Aunque a primera vista parecería ser positivo para la democracia colombiana, sano para las posibilidades de todo quien aspire a participar y ganar en política, y muestra de diversidad por citar algunos de los elogios que recibe el carnaval de candidatos y de grupos significativos, que bien podría llamarse “partidos de garaje”, la realidad es diferente: Esta rapiña es lesiva para la democracia, entre otras por las siguientes razones:
1. Se corrobora la pobreza estructural de los mas de 30 partidos y movimientos políticos existentes en Colombia con personería jurídica. Sobran candidatos pero faltan programas e ideas.
2. La aparición de los “partidos de garaje” es una muestra de la voracidad que está cundiendo entre quienes, sin ningún proyecto de Estado, ni objetivos nacionales, ni programas de partido, ni planes a largo plazo, aspiran a entrar a la dinámica política a “ser alguien no hacer algo”, parafraseando al expresidente estadounidense Richard Nixon.
3. El solo hecho de que una persona se autopostule sin haber hecho ningún ejercicio democrático de construcción de proyecto, ni selección democrática por su colectividad, sino que con poca claridad de fondos iniciales para recoger firmas y viajar por diversas regiones, lo cual implica altos gastos, demuestre esa avaricia de poder sin siquiera conocer las normas elementales de la democracia, obviamente infiere deducir que si gana las elecciones será autocrática su gestión y por obvia deducción, letal para el país.
4. Los “partidos de garaje” y los candidatos sin ideas, que abundan y gravitan sobre egocentrismos siderales, son parte del problema no de la solución. Son más de lo mismo.
5. Ninguno de estos personajes ni sus agrupaciones políticas de “garaje” tiene militancia solida ni planes educativos de formación política para consolidarla. Todo es al garete y a la caza de votos. Como no hay conducción programática ni liderazgo legitimado por selección democrática interna, su miope visión de la política será la caza de votos, sin importar los medios inclusive hasta los fraudulentos, para como mínimo conseguir umbrales y quedar pelechando anualmente del Consejo Electoral, la no despreciable suma de mas de 500 millones de pesos.
6. Candidatos y directivos de las campañas de los grupos políticos de “garaje” saben que no van a ganar nada pero que van a negociar votos a cambio de puestos y contratos. A eso llaman dizque alianzas políticas y estrategias políticas. La verdad clara y directa eso se llama corrupción.
7. Una vez mas los gamonales regionales moverán dineros y conciencias para conseguir votos. El esquema está dado para que la necesaria salida de Petro, regrese a Colombia al pasado de las componendas de quienes hoy desde la oposición, añoran lo que la izquierda corrupta les quitó.
Sintesis: Los “partidos de garaje” y los candidatos autoimpuestos, serán la prolongación del caos que ha azotado históricamente a Colombia, por falta de proyectos de Estado, pues seguimos esperando líderes mesiánicos que no existen, ni existirán nunca en Colombia. La transformación está en la creación de por primera vez un partido político serio con disciplina, estructura, identidad y estadistas al timón del proyecto. No de personas salvadoras individuales.
Luis Alberto Villamarín Pulido