Pese a ser bisoño y claro desconocedor del cargo, de la función y de los contenidos de Seguridad y Defensa nacional, el señor Silva Luján destila mucha arrogancia, convencido que se va a volver celebridad, producto del mismo estilo politiquero y oportunista con fines electoreros, legado en el Ministerio de Defensa por Rafael Pardo, Martha Lucía Ramírez y Juan Manuel Santos.
La más reciente salida en falso del ministro Silva Luján, fue la innecesaria filtración a la prensa de un documento de seguridad nacional, que de acuerdo con las normas y protocolos de contrainteligencia y seguridad militar, tiene clasificación de Ultrasecreto, es decir que solo pueden acceder a él, el Presidente de la República, el Ministro de Defensa y los mandos militares comprometidos en su ejecución, o alguna comisión accidental del Congreso que investigue algo al respecto.
Hace unos años, quien filtrara un documento de estos a los medios de comunicación o al potencial adversario que en este momento es el megalómano gobernante venezolano, era sometido a consejo verbal de guerra por traición a la patria o por suministrar información al enemigo. Pero como dice el adagio popular: "aquí no pasa nada".
Con fines politiqueros y egocentrismo populista, Santos publicó por medio de un amigo, todos los pormenores de la Operación Jaque. Se rompieron así códigos de seguridad militar, se puso en la picota pública a quienes ejecutaron la operación, se advirtió a las Farc y a sus socios Lula, Chávez, Correa, Ortega y demás bandidos de cuello blanco, cuál es el nuevo modus operandi de las Fuerzas Militares y cuál la forma del planeamiento estratégico para las operaciones militares en Colombia.
Desconocedor absoluto de protocolos de Estado mayor, Contrainteligencia, Guerra Sicológica, etc, el señor Silva Luján, impregnado de una soberbia y autosuficiencia rayanas, permitió o por inacción facilitó, la filtración de un documento clave, para la readecuación del potencial bélico en aras de garantizar la seguridad nacional, ante la inminente agresión armada de los comunistas contra Colombia.
Sin duda, con este documento en la mano, el boquisuelto inquilino del Palacio de Miraflores en Caracas, tendrá más argumentos para justificar la preparación de un ataque contra Colombia, y la búsqueda de legitimar a las Farc con estatus de beligerancia sin rótulo de terroristas, propósito que es compartido por el Partido Comunista Colombiano, el sector “mamerto” del Polo Democrático, los Colombianos por la Paz que militan en las Farc pero que aparecen como pacifistas ante los ojos del mundo y unos cuantos estultos como César Gaviria, Pardo Rueda, Daniel Samper, Mauricio Vargas y otros mas, que por estar pensando en sacar a Uribe del camino, abren la compuerta para que las Farc y sus propagandistas agredan a Colombia.
Ministro Silva, para que usted no caiga en el error de sus antecesores (sin excepción), desde 1991 hasta la fecha, que entraron al cargo sin diferenciar un cabo de un general y salieron del mismo sin entender mucho de seguridad y defensa nacional le sugerimos que comience por leer y estudiar el libro titulado In Retrospect, escrito por Robert Mc Namara, quien para su conocimiento pasó de ser el gerente de la Ford para ocupar la cartera de guerra de los Estados Unidos durante la época del Vietnam.
Las autocríticas confesiones de Mc Namara, le servirían a usted para que reflexione, aterrice, ubique sus objetivos y entienda que el hecho de ser gerente de un gremio económico, no lo convierte ni en sabelotodo, ni en experto en temas de los cuales por lógica usted es ignaro o novato.
En segundo lugar, lea, analice y entienda cuál es el plan estratégico de las Farc, lea todos los correos electrónicos de los computadores de Raúl Reyes, consulte el libro "Cese al Fuego" escrito por Jacobo Arenas; haga un análisis puntual de los fallidos procesos de paz de diferentes gobiernos con los grupos terroristas en Colombia; evalúe que es lo que pretende el Foro de Sao Paulo y cuál es el objetivo final tanto del Movimiento Continental Bolivariano, como de los mal llamados “colombianos por la paz”. Pero además lea y digiera los llamados documentos programáticos de las Farc, que son varios.
Una vez tenga claros estos temas, adéntrese en el conocimiento del estudio de la guerra. Lea a Clausewitz, a Moltke, a Mauricio de Turquía, a Sun Tzu, a Federico El Grande, a Vauban. No para tomar como nuletillas dos o tres trilladas frases de estos estrategas, sino para que entienda qué es la estrategia y cuál es la relación del poder civil con el militar, así como cuáles son los alcances tácticos y estratégicos de un adversario actual como las Farc, o, de uno potencial, como la jauría comunista sedienta de posicionar las Farc en el poder en Colombia.
Cuando haya comprendido los complejos vericuetos de la variante geopolítica hemisférica, la estrategia nacional, la estrategia operativa, la seguridad nacional, la defensa nacional, la movilización de recursos, la alta logística y en particular, el valor de la contrainteligencia para evitar el espionaje contra los documentos, el sabotaje contra las instalaciones y las agresiones armadas contra el personal que representa; en ese momento, si puede evaluar que publica o que no y sobre todo, que dice o que no dice, para que no caiga en el inmediatismo populachero, porque recuerde que la lengua nunca ha sido buena compañera de los altos cargos, ni públicos ni privados.
Además, ministro Silva, usted es el representante político de la empresa más grande de Colombia y en esencia de los hombres que en este momento histórico cumplen la misión de combatir una de las más graves interferencias sustanciales que ha tenido la Seguridad Nacional a lo largo de la vida republicana.
Tenga en cuenta que la sangre, el sudor y el sacrificio de esos hombres que usted representa, son superiores a sus ambiciones politiqueras personales y a su colombianísimo deseo de figuración mediática permanente.
Por solo respeto a los contra guerrilleros y sus abnegadas familias, sea más discreto en sus deseos personales y más vehemente en su servicio a Colombia. No olvide que somos los colombianos que pagamos impuestos, los que aportamos tributos para su salario con el fin que desde su cargo, dirija la estrategia de defensa nacional, no para que haga politiquería cursi a su favor.
Los secretos de Estado no se revelan, menos cuando se trata de planes de contingencia para contrarrestar una agresión de un vecino. Los planes militares se preparan y se practican en el terreno, pero no se revelan. Haga como los directores técnicos de los equipos de fútbol antes de cada partido. Entrene a puerta cerrada y no revele cual va a ser la disposición táctica en el terreno.
Dado que lo que está en juego es la prolongación del estado de derecho y la libertad de los colombianos, so pena de caer en las garras de los cómplices de las Farc, oriente los esfuerzos de su trabajo hacia la eficiencia militar, administrativa y operacional, no a encumbrar mas su sideral ego, pues usted y todos los funcionarios públicos son y serán pasajeros. Lo que debe prevalecer es la institucionalidad. Por ende, la obligación de quien ocupa un cargo es enriquecer ese proyecto.
Reflexione en torno a la frase del general Rafael Reyes: "Más administración y menos política"... menos politiquería diría cualquier persona sensata.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
www.luisvillamarin.com
Analista de asuntos estratégicos