Presencia norteamericana en bases militares colombianas, asunto crucial para la Defensa Nacional

Publicado: 2009-11-12   Clicks: 2593

       Publicado en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia el 12 de noviembre de 2009

       Por Escritor-estratega

La firma del más reciente acuerdo de cooperación militar entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, enfocado en la lucha contra el narcoterrorismo era una necesidad inaplazable y un asunto crucial para la Defensa Nacional, como se infiere de los análisis de los computadores incautados a Raúl Reyes y a otros terroristas abatidos por las Fuerzas Militares durante los dos últimos años.

         Los documentos incautados demuestran que existe una conjura internacional sustentada en la intención, persistente y calculada, de los gobiernos de Brasil y Cuba, para multiplicar el llamado socialismo del siglo XXI, financiada por Venezuela y multiplicada por los gobernantes de Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

         Así quedó demostrado con el altisonante discurso de Chávez invitando a civiles y militares de su país a prepararse para una guerra contra Colombia, complementada por la doble moral de Lula -quien por debajo de la mesa incita a Chávez para que  desate la guerra verbal (previa a una inminente agresión armada contra Colombia), mientras que en público posa de mediador pacifista- o, con la patraña de Rafael Correa, quien habla de  la necesidad de restablecer relaciones diplomáticas con Colombia, mientras sus jueces de bolsillo dictan medidas “jurídicas” politizadas.

         El espectáculo mediático impulsado por todos los países de Unasur liderados por Lula, enfocados en cuestionar y hasta tratar de torpedear el acuerdo binacional de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, corrobora que la ubicación en bases militares colombianas de elementos técnicos de inteligencia militar estadounidense, pone en serios aprietos a los gobiernos marxistas de la región complotados con las Farc y los grupos narcotraficantes, porque será muy fácil detectar sus actividades ilícitas.

         Y como los gobiernos marxistas adscritos al Foro de Sao Paulo están empeñados en sacar del escenario político regional a los Estados Unidos, e incluir a Colombia dentro de la órbita socialista, ojalá gobernada por Teodora Bolívar o algún “camarada” del Polo amigo de Chávez, recurren al trillado artilugio leninista de agredir y declararse agredidos. Por ende, combina todos los medios posibles de guerra política, guerra jurídica, guerra de organizaciones, propaganda y generación de argumentos manipulados, para justificar en el futuro una agresión armada de Venezuela contra Colombia y la obvia legitimación de las Farc como “ejército revolucionario” con embajadas en Quito, Caracas, Managua, La Paz, Brasilia y hasta en París.

         En esencia, la actividad dentro de los cuarteles colombianos de los elementos de inteligencia militar norteamericanos, son un obstáculo muy grande para el llamado Frente Internacional de las Farc, y un serio riesgo para la seguridad de las cuadrillas de las Farc, cuyas estructuras armadas estarán mas expuestas a las operaciones tácticas contundentes de las Fuerzas Militares.

         Además a las Farc les preocupa sobremanera que los organismos de seguridad del Estados y la Fiscalía General de la nación desenmascaren a todos aquellos bandidos infiltrados en los partidos tradicionales y organismos claves, quienes en apariencia son demócratas, pero en el fondo son multiplicadores clandestinos del ideario terrorista, pues pertenecen al Partido Comunista Clandestino.

         Los hechos hablan por sí solos. Las pataletas de los padrinos de los terroristas, de sus comisarios políticos, de sus amigos locales y foráneos, y de los cabecillas de las Farc, corroboran que esta trascendental medida estratégica y política del gobierno colombiano, es una jugada maestra con visos de eventual jaque-mate a los planes terroristas.

         Tras las muertes de Acacio, Martín Caballero, Reyes, Tirofijo, Ríos, Felipe Rincón, Mariana Pérez, las capturas de Calderón, Antonio y el “embajador” en México, así como la desmovilización de Karina; Alfonso Cano suplió la debilidad militar con la fortaleza propagandística apoyada por los gobiernos pro-terroristas títeres de la dictadura cubana y la estulticia funcional del grueso de los autodenominados “Colombianos por la Paz”, manipulados por los estafetas de las Farc.

         Sin duda, estas exitosas operaciones no habrían llegado a feliz término si las Fuerzas Militares no hubieran tenido apoyo tecnológico y de inteligencia táctica de especialistas norteamericanos. Y tampoco, las Farc hubieran llegado a la disminución táctica actual.

         Conscientes que si no actúan en el escenario político nacional e internacional, se verán obligados a aceptar la rendición, las Farc y sus cómplices internacionales satanizan la presencia militar norteamericana, buscan el acuerdo humanitario, manipulan el tema de la liberación de los secuestros, sindican al gobierno colombiano de todos los males que ellos mismos causan y pretenden engañar a colombianos y extranjeros por igual, con la falacia de su supuesta lucha popular.

         Por estas y otras razones de simple lógica elemental en cualquier guerra, Colombia necesita el apoyo de las Fuerzas Militares de los Estados Unidos. Es cuestión vital para la supervivencia  del Estado de Derecho y un asunto crucial para la Defensa Nacional.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarín.com

        

Reciba gratis noticias, articulos y entrevistas

* indicates required

Maintained and Created by: { lv10 }

LuisVillamarin.com, 2015©