Amenaza rusa para invadir a Ucrania, prueba de fuego para la OTAN

Publicado: 2022-01-16   Clicks: 491

     Geopolítica de Europa

      Amenaza rusa contra Ucrania gran reto para la OTAN

     Tras tres décadas de relativo apaciguamiento, durante un lapso que incluyó la errónea política de Trump hacia la OTAN y el fiasco acumulado de cuatro gobiernos estadounidenses con la intervención militar en Afganistán, las intenciones rusas de una crear nueva Cortina de Hierro en su frontera occidental, suscitaron unidad en la alianza militar de Occidente para defender a Europa.

      Después del colapso de la Unión Soviética, la OTAN era una alianza militar basada en el objetivo superior de defender a Europa, pero su rol no era claro, razón por la cual Donald Trump enfiló críticas y amenazas de retirarle apoyos. Durante lo que ha transcurrido del siglo XXI, algunos analistas políticos sugirieron que si la OTAN no “salía más allá de Europa, quedaría fuera del juego geopolítico del orden mundial vigente

      La arbitraria e imperialista anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, revivió la importancia fundamental de la OTAN como fuerza real de contrapeso a las ambiciones geopolíticas expansionistas de Moscú. No obstante, todavía la OTAN parecía en camino a la obsolescencia, obstaculizada por la falta de propósito superior compartido en forma común, y la consecuente desunión de intereses y de acciones.

       En medio de esas tiranteces, Donald J. Trump ridiculizó la OTÁN y amenazó con abandonarla. Entretanto, el presidente Emmanuel Macron de Francia lamentó la “muerte cerebral de la OTÁN”. Y como si fuera poco, algunos Estados miembros de la Unión Europea presionaron en escenarios internacionales,  por la búsqueda de la “autonomía estratégica” de la OTAN frente a la tradicional conducta de Washington en la dinámica integral de la referida alianza militar.

       Sin embargo, demandas y amenazas del presidente ruso, Vladimir V. Putin, subsecuentes al desafiante despliegue militar en la frontera con Ucrania, condujeron a la OTAN de vuelta a su propósito fundacional: contener el poder militar y la ambición geopolítica e imperial rusa.

        La articulada estrategia de estratagemas y agresiones que materializan la insistencia de Putin para que la OTAN detenga la ampliación hacia el Oriente de Europa y retire las fuerzas aliadas de los Estados miembros que limitan con Rusia, es una evidente acción encaminada a trazar una nueva Cortina de Hierro en toda Europa.

       En términos estratégicas la actual OTAN sería una alianza rezagada, ya que depende del impulso, mayormente generado por una sensación de amenaza y temores justificados, que inducen a partir de la imperiosa necesidad de revisar su estructura, capacidades e identidad de propósitos en el término de la distancia. Entre más rápido se actúe en ese sentido, mejores serán los resultados.

        Por esta y otras razones, durante las conversaciones con los rusos realizadas en enero de 2022 en Ginebra, Bruselas y Viena,  los dirigentes de la OTAN hablaron de unidad excepcional para estructurar una alianza militar integrada por 30 Estados miembros, cuyo compromiso con la defensa colectiva de Europa venía en franco deterioro.

        Por su parte para Putin las conversaciones diplomáticas de alto nivel realizadas en Ginebra, Bruselas y Viena se convirtieron en el escenario ideal para reiterar quejas rusas acerca de la forma cómo finalizó la Guerra Fría, con la calculada intención de volver a colocarlas sobre la mesa de diálogo,  con el deseo de renegociar 30 años después, los pactos que se firmaron tras la disolución del bloque soviético.

       Inclusive Aleksandr V. Grushko, viceministro de Relaciones Exteriores del Kremlin, advirtió a la alianza sobre la existencia de una supuesta “política de contención” de la OTAN contra Rusia y empoderado con la doctrina soviética que persiste en el ADN de la era gubernamental de Putin, insistió en que “en las relaciones internacionales la libre elección no existe”, para significar que a Ucrania solo le queda el camino de ceder ante los apetitosos deseos geopolíticos de Moscú.

       En ese escenario, cuanto Aleksandr V. Grushko más evocaba la discusión la Guerra Fría, con su firme línea divisoria a través de Europa y sus sistemas y esferas de influencia rusos y occidentales en competencia, más recordaba a los aliados europeos y estadounidenses, que para Moscú el propósito de la OTAN, es disuadir a Rusia por medio de esta alianza militar, ya que lo que puede traer el régimen de Moscú a las naciones europeas, es un cúmulo de amenazas existenciales.

       Y si se mira desde la óptica occidental, la realidad es que en la actualidad, esta amenaza rusa es más que territorial, porque el régimen de Putin intenta socavar la cohesión democrática de la OTAN, ya que Rusia interfiere en elecciones democráticas, redes sociales, parlamentos y conductas de ciudadanos.

        Así las cosas, mientras estructura un nuevo concepto estratégico de defensa de Europa, el cual se presume que estará listo en 2022, la OTAN es "resiliente" contra las amenazas híbridas y cibernéticas urdidas desde el Kremlin, y enfatiza que su plan de defensa contempla el territorio y las instituciones democráticas de los Estados miembros.

       Sobre el mapa geográfico y la realidad en situ, La OTAN es muy importante ahora para las naciones bálticas y Polonia, Estados europeos que limitan con Rusia.

        Aunque Polonia es el Estado miembro de la OTAN que ha tenido fuertes tensiones con sus socios europeos en torno a la protección de los principios democráticos fundamentales, que según la dirigencia política de la Unión Europea asentada en Bruselas, el gobierno de Varsovia ha erosionado, la crisis actual desatada por la ambición geopolítica rusa, es un recordatorio para Europa en su conjunto, de la importancia de la alianza, y no solo de la relación bilateral de cada país con Estados Unidos.

       El mejor argumento para esta tesis, es que Ucrania es muy vulnerable ante las amenazas rusas, porque no es miembro de la OTAN. Por lo tanto, para evitar que se extienda la amenaza rusa postsoviética, el énfasis debe ser la seguridad en Polonia como posición de cobertura estratégica de Europa y no centrarse en las dificultades orgánicas del régimen de Varsovia para fortalecer la democracia.

      Para muchos analistas la crisis actual derivada de la evidente amenaza rusa contra Europa,  es una consecuencia del giro de Estados Unidos hacia Asia para atender la expansión china, y la obvia deducción de Putin, de que su ambición geopolítica podría aprovechar esa reorientación de los intereses fundamentales de seguridad de Estados Unidos para revivir el imperio soviético y ser la cabeza gubernamental de una superpotencia política, militar, económica y geopolítica.

      Por lo tanto, es de obvio inferir que Rusia seguirá presionando en todos los escenarios internacionales por un nuevo marco de seguridad en Europa. El problema es que sin el musculo integral de Estados Unidos, Europa no está preparada para desempeñar ningún rol significativo en ese aspecto, entonces la OTAN es el elemento clave e insustituible para la seguridad de Polonia y el resto de Europa.

      Una de las actuales demandas de Rusia, es que se suspendan los despliegues militares de la OTAN en Polonia y los Estados bálticos, reclamación que para alivio de Polonia, es rechazada por la Casa Blanca y por la OTAN, máxime que para el mandatario polaco Baranowski, los rusos han movilizado la fuerza militar más grande de Europa desde 1989, “y eso produce temores porque estamos más cerca de la confrontación militar”.

      Por razones obvias, la crisis desatada por Rusia en Ucrania, ha puesto de relieve la dependencia de la OTAN de Washington. A juzgar por los hechos, parece que no hay una estrategia europea independiente, o como mínimo, un punto de vista europeo diferente al que Washington puso sobre la mesa desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial.

      Todavía está por verse si Putin se adentrará más en Ucrania, dijo Kadri Liik, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en Berlín. Ella ve una falta de voluntad en Europa para entender que el mundo está cambiando.

      En consecuencia, parecería que el planeta está regresando lentamente a un entorno de confrontación entre sistemas con diferentes puntos de vista sobre la obediencia a las reglas y el uso del poder y la fuerza, en un momento histórico en que Vladimir Putin creyó que tiene la oportunidad de aprovechar una alianza transatlántica inestable, una Europa dividida y una América polarizada con un presidente debilitado y enfrentado a polarizaciones radicalizadas de la oposición interna.

      Se podría inferir que la unidad de la OTAN es real pero aún no probada. Es muy pronto para afirmar que esta restaurado el otrora sistema fuerte y estructurado de la OTAN. Hay un poco la calma antes de la tormenta, que a la luz de los hechos podría desatarse con la llegada de la primavera de 2022.

      Enorme reto para Estados Unidos y Europa, quizás mayor al que enfrentaron con la adecuación del Plan Marshall y la creación misma de la OTAN, pues la ecuación es sencilla: Durante la guerra fría (1945-1991) el rol de la OTAN fue disuasivo y casi burocrático durante las últimas tres décadas.

     Pero en 2022, esta alianza enfrenta una amenaza real que ya no es de propaganda comunista,  espionaje, muros, cercas, alambradas, tensiones en todos los campos de la vida social y política de los pueblos, revoluciones y contrarrevoluciones en Asia, África o Latinoamérica, sino que se trata de una amenaza militar expansionista, que tendería a colocar armas nucleares rusas más cerca del corazón geopolítico de Europa, y desde luego a estimular aventuras bélicas posteriores lanzadas por el Kremlin desde Ucrania hacia territorios occidentales.

El reto y la tarea se centran en una sola solución. Parar o parar la ambición expansiva geopolítica de Rusia sobre Ucrania. La diplomacia no puede desfallecer en este empeño. Ni la presión incluida una presencia militar mas convincente de Estados Unidos en Europa, así como todas las previsiones, para que China no tercie en el asunto, ni se arrogue el “derecho” de invadir a Taiwán, porque esto sería el inicio de una conflagración intercontinental impredecible.

      En síntesis, la amenaza rusa para invadir a Ucrania, es una prueba de fuego para la OTAN

      Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

       Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

www.luisvillamarin.com

Reciba gratis noticias, articulos y entrevistas

* indicates required

Maintained and Created by: { lv10 }

LuisVillamarin.com, 2015©