Muerte de Chávez, medios de comunicación colombianos y seguridad nacional

Publicado: 2013-03-13   Clicks: 3947

    Análisis del conflicto colombiano

    El desproporcionado cubrimiento mediático por parte de los medios de comunicación colombianos, acerca  de la aún no aclarada muerte de Hugo Chávez, debe servir como punto de reflexión para los directores y propietarios de los medios, para el alto gobierno nacional, para los mismos periodistas y para el país en general, acerca de las obligaciones y deberes de los comunicadores, frente a los criterios de la seguridad nacional y la identidad patria como colombianos.

    La sublimación del histriónico y traicionero mandatario venezolano, al parecer extinguido por un fulminante cáncer, manejada con descarado tinte propagandista por la camarilla de secuaces chavistas y la mano no tan oculta de la dictadura cubana, arrojó anzuelos y atarrayas que mordieron todos los medios de comunicación internacional, incluidos los colombianos, que durante tres o cuatro días olvidaron realidades propias tales como:

     Paro cafetero sin antecedentes y con muchas perspectivas negativas para el país; miseria en los barrios deprimidos; eternas triquiñuelas de los congresistas; baladronadas de togados empecinados en aumentar su voraz apetito pensional; sospechoso viaje de congresistas a Cuba para reunirse con los bandidos de las Farc, según se rumora a ofrecerles 15 curules y la desaforada campaña autopropagandista de Juan Manuel Santos para conseguir el Premio Nobel de Paz y la reelección presidencial.

    Es obvio que los periodistas y su círculo de inmediatistas dirán y se defenderán con el cuento chino que la muerte de Chávez es un suceso de alta trascendencia internacional, sin darse cuenta que eso era precisamente lo que querían Maduro, Correa, la Kirchner, Dilma, Evo, los hermanos Castro, Ortega y los demás cómplices de las Farc.

    Pero el asunto es mas profundo: Hugo Chávez nunca fue amigo de Colombia. Jamás tuvo intenciones sinceras para la paz del país. Su farsa cohonestada por todos los bandidos de cuello blanco relacionados en los computadores de Reyes, Ríos, Tirofijo, Jojoy, Cano, Lozada, Tovar, Lucero Palmera, etc., consistía y consiste ahora en manos de Nicolás Maduro, en meter gato por liebre, para que mediante la combinación de las formas de lucha, los comunistas colombianos se acerquen al poder y se integren al viejo sueño totalitario de la dictadura cubana sobre el continente.

    Olvidan los comunicadores colombianos de todos los medios que durante cuatro días ininterrumpidos atiborraron la psiquis colectiva de los colombianos con bienaventuranzas a un bandido con categoría presidencial, que ese “héroe” al que destacaban su “sentido social” su “irreverencia antiyanqui” y su grotesco coqueteo con las damas, fue el mismo delincuente que apadrinó las Farc desde Venezuela, que irrespetó cientos de veces la dignidad presidencial de Colombia, que amenazó con una guerra relámpago contra el país, porque no superaba el dolor de la muerte en combate de su secuaz, el terrorista Raúl Reyes.

    Olvidan también, que hasta su muerte y con la venia cómplice del presidente Santos y de la canciller Holguín, Hugo Chávez se hizo el de la vista gorda y no extraditó a Colombia a los terroristas Julián Conrado y Fernando Marquetaliano, además de tolerar y permitir campamentos de las Farc y el Eln en Venezuela, tenerles acuerdos con la Guardia Nacional de ese país, y hasta oficina en el Fuerte Tiuna.

    Ignoran estos acuciosos informadores colombiano, que al convertirse como idiotas útiles en multiplicadores de las lágrimas de cocodrilo de Maduro, la Kirchner, y miles de venezolanos y cubanos contratados para el “plan lloriqueo” al lado del supuesto féretro de Chávez, que con esa actitud ingenua u oportunista, depende de la intención particular de cada informador, estaban legitimando el terrorismo comunista contra Colombia y que a la vez, son idiotas útiles de la jauría comunista latinoamericana.

     Por otro lado ignoraron los solícitos periodistas colombianos que inundaron periódicos, emisoras y cadenas de televisión con la trillada noticia; que su gratuita publicidad al chavismo, solo sirvió para generar entre muchos sectores pobres colombianos, la falsa idea que Hugo Chávez no era un sátrapa, ni un tramposo, ni un traidor, ni un enemigo declarado de Colombia, sino una santa paloma, que “hacía mucho por los pobres y que como tal fue asesinado por el criminal imperio”.

    Pero además olvidan o desconocen los acuciosos periodistas que cubrieron el sainete del funeral de Chávez, que en el espurio fallo de la Corte de La Haya contra Colombia por el mar territorial regalado a Nicaragua, hay altísima probabilidad que estuvo la mano oculta y traidora de Chávez; o, que el Plan Guaicapuro de Venezuela contra Colombia incluye la solidaridad con los terroristas Ortega de Nicaragua, para llevar a las Farc al poder en Colombia.

     Y lo que es más grave, que en el no descartable escenario que se le complique la situación a Maduro y su taifa en Venezuela, para desviar la atención de los problemas internos, el lenguaraz almirante Mulero puede poner en práctica el Plan Guaicapuro, con la disculpa de la solidaridad venezolana con Nicaragua, la justa lucha de las Farc, la unidad continental bolivariana y la hermandad de los pueblos en torno al socialismo del siglo XXI y la imagen del "Chávez bueno", que por desgracia ya fue multiplicada por los periodistas colombianos.

     Por razones obvias, este sainete de de idiotas útiles de la información al servicio de la nomenclatura chavista y la argucia de los dictadores Castro, afectó seriamente la seguridad nacional, sin que en apariencia se hubiera notado, y desde luego además de Maduro y su caterva comunistoide en Venezuela y el resto del continente, dejó muchos ganadores, todos negativos para la democracia colombiana, la institucionalidad y la defensa nacional en su conjunto.

    El primer ganador fue Santos, que no se sabe si en contubernio con los directores de medios, desvió la atención de los colombianos hacia los funerales de un bandido amigo y cómplice de las Farc; oportunidad que de paso le dio otros punticos para sus ambiciones electorales y de Premio Nóbel de Paz. Con esta pantalla, tapó la gravedad del problema del paro cafetero, al que luego calificó de componenda política para tumbar su gobierno, sin reconocer claro está, su marcada ineptitud como gobernante.

     El segundo ganador: las Farc, que lograron que la prensa colombiana los ligara con Hugo Chávez, por los ideales bolivarianos y no por el narcoterrorismo, en similar patraña a la que siempre han hecho en torno a sus nexos con el Partido Comunista Colombiano. De contera, varios congresistas incluidos dos camaradas recalcitrantes no críticos de las Farc, al parecer les llevaron la generosa y desesperada oferta de otros apátridas congresistas y un débil pero egocéntrico presidente, de llenarlos de curules en el Congreso, a cambio de que firmen un acuerdo de paz que permita la vanidosa reelección de Santos y su coincidente Premio Nobel de Paz.

     El tercer ganador, es el brazo político de las Farc, cuya cabecilla se pavonea en todos los escenarios mediáticos enalteciendo al “comandante” Chávez, su revolución bolivariana y su credo personal en la paz al estilo comunista, es decir, conveniente para los terroristas y letal para los colombianos, a los que en contrasentido dicen defender y representar. Y con ellos salen ganadores todos los bandidos de cuello blanco vinculados a la Farcpolítica, dentro y fuera de Colombia.

     En síntesis, Colombia es la única perdedora con todo este entramado teatral y calculado por los regímenes comunistas de Cuba y Venezuela. Por esa razón invitamos a los directores de medios de comunicación, a los decanos de las facultades de periodismo y comunicación social, a los periodistas que como borregos corren detrás de la chiva sin medir las consecuencias de sus actos, a la academia y a los colombianos en general, para que evalúen hasta donde un afán mediático puede afectar al seguridad nacional y convertir la comunicación social, en idiota útil de los intereses políticos de los enemigos abiertos o soterrados del país.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es especialista en temas de defensa nacional, geopolítica, historia política y militar colombiana,  y estrategia general, alrededor de los cuales ha escrito veinte libros y mas de 700 artículos, algunos de ellos traducidos a inglés, francés, portugués, polaco y alemán.

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