Análisis del conflicto colombiano
El ambiente político está caldeado en Colombia por cuenta del resurgimiento del terrorismo urbano y la presencia mediática que han logrado las Farc con el secuestro del periodista francés, el cinematográfico atentado contra el exministro Fernando Londoño en las calles de Bogotá, y la sorpresiva acusación de un fiscal de derechos humanos contra el dirigente liberal Sigifredo López, por su presunta participación en el secuestro de los diputados del Valle en marzo de 2002, frente a la inacción e ineptitud del comandante de la Tercera División del Ejército de la época.
Como suele suceder en los avatares y enconos politizados, críticos y defensores del gobierno Santos, han sacado a relucir sus pullas y mensajes descalificadores de lado y lado, sin que ninguno de los vehementes contendientes, aborde el asunto medular del problema, por una simple y sencilla razón:
Ni la dirigencia política, ni los medios de comunicación, ni la academia universitaria, han puesto atención a los alcances y objetivos del Plan Estratégico de las Farc y su derivación denominada Farcpolítica.
Por ende la respuesta militar, por efectiva que sea, siempre será insuficiente para contrarrestar acciones articuladas en asuntos jurídicos, políticos, económicos, mediáticos, diplomáticos y sicológicos.
¿Qué es el Plan Estratégico de las Farc?
El Plan Estratégico de las Farc es una hoja de ruta sincronizada y elaborada en forma metodológica por el Partido Comunista y el grupo terrorista, proyectada a largo plazo para buscar la toma del poder político en Colombia, por medio de la combinación de formas de lucha, establecidas en las conferencias guerrilleras de las Farc, los Plenos Ampliados con representantes del Partido y miembros del “estado mayor central y el secretariado farianos”; así como en los documentos programáticos.
El Plan Estratégico de las Farc gravita sobre cuatro líneas:
1. La acción armada de las cuadrillas y las milicias bolivarianas, sobre el eje del terrorismo comunista.
2. La actividad política nacional e internacional por medio de los cuadros legales y clandestinos del partido, las organizaciones no gubernamentales financiadas por las Farc, el narcotráfico y los gobiernos adscritos al socialismo del siglo XXI, el Foro de Sao Paulo, la Coordinadora Continental Bolivariana y los Partidos Comunistas de varios países.
3. Las finanzas derivadas del narcotráfico, el secuestro, la extorsión, el boleteo, el robo a mano armada, los réditos obtenidos de activos blanqueados y los aportes del gobierno de Venezuela.
4. El accionar socio-cultural orientado por miembros del movimiento bolivariano clandestino y del Partido Comunista Clandestino infiltrados en la justicia, el magisterio, los grupos de cultura popular, las juntas de acción comunal, los concejos municipales, las asambleas departamentales y otras instancias públicas.
Por tratarse de un proyecto a largo plazo, las Farc desarrollan al mismo tiempo y con todas sus estructuras armadas y desarmadas, un plan cohesionado, unido por tareas tácticas definidas en cada campo, orientadas a constituir un ejército revolucionario que cope las 30 ciudades más importantes de Colombia, y que como estímulo a la subversión, impulse una insurrección generalizada que conduzca a los comunistas a la toma del poder, para integrar al país en el embeleco del siglo XXI y el sueño totalitario de la dictadura cubana de extender el marxismo-leninismo por todo el continente.
Es un proyecto político-estratégico visto por las Farc como una prolongación en el tiempo de la superada guerra fría en otros escenarios mundiales. No quiere decir que las Farc lograrán sus objetivos, ni que los sucesivos gobiernos desde 1964 hasta la fecha lo hayan impedido, pues las dificultades de los comunistas para concretar sus planes, han provenido del sacrificio de las Fuerzas Militares de Colombia y no de las inexistentes respuestas integrales del Estado.
La estratagema de la paz y el Plan Estratégico de las Farc
Debido a la caída del Muro de Berlín y la evidente obsolescencia del comunismo en el planeta, las Farc repiten el credo de la dictadura cubana, que el socialismo tiene vigencia, y con el coro de sus cómplices, propalan la idea que un proceso de negociación política que conduzca a la paz, es la única forma de resolver el conflicto armado en Colombia.
Vista con óptica desprevenida, esta sería la solución del problema, pero detrás de esa aparente oferta pacifista, se esconde la intención manipuladora de una estratagema de paz, calculada para legitimar al grupo terrorista, concederles estatus de beligerancia y dar un salto cualitativo hacia el objetivo final de la toma del poder, pues no incluye desmovilización, entrega de armas ni sometimiento a la justicia.
Los hechos demuestran que a pesar de la farsa de las conversaciones de paz en Uribe-Meta con el gobierno de Belisario Betancur, de la trama propagandística de las conversaciones en Caracas y Tlaxcala y del exabrupto de la cesión voluntaria de la soberanía nacional por parte de Andrés Pastrana y su cúpula militar, de manera inexplicable, cada vez que los terroristas exteriorizan su estratagema de paz, aparecen personajes como Roy Barreras, Benedetti o Álvaro Leyva Durán, además de los dirigentes comunistas que en forma específica tienen “solidaridad de clase”, para hacer el juego a las maniobras manipuladoras de las Farc.
Por ende, si el gobierno y la llamada sociedad civil colombiana no actúan con acierto frente a la agresión integral del Plan Estratégico de las Farc ni ante a la estratagema de la paz, habrá menos conciencia nacional, menos conocimiento de la intención de los terroristas y hasta indiferencia derivada de la falta de análisis y la consuetudinaria amnesia política.
La insuficiente respuesta del Estado colombiano
Mientras las Farc están en guerra decidida, fanática y frontal contra el Estado colombiano, contra la institucionalidad y contra el orden vigente; intencionalidad que materializan por medio del desarrollo sistemático y metódico de cada uno de los componentes del Plan Estratégico, los sucesivos gobernantes desde la década de los sesenta en adelante, han actuado con miopía, sin continuidad de planes de gobierno a largo plazo, sin estrategias políticas articuladas para eliminar el caldo de cultivo de la subversión armada, pero sobre todo, sin un proyecto coherente para solucionar los problemas socio-económicos de manera simultánea con la neutralización de cada uno de los componentes estructurales del proyecto a largo plazo de las Farc.
Todos estos mandatarios, incluido Álvaro Uribe han cometido el error de depositar en las instituciones militares la solución al problema, sin hacer mayor esfuerzo por combatir la corrupción en todos los niveles de la administración, sin llevar el desarrollo integral y sostenido a las regiones donde las tropas neutralizan las cuadrillas terroristas, sin combatir el narcotráfico en coordinación con otros países, sin desarrollar una estrategia diplomática para que los gobiernos del mundo entero neutralicen a los miembros del Frente Internacional de las Farc, sin comprometer a todos los estamentos oficiales en la solución colectiva del problema, sin educar al pueblo colombiano acerca de la inconveniencia de un régimen totalitario etc.
La improvisación y el oportunismo demagógico han primado sobre la posibilidad de diseñar planes de gobierno sostenidos en el tiempo. A manera de ejemplo, desde 1991 por el ministerio de Defensa han rotado 15 funcionarios civiles, sin ninguna formación en temas de seguridad nacional, estrategia, geopolítica y sin conocer el Plan Estratégico de las Farc, inclusive después de haber pasado por el cargo.
Todos sin excepción, han utilizado ese cargo como un trampolín político para acrecentar posteriores ambiciones políticas personales, para darse publicidad momentánea con los éxitos de las tropas y para eludir la responsabilidad en casos negativos como fracasos operacionales, ejecuciones extrajudiciales, fuero militar, régimen disciplinario, escándalos mediáticos, salarios, salud, defensa jurídica y respaldo político en el Congreso.
El embeleco de la paz sin entender la estratagema de las Farc, ha incidido de manera negativa en la credibilidad del alto gobierno dentro de las tropas. Ningún soldado entiende cómo es posible que todos los días ve caer campesinos y gentes humildes entre quienes están sus compañeros de armas, mientras que el presidente, los ministros y los congresistas, ambiciosos de reelecciones, mas cargos burocráticos, mas poder sobre la torta presupuestal, y más presencia mediática, actúan a la “topa tolondra” frente a las marrullas de los terroristas.
El bloqueo de la información a la inteligencia militar y la insuficiencia jurídica contra la Farcpolítica
De manera increíble, las tropas que combaten a las Farc en los campos de batalla y que a menudo decomisan computadores, memorias USB y documentos de alto valor para continuar el esfuerzo de inteligencia, útil para desarticular las estructuras armadas de las Farc, se enteran de los contenidos de estos elementos, debido a lo que publican los medios de comunicación y no por los canales institucionales internos.
La explicación: Todo el material incautado en los combates debe ser entregado a la Fiscalía de la General de la Nación, con la debida cadena de custodia y de inmediato se convierte en reserva del sumario, lo que significa que las tropas que persiguen a los terroristas, carecen de la información requerida para combatirlos, pese a que esta existe.
De remate, es muy limitada la acción judicial contra la Farcpolítica. Cuestionadas decisiones judiciales como declarar sin valor probatorio los computadores de Raúl Reyes, las medidas de jueces descriteriados que dejan en libertad a terroristas que enseguida se asilan o regresan a las cuadrillas a delinquir, o de funcionarios públicos municipales y departamentales, miembros del Partido Comunista Clandestino que a diario tejen las redes del Plan Estratégico de las Farc, sin que les caiga el peso de la justicia.
Lo grave del asunto, es que el propio gobierno nacional en búsqueda del protagonismo mediático, a menudo publica informaciones encontradas en los computadores de terroristas abatidos o capturados, que resumen las intenciones estratégicas de las Farc, verbigracia planes para acometer ataques terroristas urbanos, la presencia de las células dirigidas por Catatumbo y Carlos Antonio Lozada en algunas universidades, la metodología del movimiento bolivariano clandestino y el Partido Comunista Clandestino.
Pero como no hay integración del Estado para confrontar a un enemigo común, cada quien anda por su lado.
Con el argumento de la democracia y la necesaria separación de poderes, jueces, procuradores, ministros, gobernadores, etc., se creen islas aparte y epicentros del universo, sin darse cuenta que el proyecto integral de las Farc consolidado en su Plan Estratégico, es destruir el Estado que ellos representan, aplicarles la justicia revolucionaria e imponer una dictadura comunista.
Que funcionarios impreparados hayan ocupado el ministerio de Defensa en medio de una guerra narcoterrorista contra Colombia, equivale a ubicar un diseñador gráfico de jefe del departamento de cirugía de un hospital cardiovascular. O nombrar a un economista como Fiscal General de la Nación, o magistrado de una corte, o juez municipal, etc.
Lo preocupante del asunto, es que mientras crecen estas debilidades y fisuras dentro del llamado establecimiento que no se une ni se integra para protegerse y blindarse frente a una agresión estructurada dentro de un plan estratégico con ambiciones concretas, amparadas en la Farcpolítica, la estratagema de la paz, la corta visión del Estado y el contubernio internacional del socialismo del siglo XXI, las Farc manejan los vaivenes del pulso mediático del guerra.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
Lea aquí los libros escritos por el coronel Luis A. Villamarín P.