Análisis del conflicto colombiano
El anuncio mediático según el cual, el terrorista preso conocido con el alias de Martín Sombra llevará a los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, hasta 300 fosas comunes diferentes, ubicadas en los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá, Meta y Guaviare donde las Farc, han sepultado a miles de víctimas de sus atrocidades, no tiene antecedentes en la historia universal, pero a la vez ratifica la necesidad que los comunistas armados y desarmados reparen a sus víctimas y purguen condenas por los crímenes cometidos.
La revelación de Martín Sombra pone en vilo la ya cuestionable legitimidad de un proceso de paz iniciado a espaldas de los colombianos, sin estrategia gubernamental clara, colmado de cesiones anticipadas, marcada manipulación de los terroristas y poca pero muy poca claridad, con obvios visos de ser una estratagema mas de las Farc como parte de su minucioso plan de guerra.
La macabra confesión de Martín Sombra preludia una tormenta informativa y al mismo tiempo respuestas a muchas incógnitas que asedian a los familiares de las víctimas de las atrocidades de las Farc. Además de la vergüenza mundial para Colombia por abrigar en su seno, monstruos criminales como las Farc apadrinados por comunistas recalcitrantes y cómplices nacionales e internacionales.
Aparecerán los esqueletos de muchos secuestrados, que fueron asesinados en cautiverio por no pagar completo las exageradas sumas de dinero exigidas a sus familiares. También aparecerán los restos mortales de terroristas de las Farc asesinados por sus compinches en tenebrosos consejos de guerra revolucionarios. Por otro lado aparecerán los cadáveres de campesinos sacados a la fuerza de sus parcelas y asesinados por no cooperar con el “movimiento armado”
Y por obvias razones, aparecerán “desaparecidos” asesinados por las Farc, pero endilgados a las Fuerzas Armadas, con la complicidad de bufetes de abogados deshonestos, listos a lucrarse con farsas y los testimonios de falsos testigos. Y mucho más.
Se espera que además de la versión específica que de Martín Sombra en cada caso, el hallazgo en cada una de las fosas, implique profundos y clarificadores estudios científicos de la medicina forense para no solo identificar a las víctimas, sino para esclarecer con exactitud cómo se produjo cada uno de los “ajusticiamientos”.
En el libro titulado En el Infierno de mi autoría, Johny un desertor de las cuadrillas 17, 25 y de las estructuras de seguridad del Secretariado de las Farc, denunció las tenebrosas purgas comunistas al interior de las Farc, la persistente violación de la dignidad de la mujer, los espeluznantes crímenes contra campesinos denominados lumpen por no cooperarles o por ser delincuentes comunes, cómo el tráfico de narcóticos incidió en el asesinato de algunos integrantes de la UP a manos de las mismas Farc y otras informaciones comprobadas en el lugar de los hechos.
Al final concluye Johny el arrepentido sicario comunista, que sus crímenes no fueron cometidos para eliminar a su enemigo de clase, sino para sobrevivir de la arrolladora criminalidad de sus compinches.
Quizás esta misma reflexión obligó a Martín Sombra, el criminal que arrojó granadas de mano contra sus enemigos de clase en empobrecidos caseríos del Meta, que torturó secuestrados y mató a cientos de seres humanos, por orden de don Manuel (Tirofijo) quien lo incorporó a las Farc como uno de sus criminales, cuando Martín Sombra era un niño de apenas diez años de edad, víctima de la violencia que desataron los comunistas en los campos en la década de los sesenta, con la baladronada que su terrorismo es una parte de la combinación de las formas de lucha para la toma del poder, por parte de los pobres.
Esperemos que se destape la olla podrida y que los negociadores de paz del gobierno colombiano, logren que las Farc acepten la responsabilidad de los crímenes que va a destapar Martín Sombra, que la justicia colombiana deje a un lado las consuetudinarias leguleyadas como la de los magistrados que invalidaron los computadores de Reyes, y que los cabecillas terroristas y sus cómplices desarmados, purguen condenas además de reparar a las víctimas de sus atroces crímenes.
Claro está, si otros terroristas que también saben donde están las fosas, no desaparecen las pruebas y si los camaradas desarmados no desatan alrededor del tema, las oleadas de patrañas, mentiras y engañifas tradicionales, propias de la propaganda comunista.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
Lea aquí las obras escritas por el Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
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