Consecuencias político-estratégicas de la elección de Petro

Publicado: 2011-11-02   Clicks: 3919

    Análisis del conflicto colombiano

   Igual que en todos los comicios electorales de los últimos 20 años en Colombia, la prensa y los partidos políticos han desatado aluviones informativos que se convierten en tempestades pasajeras, para dar paso a los cuestionados gobiernos e ineficiencias administrativas de siempre.  Y esta vez, después de la tempestad no viene la calma.

    El triunfo electoral para la alcaldía de Bogotá del terrorista Gustavo Petro ahora desmovilizado del M-19, es un campanazo de alerta para las libertades democráticas en Colombia, un serio llamado a la denominada centro-derecha y una grave advertencia a los colombianos sensatos que el Foro de Sao Paulo, no solo continúa apoyando a las Farc, sino que sigue empeñado en el embeleco de meter el paquidérmico comunismo cubano en el país.

    En este caso , tienen altísima probabilidad de ser ceirtos, adagios populares tales como “vaca ladrona vuelve al portillo”, “lo que se hereda no se hurta”, y “el que ha sido no deja de ser”. Los comunistas son fundamentalistas y nunca cambian su obtusa visión de la realidad política. La única opción válida es el totalitarismo esclavizante, lo demás es guerra de clases, hasta cuando llegue la victoria comunista y la imposición de una tiranía similar a la cubana, la china, la vietnamita, o la norcoreana. El objetivo es destruir el capitalismo y las democracias liberales.

    Durante el primer gobierno de Uribe, Petro desató una feroz campaña orientada a buscar la caída del presidente. Detrás de esa vehemente agresividad verbal, estaba su amigo Hugo Chávez que por extraña coincidencia, ahora es el mejor “amiguis” de Santos. Cualquier lego en política presumiría que esa intervención de Chávez no se limitó solo a la “solidaridad de clase” sino que pudo haber ido más lejos, como se rumoró alrededor de la campaña del “movimiento progresista”

    Resulta curioso, tragicómico y contradictorio que ahora Petro, pose de conciliador y buena persona, pese a que encabezó hordas terroristas, participó en crímenes de lesa humanidad, y militó en un grupo criminal que traficó coca, destruyó  la sede de la Corte Suprema de Justicia y masacró a varios magistrados.

Pero como nada sacia el voraz apetito de los comunistas, el terrorista desmovilizado, ya exteriorizó que desde su cargo va hacer política partidista ( lo cual es ilegal para funcionarios públicos), y así extender sus tentáculos, para tener candidatos al congreso y desde luego para ser presidente de la república como súbdito de la dictadura cubana.

    Llama la atención  la ingenuidad de la prensa que no quiere ver la dimensión del histórico error de los engatusados votantes y la estulticia de quienes creyeron en su populismo, sumado a la vanidad de Peñalosa, Gina y Galán que en lugar de unirse, actuaron egocéntricos y convencidos que cada uno de ellos es la personificación de  Dios en el planeta, por ende ninguno cedía ante la idea de unirse. Es lo que da la tierra y no hay abono para mejorar la cosecha.

   El reto está trazado. O quienes tienen ideas de sacar a Colombia del atolladero se unen alrededor de proyectos políticos consistentes y coherentes de beneficio para el país, o vendrán nuevas sorpresas por parte de  los comunistas financiados por los petrodólares de Chávez y la coca de las Farc, asi como por el respaldo internacional e injerencia en los asuntos colombianos de Dilma, Evo, Correa, Ortega, Chávez y los demás correligionarios de Petro.

La baja votación indica que los colombianos no creen en los politiqueros tradicionales y no quieren más de ellos. Urge la aparición de líderes regionales para escoger senadores y representantes a la Cámara, que lleguen al congreso a defender las libertades democráticas, a combatir la corrupción, a cerrar el paso al narcoterrorismo comunista y sus cómplices.

    A evitar el populismo izquierdista que se acerca más a la miseria cubana que a la excelencia política de Suecia o Noruega; y, a construir una Colombia proyectada hacia cien años adelante en infraestructura, seguridad social, defensa nacional, relaciones internacionales, educación e iniciativa privada sobre la arcaica visión estatizante de la economía.

    Los resultados electorales del pasado 30 de octubre en Bogotá, implican la aparición de líderes nuevos en todos los niveles de la administración pública colombiana, con dos tareas definidas: Erradicar la presencia de politiqueros tradicionales para sacar del escenario político a los apellidos de siempre, y, segundo para evitar que Colombia caiga en las garras del totalitarismo comunista, o en la órbita de los peones de la dictadura cubana, en la que ya gravitan Brasil, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Argentina y Nicaragua.

Nunca antes la continuidad de la democracia y la libertad en Colombia habían estado tan en vilo. No hay peor ciego que quien no quera ver que hay detrás del oscuro nubarrón.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos

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