Solo un movimiento político de unidad nacional encabezado por la reserva activa nos pone de acuerdo sobre lo fundamental

Publicado: 2011-08-16   Clicks: 2978

     El asesinado dirigente Álvaro Gómez Hurtado solía afirmar que a Colombia la arreglarìa un acuerdo a fondo sobre lo fundamental. Casi tres décadas después sus frases no solo cobran actualidad sino que son ciertas y necesarias en toda su extensión.

     El primer paso de lo fundamental es sacar de los altos cargos públicos a las familias Santos, López, Gómez, Pastrana, Lleras, Turbay, Peñaloza, Samper, Gaviria, Galán, Lara y demás politiqueros que no solo se creen irremplazables, sino propietarios del país y sus destinos, por ende adjudicatarios de vehículos oficiales con escoltas hasta para salir a pasar el fin de semana, altas posiciones las mas de las veces inmerecidas, ingentes cuotas burocráticas y el derecho infinito sobre el presupuesto nacional, departamental y municipal.

     El segundo paso es penalizar a esa caterva de bandidos de cuello blanco, muchos de ellos con apellidos de alto abolengo, han desangrado las finanzas públicas y por extensión incrementado las inequidades sociales. Es imperativo buscar que la corrupción sea declarada delito de lesa humanidad, que no venzan nunca sus términos y que los herederos de esas fortunas mal habidas las reintegren al erario público.

    A la par con estos dos pasos trascendentales para cambiar la visión y el derrotero de Colombia es perentorio definir los objetivos nacionales en torno al bienestar de los compatriotas, la seguridad social y la seguridad nacional como fuente suprema de estabilidad institucional. El viejo cuento que el presupuesto no alcanza, es falso.

   La corruptela destapada todos los días desde hace muchos años indica que si la mitad de los dineros se hubieran invertido sin mordidas y si una cuarta parte de las obras se hubieran ejecutado con honestidad, Colombia seria el país más desarrollado de todo Latinoamérica. Estas aproximaciones teóricas indican los niveles de eterno robo de los politiqueros al erario público y el enorme daño que han causado al país.

    Pero como la opción no es continuar enfrascados en diagnósticos sino plantear alternativas de solución, nos parece que ante la deslegitimación y deterioro de los partidos tradicionales, la crisis de liderazgo e institucionalidad que campea en Colombia, la oleada de corrupción en todos los niveles de la administración pública, la politiquería reinante y la obsesión de las Farc y sus cómplices del Foro de Sao Paulo por meter al país en el arcaico circulo del comunismo trasnochado, las reservas activas de la Fuerza Publica son el ultimo bastión que le que queda al país para salir del atolladero.

    Para el efecto se requieren líneas estratégicas concretas en sectores como educación, salud, agricultura, obras publicas,vivienda, régimen laboral, y en general seguridad social, sumados al fortalecimiento y perfeccionamiento profesional de las Fuerzas Militares para garantizar una sòlida defensa nacional frente a la realidad de la jauría comunista que quiere legitimar a las Farc.

     Dentro de este proceso se debe hacer la paz para acabar la guerra crónica del narcoterrorismo comunista contra Colombia. Urge judicializar no solo a las Farc sino a todos sus complices incluidos muchos, muchísimos dirigentes del partido comunista colombiano que amparados en la doble moral han prohijado el terrorismo y la “lucha de clases”; forzar a los terroristas y sus organizaciones de fachada a que indemnicen a las víctimas.

Ademàs llevar a los cabecillas a prisiones de máxima seguridad a que purguen condenas ejemplares por las atrocidades cometidas y desmovilizar las cuadrillas. Una negociación con las Farc debe estar orientada a la aplicación de la justicia contra los delincuentes. Nunca a su legitimación, pues jamás la han tenido, ni han representado a ningún sector de la sociedad colombiana diferente a su partido o brazo político.

      De manera simultánea con el manejo político de la desmovilización y sometimiento a la justicia de los narcoterroristas, El Estado debe construir obras atadas a un plan estratégico vial que incluya aeropuertos internacionales en las cinco regiones, autopistas similares a las de Estados Unidos, puertos marítimos y fluviales, revisar el tema del canal interoceánico en Choco, ferrocarriles que unan los cuatro puntos cardinales, metros para las grandes ciudades, etc…. Pensar y actuar en grande en contra de la corrupción y politiquería tradicionales.

       Muchos dirán que eso es soñar, otros lo verán probable pero solaente  quienes se empeñen en hacerlo demostraran que es posible. Colombia no necesita discursos veintejulieors ni peleas de comadres entre uribistas y no uribistas, entre santistas y no santistas, entre conservadores y liberales, ni entre comunistas y capitalistas.

     Necesita justicia social y penal, mucha administración, mucha visión, mucho compromiso y deseo de salir del subdesarrollo, con o sin los políticos tradicionales, pero eso si con una fuerza motivadora como la reserva activa que no solo conoce al país, sino que ama la patria y sabe como se trabaja con dedicación y vocación de servicio honesto por muchos años.

Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

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