Es un imposible moral que la dictadura cubana pertenezca a la OEA

Publicado: 2012-04-12   Clicks: 2639

  Análisis del conflicto colombiano

     La actitud politiquera, pantallera y demagógica de Juan Manuel Santos en torno a la eventual inclusión de la dictadura cubana dentro de los gobiernos libres del hemisferio y por ende su aceptación en la OEA, es una afrenta contra la dignidad del pueblo colombiano, por ende Colombia debería ser el primer país en oponerse, pues ha sido el receptor de toda la criminalidad generada por la satrapía que mal gobierna la paradisiaca isla.

    No se trata de hacerle un mandado a la Casa Blanca. Aunque lo hemos dicho en anteriores escritos, las palabras dignidad y lealtad, al parecer no existen en el diccionario de la dirigencia política colombiana, es oportuno recordarle al señor Santos, que el gobierno narcoterrorista de los hermanos Castro, es enemigo histórico de Colombia y que gran parte del grave problema de violencia y desorden público que asedian al país desde hace cinco décadas, se han originado en La Habana, bajo la dirección de los dos ancianos terroristas de apellido Castro Ruz.

     A manera de sumario queremos recordarle al señor Santos o mejor informarlo, pues quizás mientras él era un “yuppi” de pelo largo y un hippie con sandalias que se paseaba  en Londres con cargo oficial provisto por la Federación de Cafeteros, y según su propio testimonio, un chico díscolo consumidor esporádico de uno que otro baretico de marihuana, los comunistas cubanos entrenaron pandillas del Eln, las Farc, el M-19 y ofrecieron refugio seguro a cientos de criminales de estas organizaciones, para que eludieran la justicia colombiana.

    Los hermanos Vásquez Castaño, fundadores del Eln fueron entrenados en Cuba para que vinieran a Colombia con el fin de derrocar el gobierno legítimo, y de paso, eliminar a los “capitalistas burgueses”, como usted y su por siempre privilegiada familia.

    Durante la conferencia tricontinental de 1966, el dictador Fidel Castro abrió las puertas a todos los movimientos terroristas latinoamericanos y pocos años más tarde los contactó con Eta en España y con Kadaffy en Libia. Poco después envió a sus delegados para que ayudaran al M-19 a planear el asalto a la Embajada de República Dominicana con el secuestro de varios diplomáticos, que por obvias razones fueron liberados en Cuba después del pago de una jugosa suma de dinero.

     Al mismo tiempo llevó a casi 200 narcotraficantes y terroristas del M-19 a que prepararan una invasión armada contra Colombia, efectuada de manera simultánea por el Chocó y el Putumayo. Esto ocasionó el rompimiento de relaciones diplomáticas de Colombia con el gobierno terrorista cubano, pero años más tarde las reanudó el también demagogo presidente Cesar Gaviria, pese a que sabía que a finales de 1991, estuvieron en Cuba Alfonso Cano, Iván Márquez y Pablo Catatumbo, coordinando con Fidel Castro, los pasos a seguir para la legitimación de las Farc, luego del golpe de estado que daría Chávez en febrero de 1992.

     Tras el bombardeo al campamento de Raúl Reyes en Ecuador, las autoridades judiciales y los organismos de inteligencia encontraron en los computadores del terrorista abatido, que la dictadura cubana está muy ligada con los planes estratégicos de las Farc y el Foro de Sao Paulo, para derrocar el gobierno colombiano, expropiar a los dueños del capital y la tierra en el país, lo cual incluye a Santos y sus familiares; e imponer un gobierno afín a Chávez, Correa, Ortega y los demás delincuentes de cuello blanco que apoyan a las Farc.

    Por estas y muchas razones, Colombia debe asumir una posición de dignidad y sensatez. No el juego oportunista de Santos para buscar la reelección, o la nominación al Premio Nobel de Paz, o la eventual designación a la Secretaría de la OEA o la ONU.

     Por obligación de Patria, Santos debería solicitar a los 33 asistentes a la Cumbre de las Américas en Cartagena, que al unísono exijan y obliguen la remoción de la dictadura cubana de la isla, el retorno a la democracia y la libertad de los cubanos y la entrega de los criminales hermanos Castro y sus cómplices a la Corte Penal Internacional, para que esa instancia los juzgue y encarcele, por patrocinar el narcoterrorismo internacional y oprimir durante 53 años a su propio pueblo.

    Actitudes blandengues y mediocres como la asumida por Santos, para quedar bien con todo el mundo y dar más espacio político a las Farc y sus cómplices internacionales, además de prestar el territorio colombiano con gastos pagos por los contribuyentes que cometieron el error de elegirlo; sólamente sirven para que el gobierno totalitario cubano, el más criminal en toda la historia del continente, se salga con la suya, y para que los complotados contra Colombia, avancen en el proyecto soterrado de meter al país en el redil del Foro de Sao Paulo y el Socialismo del Siglo XXI.

   Señor Santos: usted sabe que con candela no se juega,  porque esta quema. No se crea demasiado listo, porque los comunistas que todo el tiempo están en guerra contra la libertad,  son expertos en las trampas y los engaños. Es un imposible moral apoyar la inclusión de Cuba en la OEA y una afrenta contra  Colombia, dar estatus de gobernantes legítimos  a los criminales que oprimen al pueblo cubano y patrocinan el narcoterrorismo contra el mundo libre.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

Lea aquí las obras del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

 

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