En menos de una semana, al amanecer de un viernes día clásico de observación religiosa por los musulmanes del mundo, el Estado de Israel lanzó un ataque limitado, pero una carga de profundidad política, estratégica y geopolítica contra la teocracia iraní, como respuesta categórica al masivo ataque con drones y misiles lanzados por Irán el domingo 14 de abril de 2024.
De las riesgosas acciones asumidas por cada uno de los dos Estados, comprometidos desde hace décadas en una guerra en la sombra, caracterizada por guerra cibernética, acciones de comandos, presiones diplomáticas, asesinatos, robos de informaciones y amenazas mutuas, surgen muchas reflexiones de las cuales resaltamos algunas, sin que sean las únicas:
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