Por Luis Alberto Villamarin Pulido
Tal como se ha informado parcialmente la intención general de la concertada reunión de los mandatarios de Rusia y Estados Unidos, el próximo viernes 15 de agosto de 2025, en Alaska a cambio de lograr consensos y finalizar la atroz guerra desatada tras la invasión rusa a Ucrania, dicho encuentro, prolongaría el conflicto con el cada vez más grande riesgo de escalarlo a una confrontación global.
Desconocer a Ucrania por parte de Trump y Putin, cuyos inocultables deseos mutuos se concentran en repartirse el botín de la riqueza ucraniana y dejarla bajo la férula de Moscú empezando por "ceder algunos territorios" al agresor, además de incoherente es una propuesta estulta y denigrante contra el valeroso pueblo ucraniano.
Por evidentes intereses personales no de Estado, Trump ha sido connivente y poco claro frente a Putin, al punto que ignora intencionalmente que Rusia no es potencia militar, sino que amedrenta o por lo menos amenaza con utilizar armas nucleares, pero sin ninguna capacidad militar diferencial, ni mucho menos expedicionaria como lo corroboran las limitaciones de todo tipo a lo largo de la invasión contra Ucrania.
La conducta depredadora de Putin contra Ucrania, está sujeta a los ingentes apoyos militares directos de China o indirectos de Pekín por intermedio de Norcorea, y a la elusión de las sanciones económicas con complicidades probadas de China, India y Turquía, o del Asia Central.
Legitimar la ambición desmedida de Putin para saquear, ocupar y expoliar la riqueza ucraniana, sería el punto de disloque del actual orden mundial y el incentivo para el ataque chino contra Taiwán y de Norcorea contra Corea del Sur y Japón.
Al mismo tiempo, sería el inicio de la reconstrucción del imperio ruso en territorios de la ex Unión Soviética, con inminentes amenazas para la seguridad de Europa, incluyendo la supresión de Ucrania.
Por ende, para evitar o quizás para acelerar la que podría resultar de la reunión Trump-Putin en Alaska, cuota inicial de una nueva guerra mundial, Europa seguirá armándose y lista, porque ya está dispuesta a entrar en guerra contra Rusia en menos de una década.
Por muchas menos complejidades iniciaron las dos guerras mundiales anteriores.
La pregunta clave es si Trump y sus asesores están conscientes de la trascendencia de hacer la reunión sin Zelensky, y creer que los dos mandatarios, pueden impunemente repartirse a Ucrania, a sabiendas de que, con la actitud débil y timorata frente a Rusia, podría generarse otra tragedia de dimensiones colosales para el mundo entero.