Maniobra dialéctica de Putin, semeja copia textual de manuales soviéticos de guerra sicológica

Publicado: 2022-02-02   Clicks: 1397

     Poco confiable reunión de Putin y Orban en Moscú

 Geopolítica de Rusia

       Fiel a su formación política y profesional como agente de la KGB, parecería ser que el presidente ruso Vladimir Putin se quedó anclado a la dialéctica de los años más críticos de la guerra fría entre la Casa Blanca y el Kremlin, durante 45 años después de la Segunda Guerra Mundial.

       Marrullero y poniendo cara de víctima, al mejor estilo histriónico de Nikita Krushev, ahora ante la prensa internacional, Putin aparenta estar genuinamente interesado en reducir las tensiones bélicas derivadas de su evidente amenaza de invadir militarmente a Ucrania, mientras afirma que Rusia es una víctima, a la que Estados Unidos busca incitar a una invasión con el fin de aplicar preconcebidas sanciones económicas.

         Son frases leninistas de cajón, que parecen elaboradas con base en un guión sustentado en el catecismo del buen revolucionario de Buharim, o de las estratagemas de los comunistas en el mundo. Son agresores permanentes, pero sus declaraciones son de víctimas que se defienden de poderes superiores que los quieren aplastar.

        Un día después de que Rusia y Estados Unidos se enfrentaron debido a la crisis de Ucrania, procediendo con teatralidad y retórica airada que revivió la era de la Guerra Fría, durante una reunión pública del Consejo de Seguridad de la Onu, el martes 1 de febrero de 2022, Putin apareció en una conferencia de prensa conjunta con Viktor Orban, primer ministro de Hungría después de que los dos mandatarios se reunieran durante cinco horas.

        Putin procedió a hablar del tema Ucrania al que intencionalmente había rehuido, debido a las últimas acciones diplomáticas en su vecindario que involucran a Europa y Estados Unidos, máxime que el secretario de Estado, Antony J. Blinken, habló por teléfono con su homólogo ruso, Sergey V. Lavrov, quien dijo después que Estados Unidos había accedido a “discutir más” las demandas de Rusia.

        En esta rueda de prensa, Putin aseguró que Estados Unidos pretende llevar a Rusia a un conflicto armado de gran escala, derivado de lo que pasa en Ucrania, pero que su gobierno no quiere eso y de paso, añadió que está preparado para involucrarse más en la diplomacia, aun a costa de que la presencia de la OTAN en Europa del Este  “es una amenaza para la paz mundial”.

        Por ende, sin retirar la amenaza militar evidente contra Ucrania, ni anunciar siquiera desescalar la presencia de sus topas en la frontera con el país agredido por el Kremlin, Putin afirmó tener la esperanza de que “el diálogo continúe” sobre las demandas de seguridad de Rusia, pero de manera calculada, se abstuvo de repetir su amenaza anterior de tomar medidas “técnico-militares” no especificadas si Occidente no cumplía.

        Al abordar ante los medios de comunicación el tema de Ucrania por primera vez desde diciembre de 2021, Vladimir Putin parecía estar tratando de reducir ligeramente las tensiones en una crisis que ha encendido los temores de una invasión rusa en toda regla de Ucrania, pero a todas luces prefabricando las pruebas, para que cuando lo haga, sería por no haber sido aceptado su “ramo de olivo”.

        En consecuencia, para Putin, Estados Unidos está avivando las llamas de la guerra. Por lo tanto, al unísono, funcionarios en Rusia y prorrusos en Ucrania, acusan a la administración Biden de exagerar la amenaza de una invasión rusa, eso si sin aceptar que deben retirar a más de 100.000 soldados en el sur, este y norte de Ucrania, razón principal que ha precipitado la crisis.

        Para argumentar más su maquiavélica posición Putin agregó que  “la tarea más importante la OTAN y Estados Unidos es contener el desarrollo de Rusia” por lo tanto dentro de esa lógica, Ucrania es solo un instrumento para lograr este objetivo, empujándonos a un conflicto armado, para luego obligar a sus aliados en Europa a promulgar esas duras sanciones contra nosotros”.

        Vistas así las cosas con cara pierde Occidente y con sello gana Putin. Si Estados Unidos retira las presiones contra Rusia pierde, pero si las mantiene también pierde. Típica maniobra dialéctica de guerra política marxista-leninista, acoplado como un medio para la visión expansiva geopolítica del Kremlin, “modo siglo XXI”

        Cuando los periodistas le preguntaron acerca de las respuestas escritas de Estados Unidos a las demandas de seguridad elevadas por Moscú, Putin adujo que es claro “que fueron ignoradas las principales preocupaciones rusas”.

Por lo tanto y dentro de su consuetudinaria metodológica manipulación del asunto, el Kremlin todavía está evaluando las respuestas mientras sopesa el próximo movimiento. O sea, la amenaza de la invasión militar a Ucrania, está vivita y coleando sobre la mesa, igual que desde 2014 cuando invadió a Ucrania para expoliar la península de Crimea.

Tales comentarios cuidadosamente medidos por Putin reflejan las altas tensiones del momento y las decisiones fundamentales que enfrenta el líder ruso en las próximas semanas. Una de ellas: mantener en óptimas condiciones la actual movilización militar de Rusia, con despliegues de unidades en avanzadas tácticas y estratégicas a miles de kilómetros de distancia, será cada vez más costoso y logísticamente desafiante, por los obvios alargamientos de las líneas de comunicación, y la resolución patriótica de millones de ucranianos para actuar como guerrillas de resistencia.

         En consecuencia, enviar a algunas e esas tropas rusas de regreso a sus cuarteles, antes de asegurar una victoria diplomática obtenida por medio de la coerción y la coacción, podría interpretarse en la OTAN y en Ucrania, como señal de debilidad, mientras que lanzar un ataque contra Ucrania probablemente costaría muchas vidas de todos los bandos comprometidos y tendría consecuencias impredecibles.

         Un portavoz del Kremlin añadió que Putin también conversó por teléfono con el primer ministro italiano Mario Draghi y que está prevista una reunión en persona con el presidente Emmanuel Macron de Francia, además de que Putin hablará con Boris Johnson Primer Ministro de Gran Bretaña el miércoles 2 de febrero de 2022, tras la visita de Johnson a Kiev donde se reunió con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, quien por su parte se reunió antes con el primer ministro de Polonia e hizo una evaluación sombría, luego de varias semanas de restar importancia a las evaluaciones estadounidenses y británicas, en torno a la gravedad de la amenaza rusa contra Ucrania, pues se trataría de una guerra europea, una guerra en toda regla.

        Desde los últimos meses de 2021, Rusia ha insistido en que la crisis actual no se trata solo de Ucrania, sino de una arquitectura de seguridad europea que no tiene en cuenta los intereses geopolíticos y estratégicos de Rusia.

       Cuando los funcionarios estadounidenses comenzaron a alertar acerca de la acumulación de tropas rusas, Moscú pidió por escrito de "garantías de seguridad", insistiendo que la OTAN no se expanda hacia el oriente, lo que garantizaría a Rusia, que Ucrania nunca se unirá a ella, y además, que la OTAN reduzca fuerzas en los países de Europa Oriental, que antes formaban parte de la Unión Soviética o de su órbita.

       Para el efecto, Putin arguyó que estos son problemas existenciales que Rusia está decidida a resolver finalmente. Por evidencias obvias, este mensaje fue interpretado como un calculado mecanismo para crear un pretexto de una acción militar contra Ucrania, exrepública soviética que Putin ha querido reinsertar en la esfera de influencia de Rusia desde 2014 cuando invadió Crimea y alebrestó a los separatistas prorrusos en el oriente ucraniano.

       Con tacto pero sin caer hasta ahora en la trampa dialéctica de Putin, el gobierno de Estados Unidos ha tratado de comprometerse con la respuesta a sus demandas diplomáticas, apostando a que tales negociaciones, respaldadas por amenazas de sanciones severas si fracasan, podrían evitar un ataque ruso contra Ucrania. Por lo tanto, hasta después de celebrar varias reuniones con funcionarios rusos en enero de 2022, Estados Unidos y la OTAN enviaron a Rusia respuestas escritas a las impositivas demandas de Putin.

      Ante los medios de comunicación internacionales, los funcionarios occidentales comprometidos en las respuestas al Kremlin por el caso Ucrania,  dijeron que no cedieron en esas respuestas sobre su afirmación de que se debe permitir que cada país elija sus alianzas, pero dijeron que ofrecieron conversaciones sobre otros asuntos de seguridad de interés para Rusia.

      En obvia respuesta, Putin dijo que si Ucrania se alía a Occidente y es fortalecida con armas de la OTAN, podría lanzar una guerra contra Rusia para recuperar Crimea, península que Rusia anexó en 2014, mediante una maniobra de piratería geopolítica que no es reconocida como legal, por la comunidad internacional. Entonces, dijo Putin, ese escenario podría conducir a una guerra entre Rusia y el bloque de la OTAN.

En contraste, esta versión de Putin, es una prueba más de que Ucrania es apenas una ficha de su ajedrez geopolítico y que la dinámica posterior a 2014 en Crimea, fue algo fría y calculadamente planeado en juegos de guerra militares y de la actual dirigencia rusa.

       Y para matizar la estratagema, Putin agregó:

       “Queda claro entonces, que para evitar un desarrollo tan negativo de la situación, que queremos evitarlo, los intereses de todos los países, incluidos los de Rusia, deben ser tenidos verdaderamente en cuenta, y se debe encontrar una manera de resolver este problema”…

        Pero naturalmente la única solución válida es la que el propone, es decir que el diálogo que sugiere, no es para hallar vías de negociación, sino para que la OTAN legitime el primer paso de su obsesivo proyecto de expansión geopolítica, para reconfigurar una nueva Rusia hasta las fronteras de la antigua Unión Soviética y todo lo que venga por extensión.

      Aún así, y como está escrito en los manuales de guerra política, guerra sicológica y diplomacia coactiva soviética, Putin dijo que seguiría hablando de paz, de la necesidad de acatar sus imposiciones si no quieren guerra, inclusive en casi segura charla con el presidente francés Macron, quien podría visitar Moscú en los próximos días.

         La estrategia diplomática y mediática del Kremlin va más allá de Europa. Aunque se enfrenta a Occidente, el Kremlin sigue dispuesto a demostrar que Rusia tiene amigos en todo el planeta. Por lo tanto, se está preparando una visita a Moscú del presidente Jair Bolsonaro de Brasil.

        El viernes 4 de febrero de 2022, Vladimir Putin visitará a Xi Jin Ping en Pekín, con la disculpa de la ceremonia de inauguración de los Juegos  Olímpicos de Invierno, acto que constituye la primera reunión del líder chino en su territorio con un mandatario extranjero, desde cuando comenzó la pandemia.

       Después de la conferencia de prensa conjunta con Putin y Orban, el aliado más cercano del presidente ruso entre los líderes de la Unión Europea y la OTAN, la oficina de prensa del Kremlin publicó imágenes de los dos mandatarios en un brindis con champán, pero cumpliendo normas de distanciamiento social.

        Si  se analiza con reposo, todo lo sucedido desde la invasión rusa a Crimea en 2014, el tenso cese al fuego en la zona ucraniana subvertida pro Moscú, el despliegue de tropas rusas en la frontera y la mañosa actitud manipuladora de Rusia en todos los escenarios internacionales, las declaraciones de Putin ante los medios el 1 de febrero, son más de lo mismo, perolo que es peor, luego de miles de palabras e interminables reuniones diplomáticas y contactos por todas partes, la realidad es una sola:

      La situación no ha cambiado en nada desde el comienzo, con la circunstancia agravante que Rusia ha manejado la iniciativa estratégica, y China ha guardado silencio cómplice, para sacar brasas con mano ajena. Se está imponiendo la maniobra dialéctica de Putin, que semeja una copia textual de manuales soviéticos de guerra sicológica

      Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

       Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

       www.luisvillamarin.com

 

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