Análisis del conflicto armado en Colombia
Sin contar la retardada necesidad de estructurar programas estratégicos a largo plazo para el desarrollo de políticas de Estado, que nunca han existo en Colombia, una larga lista de asuntos prioritarios de orden interno y externo, enmarcan el día a día de quienes pretendan ocupar los cargos de congresistas y presidente de la república a partir de 2022.
Se esperaría que los partidos políticos y los movimientos significativos de ciudadanos con válidas aspiraciones políticas, presenten ante los potenciales electores, programas y proyectos.
No obstante, lo visto hasta ahora, cuando ya se habla de decenas de candidatos a la presidencia y de miles de candidatos al congreso, se resume en candidatos casi todos desconocidos, alianzas para refrendar acomodaciones personales o de grupos, baja credibilidad de la opinión pública en la labor del congreso y marcadas tendencias a la polarización en la contienda presidencial.
Sin que sean todos, los temas que aún no se han visto en las agendas, no solo como diagnósticos sino con propuestas de soluciones concretas, señalamos algunos que abarcan asuntos medulares tales como:
- Ausencia de programas de los partidos, reemplazados por acomodaciones electoreras de candidatos en particular.
- Exagerada cantidad de candidatos sin que haya prueba fehaciente para el electorado de la idoneidad que seguramente la pueden tener, y ojalá la tengan.
- Carencia de solidez ideológica: Hay más pasiones personales que ideologías concretas para trazar programas, determinar objetivos y articular a la sociedad alrededor de intereses nacionales.
- Desconocimiento de la estrategia de la izquierda: Los comunistas armados y desarmados avanzan en su intención de desestabilizar el país e instaurar un régimen similar al de Venezuela, pero de parte de la llamada derecha, no se ve ni el equipo de liderazgo que plantée estrategias concretas, ni programas específicos al respecto. Muchos candidatos autodeclarados contrarios a las propuestas extremoizquierdistas. Y punto
- Situación de los jóvenes y eventual constituyente. Manipulados por los organizadores de la violenta “protesta pacífica” miles de jóvenes colombianos inexpertos en la política y en la vida en general, están alebrestados y podrían ser presa fácil de los cálculos estratégicos de la izquierda para ir a una asamblea constituyente, que sería un salto al vacío. En contraste ningún partido o grupo propone como encarar ese tema tan sensible. Al ritmo que marchan los acontecimientos, llegará la constituyente.
- Situación de pacto Farc-Santos: Todas las protestas y sabotaje calculado de la izquierda armada y desarmada contra la actual institucionalidad, gravita alrededor del “incumplimiento del gobierno” a las imposiciones de las Farc en Cuba. Diferente a la versión oficial de que el gobierno está cumpliendo lo pactado con los terroristas en Cuba, o que hay violencia por ese incumplimiento, parecería ser que el país se anestesió frente a esa realidad.
- Negociaciones con el Eln: Es obvio que tan pronto termine este gobierno el Eln y sus cómplices incrementarán acciones terroristas para exigir diálogos y que les den el doble de lo que ya le dieron a las Farc. Infortunadamente tampoco se ha planteado con claridad como encarar esa realidad venidera.
- Aumento de la violencia en regiones y narcotráfico. El pacto Farc Santos robusteció el control de las Farc y otros carteles de narcos, sobre las áreas de cultivo, procesamiento, refinación y comercialización de cocaína.
Además del eterno tira y afloje de la fumigación y la misma erradicación manual, sumado al envalentonamiento de narcos indígenas que conducen a sus comunidades a irrespetar la Fuerza Pública, no hay nada definido acerca de la erradicación de los cultivos, como tampoco hay compromisos serios de los países consumidores para combatir ese flagelo dentro de sus territorios.
9. Delincuencia urbana: La delincuencia urbana está disparada: Además de la campaña presidencial para 2026, anticipada de los alcaldes de Bogotá, Medellín y Cali, manipulando este problema en favor de su futuro haber electoral, no se escucha a ningún candidato que proponga cómo combatir este problema, que es conexo con los hacinamientos en los centros carcelarios, el consumo de estupefacientes, la prostitución, el desempleo, las invasiones de zonas urbanas en la periferia, las guerrillas urbanas, la corrupción política y otras gangrenas sociales.
10. Inmigración. Además de los dos millones de venezolanos víctimas de la narcodictadura de Maduro, Colombia se convirtió en importante lugar de paso de miles de inmigrantes de diferentes puntos del planeta ansiosos de seguir el camino hacia Estados Unidos. El servicio de inmigración colombiano fue superado por esa realidad. Las actuales políticas no son suficientes y tampoco se escucha a los candidatos enunciados, nada concreto al respecto.
Igualmente, en el ámbito internacional, tampoco hay mensajes concretos de los candidatos referidos para que Colombia actúe como Estado soberano en la relación con el gobierno de Estados Unidos, o la nueva dinámica de relaciones internacionales con la dictadura de Nicolás Maduro que saldrá fortalecida de la farsa de negociación montada en México; o la relación con la Celac, que pretende subvertir a la OEA.
Finalmente, fuera de frases de cajón y refritos de anteriores elecciones, tampoco es claro para el país, cuáles son las propuestas específicas para la reactivación de la economía postpandemia,
Esperamos que los candidatos ansiosos de ocupar esos cargos, tengan respuestas a estos y otros problemas y que no se limiten a decir que están con la izquierda para luchar por la “igualdad” asistencialista que deslecha al Estado, o con la derecha para evitar que suba el comunismo. O sea dilatando la agonía. De lado y lado.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Autor de 39 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional