¿Existen nexos políticos, estratégicos, geopolíticos o de negocios personales Trump-Putin?

Publicado: 2017-03-03   Clicks: 2602

      Análisis geopolítico

    En menos de dos meses de ejercicio en el cargo el presidente de Estados Unidos Donald Trump ha generado más odios y amores que sus antecesores inmediatos, debido a sus estrictas políticas de inmigración, a su relaciones con los medios de comunicación, a los nombramientos de algunos de sus asesores inmediatos y con especial énfasis en el momento, por la poco clara relación del magnate estadounidense con el mandatario ruso Vladimir Putin.

    Alrededor de este último tema se han tejido muchos rumores y especulaciones, debido a que en lo transcurrido de su mandato, dos altos funcionarios de su administración son señalados de mentir ante el Congreso de Estados Unidos acerca de sus no aclaradas hasta ahora, relaciones con funcionarios oficiales y agentes de inteligencia rusos en la época de la campaña electoral en la que los demócratas aseveran hubo injerencia rusa. Acosado por los señalamientos de haber mentido  Michael Flynn, el asesor de seguridad nacional renunció al cargo. Por los mismos motivos hoy está en el ojo del huracán, el fiscal general Jeff Sessions, unos de los pilares de la administración Trump.

    Tal problemática debe ser analizada y evaluada con sentido crítico y en un intento de alejamiento del ruido mediático, de las pasiones banderizas y de la inquina de la pareja Clinton que sigue sin aceptar la derrota o de los republicanos extremistas que ven en su jefe al líder de la revancha contar todo lo que catalogan como malo y feo de su antecesor.  Que sea cierto o no tanta crítica descalificadora mutua, no es el asunto. Lo cierto es que hay un gran perdedor: Estados Unidos y por extensión la cola de países que dependen en  mucho de lo que se decida en la política interna y exterior del coloso del Norte.

    Retomando el hilo del tema, en medio de tantas especulaciones surgen cinco hipótesis, que podrían clarificar algunas variables frente a la no aclarada cercanía Trump-Putin:

     1. Que Estados Unidos necesita a Rusia para que el coadyuve a pacificar Siria e Irak, minimizar el salvajismo de Bashar Al Assad contra su propio pueblo, combatir al terrorismo islámico, atenuar la agresividad iraní en el Medio Oriente, buscar una solución multipartita para la guerra civil siria, garantizar la seguridad de Israel, controlar el proyecto nuclear iraní y limar tensiones crecientes entre Sauditas sunies e iraníes chiíes, con sus respectivos satélites. Esta política sería la continuidad más mesurada de lo que hicieron Obama y Kerry, que solo al final de su mandato, tomaron medidas fuertes contra Rusia con la expulsión de varios diplomáticos

    2.  Que el magante norteamericano estaría aprovechando su posición privilegiada para potenciar más su emporio económico internacional, y necesitaría el concurso del régimen de Putin para mover sus recursos a través de la banca rusa, o desde otra perspectiva invitar a inversionistas rusos cercanos al régimen de Putin a inyectar recursos en los proyectos que dirige la familia Trump en los cinco continentes. Con una alianza económica estratégica, Trump amarraría las intenciones anti-yanquis de Putin que son evidentes y claras.

      3.  Que los servicios de inteligencia Rusia hayan participado en un complot con dirigentes del partido republicano para espiar la campaña demócrata y lo que es más grave para alterar los resultados electorales. Por el morbo y el sensacionalismo hollywoodesco, esta opción es la más fácil de difundir como verdad revelada y la que por razones prácticas y sin mayor raciocinio, aceptaría como cierta la gran masa, la que perduraría por más años en el imaginario colectivo y la que se convertiría en motivo de negocio para los guionistas de ciencia ficción. Pero de probarse, sería el peor escándalo de la historia política de Estados Unidos, superior al Watergate que le costó el puesto a Nixon.

       4. La cuarta suposición está entrelazada de alguna manera con el punto 3 de este análisis, y se trata de la supuesta existencia de grabaciones de audio y fílmicas y pruebas documentales, que probarían encuentros “inmorales” de Trump con prostitutas rusas, medios con los cuales el gobierno ruso fiel a la trapacería histórica de manipulación con este tipo de pruebas, estaría imponiendo condiciones a Trump. Este tema fue reiterativo por parte de las toldas de los Clinton al final de la campaña electoral, pero no ha tenido la suficiente fuerza probatoria ni la credibilidad que los difusores de ese rumor quisieron alcanzar.

       5. Otra suposición sería la coincidencia de los dos mandatarios en la línea nacionalista y de defensa de sus credos y valores culturales, a costa de sacrificar aliados y amigos tradicionales, con base en posiciones extremas raciales, geopolíticas, económicas y militares.

      Aunque existiría la posibilidad de otras visiones al respecto, también es cierto que es muy temprano para emitir juicios científicos sin incurrir en juicios de valor o suposiciones derivadas del despliegue mediático anti Trump desde las filas demócratas y de supervaloración propagandística desde la orilla republicana.

      Como los periodistas deben hacer su trabajo e informar los hechos con la imparcialidad y la mayor objetividad posible, para nada ayudan en este sentido las medidas arrogantes contra los medios, como tampoco ayudan las “venganzas” de algunos comentaristas y analistas de opinión en los espacios impresos, electrónicos, de audio, o de video que ocupan las 24 horas del día los medios de comunicación.

     De todo el embrollo surgido con la renuncia de Flynn y la encrucijada de Sessions queda claro que más temprano que tarde el gobierno Trump deberá aclarar a la opinión pública de su país, cual es la verdadera relación de su administración con Putin, despejar todas las dudas e incertidumbres, seguir una línea moderada de manejo de medios de comunicación, pues tampoco es un secreto que la decisión de última hora de Obama al expulsar a los diplomáticos rusos, fue una jugada calculada y estudiada por los demócratas para poner en aprietos a la administración entrante.

     Mientras exista al guerra sucia de lado y lado, mientras no haya claridad de ninguna de las dos partes, mientras los líderes de cada orilla siembren las pasiones banderizas y no se trate el problema con la altura y las decisiones a que haya lugar por drásticas que sean, no habrá claridad, y lo peor será que sacarán ventajas los enemigos declarados y soterrados de Estados Unidos.

     Por lo pronto lo mas evidente es que Sessions se verá forzado a renunciar, que los demócratas ganaran una batalla en su guerra particular, que Trump reaccionará con actitud propia de su estilo impositivo, pero que los verdaderos ganadores serán los rusos que con mano ajena y calculada frialdad están sacando venta político-estratégica de este embrollo.

      Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

     Especialista en Geopolítica, Estrategia y Defensa Nacional

         www.luisvillamarin.com

El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es especialista en geopolítica, defensa nacional y contraterrorismo. Autor de 33 libros relacionados con estos temas. Uno de ellos Isis-Estado Islámico, es considerado best seller en el gigante comercial Amazon.com de Estados Unidos. Para leer el libro Haga click aquí.


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