Análisis del conflicto colombiano
El 20 de enero de 2013 se cumplen dos meses de la supuesta tregua unilateral de las Farc, con continuación condicionada por sus cabecillas, a la tramposa estratagema de exigir al gobierno nacional, que suspenda las operaciones militares de control del orden público, en todas las áreas donde los criminales de las Farc asedian a Colombia.
Nunca hubo ni la supuesta tregua ni mucho menos intención sincera de hacerla. Prueba de ello es que los terroristas del Frente Internacional de las Farc, los mismos que masacraron a cientos de campesinos en el Cauca y el Caquetá dizque porque eran lumpen antirrevolucionario, hoy aparecen en la revista Semana, compadecidos por las muertes de los soldados y policías que sus compinches asesinan a mansalva en Colombia.
Los mudos negociadores de Colombia en La Habana, muy bien pagados con dineros aportados por los contribuyentes colombianos, parecen no haberse percatado, que están metidos en medio de una encerrona comunista internacional, orquestada por los sátrapas Castro, el chavismo, el Alba y las Farc.
Así lo corroboran, los diez puntos de la agenda agraria que se filtraron a los medios de comunicación y que causaron mucha molestia al presidente Santos, sumados a la estratagema de pedir la presencia del ministro de Agricultura en Cuba y el show de los camaradas que orientaron el Foro Agrario en Bogotá; coincidentes en el tiempo con el “merecido descanso de fin de año” para De La Calle y su combo; y con la supuesta tregua unilateral, que a todas luces era la oportunidad político-estratégica necesitada por las Farc, para realizar la décima conferencia o un pleno ampliado, libres de presiones, con todos los cabecillas de estructuras farianas.
Las Farc han cambiado de métodos pero no de líneas de acción, ni de objetivos, ni de esquemas globales para articular su plan estratégico.
Siguen convencidos que la combinación de las formas de lucha es la clave para alcanzar el poder político, y desde luego, que la acción terrorista armada tiene vigencia y es la columna vertebral de su proyecto integral.
Por ende, fieles a las enseñanzas comunistas de la farsa y la mentira, las Farc cometen mil barbaridades contra sus víctimas, engañan, roban, trafican coca, etc; pero claro, ellos son las víctimas y quien los combate o contradice, es victimario.
Hace pocos días un general ecuatoriano descubrió que el agua moja, al delatar que las Farc siguen en Ecuador, que trafican mas coca que antes y que se apertrechan con complicidades en ese país.
Solo faltó decir al militar ecuatoriano, cuánto dinero aportarán esta vez las Farc a la campaña presidencial de su camarada del alma Rafael Correa, pues este personaje siniestro y enemigo declarado de Colombia, es clave para conceder reconocimiento político y embajada a las Farc en Quito, cuando las condiciones geopolíticas y geoestratégicas del socialismo del siglo XXI permitan a los terroristas.
En otro escenario, hoy la Policía Nacional incautó varias arrobas de explosivos en Cundinamarca, junto con los planos para atacar escuelas de formación de la Fuerza Pública en Bogotá… Los diálogos de paz para las Farc son actos de guerra no de paz, repetían a menudo Raúl Reyes y el Mono Jojoy.
Lo anterior indica que el fin de la tregua unilateral de las Farc, fue analizado, calculado y decantado en La Habana, con la aprobación de todos los cabecillas para ejecutar planes terroristas contra objetivos rentables y de alta sensibilidad político-estratégica, que posicionen a las Farc como una fuerza que no está sometida a la estulta idea del “fin del fin”; y que de paso, acorralen al débil gobierno Santos a ceder en la tregua bilateral, para que durante ese lapso las cuadrillas se reabastezcan, reentrenen y preparen nuevas ofensivas armadas contra Colombia. Círculo vicioso…
Para no repetir la estupidez funcional de Andrés Pastrana y sus livianos negociadores Víctor Gumersindo Ricardo y Camilo Gómez en el Caguán, urge que algún congresista con amor patrio, si es que todavía queda alguno, haga un debate y hasta un juicio político a Santos y a los mudos negociadores, para que expliquen al país para donde va toda esta bobería colectiva.
De seguro la próxima semana las páginas de los diarios y los noticieros de televisión darán cuenta del recrudecimiento del narcoterrorismo comunista contra Colombia y conminarán a Santos a que ceda ante las pretensiones de los bandidos de todas las pelmbres, para que haya paz... Mas muertos, más lisiados, mas infraestructura vial deteriorada, mas viudas, mas huérfanos y mas tragedia para el pueblo colombiano.
También veremos a Santos gaguear que los bandidos se sentaron a negociar en Cuba porque están derrotados, que el terrorismo es cobardía y debilidad, que los diálogos en Cuba van por buen camino, y todo eso adornado con una serie de actos de politiquería barata en cualquier sitio populachero, en aras de su añorada reelección.
Quizás podremos escuchar al Ministro Pinzón, mientras levita en su ego de estratega advenedizo, que la Fuerza Pública encarnada en él y solo él como artífice de los grandes golpes contra las Farc en 2011-2012, tiene el control de todo, que el terrorismo es cobardía y que no habrá un solo sitio vedado para las tropas.
Entretanto, la desinformada ciudadanía estará muy pendiente de la Copa Suramericana de Fútbol sub-20, del sainete de poca monta de la vida pasión y muerte de Chávez, los realities del 2013 en Caracol y RCN y los chismes de la farándula.
Las víctimas del terrorismo enterrarán a sus muertos, los lisiados engrosarán las capas de desplazados o pordioseros en semáforos y transporte público; los embajadores y cónsules seguirán dormidos sobre los laureles dorados del exilio diplomático y el pueblo colombiano seguirá sin rumbo, sin líderes y sin objetivos nacionales.
He ahí nuestra dolorosa tragicomedia, próxima a reeditarse con la venidera oleada terrorista de las Farc, que deberá ser repelida por unas Fuerzas Militares sin representación política, sin fuero militar y sin servicios de bienestar social acordes con su sacrificio; sostenidas por la fe en la causa y el patriotismo de unos cuantos quijotes con jerarquía de mando institucional castrense.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
El coronel Luis Alberto Villamarín es especialista en temas de defensa nacional, geopolítica y estrategia general. Autor de 19 libros relacionados con el narcoterrorismo internacional, el conflicto armado en Colombia y la historia del continente. Algunas de estas obras han sido traducidas a portugués, inglés, alemán, francés y polaco. Como analista de asuntos político-estratégicos ha participado en paneles de expertos en Discovery Channel, Univisión, NTN 24 y Televisión Española.
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