El por siempre empobrecido y dividido Estado de Yemen, padece desde hace tres años una atroz guerra civil, oxigenada por las ambiciones geopolíticas de los reinos sunitas del Golfo Pérsico encabezados por Arabia Saudita contra la teocracia chiita de Irán, con extensión a los intereses geopolíticos de Rusia y Estados Unidos.
El problema se desató con ocasión de la Primavera Árabe, cuando los estudiantes de la Universidad de Saná lograron la caida del régimen totalitario de Abdullah Sale, quien fue reemplazado por su vicepresidente, pero pronto la etnia hutí de tendencia chiita apoyada por Irán, promovió una revolución a la que se unieron algunos sectores del ejército yemení, hasta deponer al presidente en ejercicio quien apoyado por Arabia Saudita continuó gobernando desde el exilio.
De ahí en adelante, desde 2014 Yemen padece una crisis humanitaria sin precedentes en las convulsas guerras civiles que han azotado el Medio Oriente y el África, después de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras diez millones de personas padecen una hambruna y sed inimaginables, las pocas fábricas, hospitales, puentes, carreteras, escuelas, son arrasadas a diario por inclementes bombardeos de la coalición sunita que encabeza Arabia Saudita. Para colmo de males, hay territorios en los cuales no hay bombardeos de la coalición sunita, pero son asediados por células de Al Qaeda de la Península Arábiga (AQPA) e ISIS, que con métodos medievlaes imponen el terror entre los desprotegidos pobladores civiles.
Las armas utilizadas por Arabia Saudita para destruir a Yemen son vendidas por Estados Unidos, e inclusive en su primer viaje internacional, el presidente Donald Trump visitó al rey saudita y firmó un acuerdo para venderle armas de última generación en los próximos años, con fin de neutralizar la acción similar de Rusia en Irán.
Entretanto, Irán envía cargamentos de armas, municiones y explosivos a los rebeldes chiitas hutíes, por ende el estado de guerra es impactante.
Producto del desabastecimiento y la carencia de agua potable, hay millones de personas que soportan una hambruna sin paralelo. Debido a la contaminación de los pozos de agua con residuos de basura y heces humanas, hay más de medio millón de personas infectadas con el cólera y la ONU considera que de no haber pronta solución, el virus podría afectar a cerca de 10 millones de seres humanos.
Según calculos de ONU se requieren 2,5 billones de dólares para comenzar a resolver la crisis humanitaria en Yemen, pero solo se prevé recaudar menos de un billón durante 2017, la mayor parte de ellos aportados por Estados Unidos.
Esta tragedia sucede ante los ojos del mundo entero, en el país más pobre de la Península Arábiga, como consecuencia directa de la guerra fría, no declarada entre Irán chiita y Arabia Saudita sunita. Cada uno por su lado, deseosos de imponer la visión estatal particular del islam, con extensión a los intereses geopolíticos y geoestratégicos de las potencias, que para conservar sus respectivas alianzas en la convulsa zona, impulsan la guerra y surten con armas a los contendientes.
Esto indicaría, que en Yemen no solamente se escenifica una atroz batalla de la guerra fría entre Arabia Saudita e Irán, sino entre Rusia y Estados Unidos. Y lo mas grave... que la solución está muy lejos por tratarse de un país paria ante los nirada pasiva del resto del planeta.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en Defensa nacional, Estrategia y Geopolítica
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es autor de 33 libros y más de 1200 artículos relacionados con su especialidad, además de ser panelista invitado en diversos medios internacionales de comunicación y analista permanente de CNN en español.
Para leer los libros escritos por el coronel Villamarín, haga click aquí.
Lectores de Geopolítica del Terrorismo Islámico también leyeron:
Lea mas acerca de Mil millones de dólares de la CIA en Siria, pero la guerra civil continúa.por Luis Alberto Villamarin Pulido