farc, para el narcotráfico, el tráfico de armas, el asentamiento de milicias bolivarianas y cuadrillas del Eln y las Farc camufladas dentro de “organizaciones sociales”, el contrabando, el hurto de petróleo, el secuestro de ganaderos y comerciantes, y en general para estructurar un espacio geográfico aparte, donde impera la ley del revólver, y donde se configura de manera progresiva un Estado fallido dentro del Estado colombiano. Para colmo de males, la eventual balcanización del Catatumbo cuenta con el pésimo ejemplo administrativo de Venezuela y el apoyo del palacio de Miraflores a las guerrillas colombianas.
Históricamente las Fuerzas Militares han combatido en esta zona, aportando ingentes cuotas de sangre y sacrificio, pero el problema en lugar de reducir ha aumentado. La causa principal es el desconocimiento de las élites gobernantes tanto del plan estratégico de las Farc y el Eln, como de la realidad sociopolítica de los habitantes del Catatumbo. Entonces, las respuestas no han sido integrales contra un problema que es integral.
Por ley natural de la física aplicable a la geopolítica, los espacios que quedan vacíos son llenados por otro agente físico. La dudosa desmovilización de las Farc abrió el espacio para que el Epl que contaba con 60 bandidos se multiplicara en el Catatumbo y se extendiera en otras regiones del país, lo cual infiere que los delegados del gobierno Santos en Quito y La Habana, no interpretaron los planes estratégicos de los dos principales grupos terroristas y cayeron en la trampa tendida por su contraparte.
Que el Epl aparezca fuerte en Catatumbo y otros lugares del país, luego de la “paz” con las Farc y de la muerte de “Megateo”, a la par con la resurrección del Eln, es sintomático y refuerza la tesis que lo pactado en Cuba fue errático, que los comisarios políticos de los grupos terroristas y sus estructuras armadas se están asentando sistemáticamente en las fronteras con miras a controlar el Hinterland, apoderarse de la producción y tráfico de coca, incrementar la base política no desmovilizada de las Farc y llevar al gobierno de turno a la trampa de conversar y conversar con el Eln y el Epl, mientras la guerra revolucionaria marxista-leninista contra Colombia, sigue su desarrollo viento en popa a favor del plan estratégico de las Farc.
El reciente paro armado ordenado en el Catatumbo por el Epl, el Eln y las supuestas disidencias de las Farc, sintetiza la realidad estratégica de la importante región fronteriza con Venezuela cuyo gobierno es cómplice declarado del terrorismo contra Colombia, e indica que las Fuerzas Militares no solo carecen de objetivos estratégicos, sino que están mal dirigidas en los ámbitos políticos y estratégicos, y, de contera, su labor no es articulada con planes concretos de defensa y desarrollo nacional en las fronteras.
Por esas razones es válido preguntar: ¿A qué país pertenece y cuál Estado gobierna en el Catatumbo?
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en Defensa nacional, Geopolítica y Estrategia
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