Análisis del conflicto colombiano
En entrevista con el programa Realidades de Radio Red de RCN, para analizar la incidencia de las milicias bolivarianas de las Farc en las zonas de reserva campesina, el coronel Luis Alberto Villamarín Pulido puntualizó.
La infiltración de estructuras políticas y armadas de las Farc en las zonas de reserva campesina creadas por la ley durante el débil gobierno de Ernesto Samper, es parte integral del Plan Estratégico del grupo terrorista, y están articuladas con la agenda impuesta por los representantes de las Farc a los delegados del gobierno colombiano en La Habana.
En el fondo los terroristas pretenden legitimar las estructuras marxistas-leninistas ilegales que operan en zonas de colonización armada y tierras ocupadas por la fuerza bajo el auspicio del partido comunista colombiano, donde los campesinos están amedrentados o ideologizados por las milicias bolivarianas, el partido comunista clandestino y el movimiento bolivariano clandestino.
La idea no es nueva, sino la reedición pragmática del proceso de colonización y ubicación estratégica a largo plazo de células terroristas y proterroristas, para construir el movimiento político armado que lleve el comunismo al poder, iniciadas con invasiones de tierras en la década de los 40 orientadas por el Partido Comunista, reafirmadas por las repúblicas independientes de Marquetalia, Riochiquito, Guayabero y Ariari de las Farc, extendidas luego al sur y suroriente del país, donde además se asentaron las redes de narcotraficantes, que inclusive convirtieron a las Farc en un cartel mas.
Lo acordado hasta abril de 2014 en La Habana, solo ha favorecido a las Farc, pues los puntos 1 y 2 de la agenda, en los que según las partes hay acuerdos no están finalizados, porque aún faltan incluir algunas imposiciones de los terroristas, que en suma conducen a legitimar la posesión y control armado de las Farc en las zonas de reserva campesina, asi como la facilidad para que los terroristas pongan a sus propios delegados por circunscripción especial, en el órgano legislativo nacional.
Lo anterior con la circunstancia agravante que la extraña negociación de la administración Santos con las Farc, no apunta a un pacto de paz, sino al etéreo acuerdo de fin del conflicto, para de ahí en adelante iniciar el acuerdo de paz, que desde la óptica comunista, solo será posible cuando las Farc estén en el poder, se halla suprimido la propiedad privada en Colombia y el país esté sometido al redil de la dictadura castrista. Por esa razón en ningún momento se habla de la desmovilización de los bandidos, ni de la entrega de armas, ni del control del Estado colombiano sobre las zonas de reserva campesina.
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