¿Debe la OTAN en su conjunto tomar la iniciativa estratégica en Ucrania, y no solamente Estados Unidos?

Publicado: 2022-08-07   Clicks: 640

   Otan debe aasumir la respuesta integral a Rusia por invadir Ucrania.No solamente Estados Unidos   

     Geopolítica de Europa

      Las persistentes fricciones diplomáticas entre Donald Trump y la OTAN., gravitaron alrededor de la poca inversión de los países de dicha alianza militar con su propia seguridad, aunada a la enorme carga presupuestaria que durante toda la posguerra, ha recaído sobre Estados Unidos.

       Parecería ser, que la invasión rusa a Ucrania, estaría dando la razón en este aspecto al controvertido magnate republicano, y que la prospectiva y la dinámica de los acontecimientos relacionados con la guerra, forzarían a giros en ese sentido, pues aunque los países de la OTAN. han demostrado unidad en este caso, también es cierto que una vez más, es Estados Unidos el miembro de la alianza que mayores responsabilidades ha asumido en la guerra.

       Vista la capacidad de más probable adopción por parte de Rusia, no cabe duda a próxima fase de la guerra exigirá más y mayores esfuerzos colectivos de la OTAN.

      Desde el 24 d febrero de 2022 cuando Rusia lanzó una invasión a gran escala contra Ucrania, Occidente ha proporcionado miles de millones en asistencia militar y económica al gobierno de Volodimir Zelensky, para contener la descomunal agresión del Kremlin.

      Solamente, Estados Unidos ha proporcionado más de 8 mil millones de dólares, en apoyo de seguridad durante el lapso febrero-agosto de 2022. El dinero y las armas enviadas a Ucrania, por Estados Unidos y algunos miembros de la OTAN, han marcado importantes diferencias en los campos de batalla. Por ejemplo, los Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad más conocidos como los HIMARS, de fabricación estadounidense recientemente entregados, han impulsado a Ucrania lanzar contraofensivas en el sureste del país, y a repeler ataques rusos en otros lugares.

      De otra parte el apoyo de otros aliados de la OTAN hacia Ucrania, ha sido mixto. Alemania, por ejemplo, se ha retrasado en la entrega de sistemas de cohetes similares, pues el primero llegó hace pocos días, mientras que la llegada de otras armas pesadas de fabricación alemana, que fueron prometidas a Ucrania, tal vez se retrasen hasta fin de año.

       Francia, cuyo ejército, uno de los más capaces de Europa, ha proporcionado alrededor de 160 millones de dólares en apoyo militar a Ucrania y comprometido el 0,008% de su PIB en ayuda militar. En contraste, Estonia, Letonia y Polonia comprometieron 0.84%, 0.69% y 0.32%, respectivamente, a pesar de tener economías mucho más pequeñas que la francesa. Solo Polonia ha entregado armas por valor de al menos 1.800 millones de dólares.

        El terrorífico avance de Rusia sobre Ucrania viró en una larga guerra de desgaste en la que cada bando pretende arredrar al adversario. Por lo tanto, ayudar a Ucrania en este tipo de guerra requerirá un enfoque diferente, porque las tropas ucranianas necesitarán muchas más armas pesadas, en especial, sistemas de defensa aérea, que naturalmente sean entregados más rápido y por parte de todos los aliados europeos. Máxime, que los miembros de la OTAN ubicados en Europa Oriental han agotado sus propias existencias de armas, necesitarán reabastecimientos continuos.

        A medida que los aliados occidentales envían asistencia de seguridad a Ucrania y agotan sus propios depósitos, por su propia naturaleza, la coordinación y distribución de suministros se ha convertido en una enorme operación logística. En ese entorno, el Ejército estadounidense. lidera el esfuerzo, recibe suministros de más de 50 países y los distribuye a Ucrania. Dicha coordinación es dirigida por el Comando Europeo de Estados Unidos desde Stuttgart, Alemania.

       En el corto plazo, el esfuerzo liderado por Estados Unidos está funcionando de manera efectiva, a pesar de los retrasos intermitentes. Sin embargo, a largo plazo, la OTAN debería asumir ese rol, en su condicionamiento como institución creada con el propósito de la cooperación y coordinación de la seguridad colectiva entre sus miembros en la geoestratégica zona euroatlántica.

       La OTAN tiene la tarea de materializar la voluntad común de sus estados miembros, pero no es una tarea fácil, llegar a rápidos consensos. Sin embargo, en la práctica, los estados miembros pueden actuar individualmente mucho más rápido fuera de los límites de la toma de decisiones de la OTAN.

      Esta es una de las razones por las que la coordinación liderada por Estados Unidos. ha sido eficiente a corto plazo: sin la necesidad de obtener el acuerdo de todos los aliados, las entregas de armas pueden responder mejor a las necesidades inmediatas en el campo de batalla. Los aliados de la OTAN también han tenido cuidado de transitar por una línea muy fina entre apoyar a Ucrania y no parecer que entrarán en una confrontación directa con Rusia.

       Un tema es que un estado miembro proporcione armas, y otro. que lo haga la OTAN, según se piensa. Pero en la práctica, con cada miembro brindando individualmente algún tipo de asistencia a Ucrania (militar, humanitaria o financiera), la realidad es que la alianza ya está involucrada en la guerra incluso sin tener "tropas en el terreno". Coordinar este tipo de apoyo entre aliados es exactamente, la misión para lo que fue diseñada la OTAN.

      En esencia, la Alianza Trasatlántica tiene la capacidad operativa y el mandato político para hacer mucho más para apoyar a Ucrania ahora y a largo plazo. Durante la cumbre de Madrid en junio de 2022, los aliados de la OTAN aprobaron un nuevo concepto estratégico, estructurado en un documento que determina su misión para la alianza y la compromete con tres tareas principales a saber: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa.

      También identificó concretamente a Rusia como la “amenaza más significativa y directa contra la seguridad de los aliados y para la paz y la estabilidad en el área euroatlántica”.

       La nueva visión estratégica otorga a la OTAN un amplio mandato político para hacer mucho más de lo que está haciendo actualmente para apoyar a Ucrania y disuadir a Rusia. En consecuencia, en el plazo inmediato, la OTAN debería asumir el rol principal en el entrenamiento de las tropas ucranianas; priorizar la seguridad del Mar Negro, que Rusia pretende controlar y militarizar por completo; y reforzar la cooperación cibernética con Ucrania.

       A más largo plazo, la OTAN en su conjunto, no Estados Unidos ni otros estados miembros individualmente, debe coordinar las entregas de armas a Ucrania y la distribución de suministros a los aliados en toda la alianza. Si la alianza no da un paso adelante, indicará falta de compromiso a largo plazo con Ucrania, situación queobviamente alentará a Rusia a continuar los depredadores ataques contra el pueblo ucraniano.

       Rápida entrega de los suministros bélicos y humanitarios

       El entrenamiento eficiente y rápido de las fuerzas armadas de Ucrania es clave para reducir el tiempo que transcurre entre la adecuación de los sistemas de armas comprometidos y el tiempo que implica ponerlos en acción, especialmente a medida que la operación del equipo militar es más sofisticada.

       La OTAN debería tomar la iniciativa de coordinar los esfuerzos existentes e identificar las necesidades futuras. El Reino Unido, por ejemplo, se ha comprometido a entrenar a 10.000 soldados ucranianos en los próximos meses.

       Tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014, Estados Unidos impulsó su entrenamiento y ejercicios con las fuerzas armadas ucranianas en Yavoriv, Ucrania.

     Después de la invasión de Rusia en febrero de 2022, las fuerzas estadounidenses aposentadas hasta esa fecha en territorio ucraniano, se reubicaron y enseguida reanudaron el entrenamiento en Grafenwoehr (Alemania), sede de la instalación militar estadounidense más grande para entrenamiento ubicada actualmente en Europa, como parte de un grupo multinacional conjunto.

     Con el paso del tiempo, la consolidación de estos sitios e iniciativas de entrenamiento dispares, será crucial para garantizar que los combatientes de Ucrania estén bien preparados para operar tanques, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, y aviones de combate.

       El territorio de Polonia sería el lugar más lógico para un centro de entrenamiento de la OTAN. Este año, Biden se comprometió a establecer una presencia permanente del Ejército de Estados Unidos en Polonia. Servirá como un nuevo puesto de mando para las fuerzas terrestres estadounidenses que defienden el flanco este de la alianza.

      Dicha base podría expandirse para incluir un centro de entrenamiento coordinado por la OTAN para soldados ucranianos, asegurando el rápido movimiento de tropas a lo largo de la frontera occidental de Ucrania. También se podrían establecer centros de entrenamiento en Rumania, donde Estados Unidos mantiene una brigada de infantería con sus respectivos apoyos.

      Lo más importante es que la capacitación debe dar prioridad a enseñar a los ucranianos cómo usar equipos de última generación, incluidos drones, aviones de combate y elementos navales no tripulados, que el ejército ucraniano aún no opera con experticia, para que puedan ponerse en uso más rápidamente en el campo de batalla.

      A medida que avanza la guerra derivada de la invasión rusa a Ucrania, los aliados occidentales pueden estar más dispuestos a proporcionar armas, que estaban fuera de los planes de apoyo hace solo unos meses.

      Y los ucranianos deberían estar listos para este cambio estratégico, logístico y táctico. Se sabe que Estados Unidos, estaría considerando la posibilidad de suministrar aviones de combate a Ucrania, decisión aún no tomada, y en ese caso, los pilotos ucranianos ya deberían estar entrenándose en la operación de esas aeronaves.

       Si se deja solo a Estados Unidos en este proceso, debido a la dinámica política interna estadounidense, se corre el riesgo de sufrir un retraso innecesario en ese apoyo. Un centro de comando coordinado por la OTAN garantizaría que los pilotos ucranianos reciban la capacitación necesaria para volar aviones de combate estadounidenses como los FA-18 Hornets y los F-16 Fighting Falcons.

       Invertir en entrenamiento de pilotos con tales sistemas y otros antes de que se entreguen las aeronaves a Ucrania, reduciría significativamente el tiempo que se necesita para que estos aviones vuelen en el espacio aéreo ucraniano. Dicha capacitación tendría que llevarse a cabo sin un conocimiento público generalizado para evitar adelantarse a las decisiones políticas.

        La OTAN debe atender importancia geoestratégica del Mar Negro

       Garantizar la seguridad del Mar Negro es fundamental para el desarrollo de las operaciones militares de Ucrania y la resiliencia económica a largo plazo. También es un punto focal dentro de las aspiraciones estratégicas de Vladimir Putin: Sin duda, el bloqueo de Rusia a las exportaciones agrícolas de Ucrania a través del Mar Negro ya ha provocado una crisis alimentaria mundial, lo que permite que Moscú tome como rehén a los cereales ucranianos.

       El 22 de julio de 2022, Rusia firmó un acuerdo negociado por la ONU y Turquía para permitir que Ucrania exporte millones de toneladas de grano. Horas más tarde, los misiles rusos golpearon el puerto clave de Odesa en Ucrania antes de que finalmente se permitiera navegar a un barco que transportaba granos el 4 de agosto.

        Las constantes violaciones del derecho internacional por parte de Rusia a lo largo de los años, no dan mucha confianza a la idea de que el acuerdo negociado por la ONU se mantendrá. Con los suministros mundiales de alimentos en riesgo, la OTAN debería estar preparada para proporcionar escoltas navales a los buques de exportación de granos ucranianos, independientemente de la adhesión de Rusia al acuerdo. Así, las tareas centrales de la alianza la comprometen a garantizar la seguridad humana. En esencia, la seguridad alimentaria es parte de esa misión.

       Con tres miembros de la OTAN, Bulgaria, Rumania y Turquía, que tienen acceso directo al Mar Negro y las rutas comerciales más importantes de Ucrania, que también lo atraviesan, la alianza debería considerar a este mar como una prioridad estratégica.

      Para el efecto, la OTAN puede mejorar su presencia en el Mar Negro trabajando con Bulgaria, Rumania y Turquía para establecer allí una presencia durante todo el año, aumentando el número de fuerzas de la OTAN estacionadas de forma rotativa o permanente dentro de estos países.

      Durante la cumbre de Madrid, los aliados establecieron grupos de batalla multinacionales en dos estados del Mar Negro, Bulgaria y Rumania, como parte de un esfuerzo integral, para extender la presencia avanzada de la alianza al Mar Negro. Rumania también alberga el único sitio Aegis Ashore activo de Europa, un poderoso sistema de defensa antimisiles, operado por la OTAN.

     Igualmente, la OTAN debería asumir el papel principal en el entrenamiento de las tropas ucranianas. Desde febrero de 2022, Estados Unidos también ha reforzado su presencia en Rumania con tropas adicionales y aviones F-16. Dado que la región del Mar Negro continúa siendo un punto focal para la guerra de Rusia, la alianza deberá invertir más recursos en la integración de defensas aéreas y antimisiles, el despliegue de capacidades antidrones y el aumento de su flota aérea de combate con aviones F-16.

     El incremento de los vuelos de vigilancia y reconocimiento por parte de las fuerzas de la OTAN también podría bloquear el control del Mar Negro, por parte de Rusia al monitorear y dejar en evidencia los movimientos de la flota rusa en el área.

      La OTAN también debería fortalecer su cooperación con los estados no miembros de la alianza que forman parte del entorno de seguridad regional del Mar Negro, en particular, Moldavia y Georgia. Ambos países ansían tener asociaciones más estrechas con la OTAN. En Georgia, por ejemplo, la alianza podría ampliar la función del Centro de Evaluación y Entrenamiento Conjunto OTAN-Georgia, que proporciona entrenamiento virtual y de campo conjunto, los militares activos de la OTAN y a los soldados georgianos, para incluir operaciones navales.

       Incursionando en el ámbito cibernético

      Por sus capacidades tecnológicos, la OTAN constituye un rol importante en el apoyo y el refuerzo de las capacidades ofensivas y de ciberdefensa de Ucrania. Los ataques cibernéticos hacen parte de la guerra de espectro completo de Rusia contra Ucrania:

      Según Microsoft, durante los primeros tres meses de la invasión, Rusia efectuó 40 ataques cibernéticos destructivos contra Ucrania. El año pasado, antes de la invasión a gran escala de Rusia, Ucrania buscó aumentar su colaboración con el Centro de Excelencia de Defensa Cibernética Cooperativa (CCDCOE) de la OTAN, pero fue rechazada por la alianza cuando el comité directivo no alcanzó unanimidad.

      En marzo de 2022, el comité finalmente aprobó a Ucrania como miembro participante contribuyente, y actualmente, se trabaja en un acuerdo que formalizará la membresía del país. Por el momento, Ucrania sigue siendo considerada como país candidato.

      La participación de Ucrania como participante contribuyente del CCDCOE debe acelerarse para que pueda unirse oficialmente a las filas de otros miembros no pertenecientes a la OTAN, como Austria, Finlandia, Suecia y Suiza.

      Esta medida permitirá que Ucrania integre su sistema de ciberdefensa con el de la alianza, ya que coopera e intercambia información con otros miembros de esa unidad por medio de la educación, la investigación y el desarrollo.

      Así mismo, los miembros de la OTAN también pueden apoyar los esfuerzos ya exitosos de Ucrania para reclutar un "ejército de piratas informáticos internacionales” para defender a Ucrania y atacar a las entidades estatales y privadas rusas que están alimentando la guerra, especialmente aquellas bajo sanciones occidentales.

       Hasta el momento, el ejército cibernético está compuesto en su mayoría por voluntarios ucranianos, pero la OTAN podría ayudar a Ucrania a institucionalizar una fuerza cibernética sólida al proporcionar hardware, capacitación regular para especialistas cibernéticos ucranianos y asistencia técnica a las agencias gubernamentales de Ucrania para mejorar las capacidades de defensa cibernética.

      La misión de la OTAN es ganar la guerra

      Durante el lapso transcurrido desde febrero hasta agosto de 2022, Estados Unidos ha asumido la pesada carga de suministrar armas a Ucrania y coordinar su distribución. Pero la industria de defensa estadounidense. no está preparada para realizar esa tarea a largo plazo, ya que eso requeriría un giro significativo hacia la producción en masa de armas específicas, algunas de las cuales su Ejército. no ha comprado en décadas, verbigracia los misiles antiaéreos Stinger.

      Integrar más estrechamente la producción de defensa industrial de Estados Unidos. y Europa simplificando las prácticas de adquisición de defensa, permitiría que la industria de defensa anticipe mejor las necesidades de Ucrania específicamente y de Europa en general, pero eso llevaría años. Mientras tanto, la OTAN, en colaboración con los estados miembros, puede brindar orientación estratégica a las empresas de defensa de todos sus miembros, para ayudar a identificar brechas.

      A largo plazo, la alianza tiene el mandato de asumir su papel de liderazgo de defensa colectiva más importante en respuesta a la amenaza rusa.

      Debido a que Estados Unidos considera a China como el mayor desafío a largo plazo, significa que una mayor parte de la carga de asegurar Europa eventualmente recaerá en los 29 países europeos que son miembros de la OTAN, que pronto serán 31 con los ingresos de Suecia y Finlandia.

      Por lo pronto, la administración estadounidense actual está comprometida a apoyar a Ucrania e invertir en una seguridad europea más amplia. Pero la brecha para cambiar la trayectoria de la guerra se está estrechando.

      Sin detenerse en que de pronto Rusia utiliza armas nucleares como ha amenazado muchas veces Putin, cuanto antes asuma la OTAN su mandato político de apoyar a Ucrania, mayores serán las posibilidades de asegurar su futuro como la alianza de seguridad más eficaz y poderosa. Y de paso para frenar los impulsos geoestratégicos chinos.

     Aunque el enfoque de Donald Trump para cuestionar la OTAN se centraba en el aporte adecuado de los europeos a su defensa, también es cierto que la invasión rusa a Ucrania, generó un enorme revolcón geopolítico en el planeta cuya naturaleza exige a la OTAN asumir en su conjunto, un rol más concreto y comprometido que convenza a Putin, que ni la puede dividir, ni que se trata de un enfrentamiento indirecto contra Estados Unidos.

    Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

     Autor de 40 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional

      www.luisvillamarin.com

 

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