¿Se está cocinando el reinicio de conversaciones con el Eln?

Publicado: 2021-02-08   Clicks: 1150

     Análisis del conflicto armado en Colombia

      A juzgar por la evolución de los acontecimientos y en contraste con el aparente distanciamiento entre las partes, los indicios apuntan a demostrar, que habría avanzados contactos para reiniciar conversaciones con el grupo narcoterrorista Eln.

     El Eln por dentro Esta hipótesis podría sustentarse en indicios tales como: la constante aparición mediática de Juan Manuel Santos durante el último mes, defendiendo a Cuba y su cuestionado pacto con las Farc ―además de que necesita justificar su Premio Nobel y sacar provecho económico de él―; la publicación a cuentagotas de documentos secretos del Eln, filtrados desde instancias judiciales, primero a Semana y luego a El Tiempo; la cercanía de Rafael Correa y sus fichas con el Eln en Ecuador; el cambio de enfoques de la administración Biden frente a Cuba, Venezuela y Nicaragua; la cercanía de algunos “pacifistas” sacerdotes de la teología de la liberación con el Eln.

      Hasta un santista, “pura sangre” ya anunció que va a publicar su libro personal acerca de los “errores que se cometieron en las conversaciones de Quito con el Eln”. Obviamente, para que lo tengan en cuenta en el nuevo equipo como “avezado experto en la paz”, pues la danza de dólares en viáticos y prebendas es abultada y lo mejor de la “rosca es estar en ella”

      La reiterada posición del gobierno Duque de no conversar con el Eln, hasta cuando el grupo armado ilegal no renuncie al secuestro, y de paso la petición a la dictadura cubana, que entregue a los cabecillas, han mantenido empantanadas las intenciones estratégicas de ambos actores. Pero, el Eln que tiene contactos internacionales amigos de la dictadura castrista, no ha parado de mover fichas para que el gobierno colombiano regrese al sainete, con la circunstancia agravante que como dijo el “compañero” Ernesto Samper Pizano en un foro virtual de “progres”, “recuperamos el gobierno en Argentina, Bolivia y vamos por Ecuador”

       Desde las toldas del gobierno nacional hay intenciones de figuración mediática. por parte de algunos funcionarios de alto nivel, desesperados por aparecer ante los micrófonos y las cámaras. Y sus intenciones son complementadas, por el lobby permanente de organizaciones sin ánimo de lucro llenas de “expertos en la paz”, naturalmente, deseosas de firmar jugosos contratos de “asesorías”:

      A esto se suman las intrigas permanentes de congresistas y “partidos de gobierno” para ubicar a sus fichas a pelechar de las mieles del erario de los colombianos, sin descartar el lobby que deben estar haciendo empresas de viajes y turismo, para conseguir los contratos de transporte y alojamientos, ojalá en Cuba, donde ya esos empresarios tuvieron provechosos réditos, durante las conversaciones con las Farc en el gobierno Santos.

       Filtrar secretos de investigaciones judiciales tan graves como los nexos del grupo criminal en el exterior, sin surtir los adecuados procesos judiciales y del secreto tanto del expediente como el de las funciones de los organismos de seguridad del Estado, es un acto político, que tiene intenciones políticas.

       Esas intenciones políticas, no pueden ser otras que las de poner contra las cuerdas a los elenos, para que lleguen a las mesas de conversaciones sin la consabida arrogancia, luego de perpetrar acciones terroristas demenciales, pero desafortunadamente, para escuchar a los cabecillas nacionales del Eln, decir que no son narcos, que están dispuestos a negociar la paz, que ellos representan a los colombianos, que deben estar todas sus organizaciones de base, que ellos son población en armas, que secuestran por necesidad, que nunca han cometido actos criminales contra los civiles, que son santas palomas, etc, etc.

       Al mismo tiempo, los pacifistas que abundan entre sacerdotes católicos “progresistas”, “analistas expertos en lo divino y lo humano” en los medios de comunicación, docentes de universidades oficiales “expertos en conflictos”, contratistas “que saben hasta de ciencias ocultas”, saldrán ante los medios a decir que la paz a cualquier costo es mejor que a los bandidos “echando bala”.

      Todos ellos, cuentan con la venia y el complemento de algunos expresidentes de la república, senadores, magistrados, directores de medios y decenas de “sabihondos violentólogos”, sin dejar atrás a abogados que según quien los contrate, tienen mil razones para argumentar una u otra posición.

       El Ejército Nacional y en general las Fuerzas Militares, son las únicas instituciones que no pueden perder el norte en medio de este maremágnum de politiquería interna aprovechada por intereses geopolíticos del exterior, entre los cuales se suma la ONU ansiosa de mostrar resultados en el nivel inferior de su estructura orgánica, pues le es imposible poner en cintura a los Estados dueños del mundo, por lo cual les es rentable “promover la paz con el Eln en Colombia”, para tener algo que mostrar por parte de su burocracia.

       No se pueden detener las operaciones de inteligencia técnica. No se pueden restringir las operaciones ofensivas contra las cuadrillas del Eln y los demás carteles de narcos que impulsan la violencia en todo el territorio, ni se puede permitir, que una vez más las instituciones armadas sean manoseadas, con espaditas de la vergüenza en el uniforme militar, ni cohonestando el envío de convidados de piedra a las mesas de conversaciones con los bandidos, ni tolerando que a nombre de “la paz comunista” se mancille el nombre y se vilipendie el honor de Colombia.

        Si bien es cierto que la paz es un asunto político, también es cierto que es un tema que se debe manejar con total responsabilidad y seriedad. Nada de que los militares sean veletas a favor de los vientos que lleven a demagogos a obtener premios internacionales, o a que luego, los incompetentes “negociadores de paz” vayan a los cuarteles o clubes privados a decir “yo soy el bueno, yo dije, yo advertí, pero no me hicieron caso”, pese a la evidencia de no haber tenido el carácter y la honestidad, para no prestar sus nombres, sus grados, y las instituciones armadas a pasar como lamentables vergüenzas históricas.

       Teniente coronel Luis Alberto VillamarínPulido

        Autor de 38 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

        www.luisvillamarin.com

 

 

 

 

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