Análisis del conflicto colombiano
Pese a las calidades personales o profesionales que puedan tener los integrantes del equipo negociador nombrado por el presidente Santos con el fin de buscar el fin de la guerra contra el narcoterrorismo comunista en Colombia, es evidente que este proyecto nació expósito, sin estrategia y sin planeación, porque primero se hicieron acuerdos a espaldas del pueblo colombiano y luego se buscaron los negociadores, que al parecer desconocían el asunto y fueron nombrados para satisfacer el ego reeleccionista del presidente colombiano.
Repetición de la repetidera. Más de lo mismo. Todo igual que en los procesos anteriores: Guerrillas envalentonadas, agenda impuesta por los terroristas, mentiras al país de parte y parte desde el comienzo, protagonismo internacional, nombramiento de comisionados de paz sin haber diseñado con antelación una estrategia integral para contrarrestar el plan estratégico de las Farc, ausencia de criterios de defensa nacional, populismo por doquier y espacio para que los enemigos de Colombia hagan toda clase de proselitismo a favor de las Farc.
En el más reciente libro de mi autoría titulado Operación Odiseo que describe la vida y muerte de Alfonso Cano, analizo el recorrido histórico de la farsa comunista de la paz en Colombia. Desde Gilberto Vieira, pasando por Jacobo Arenas, Alfonso Cano hasta Timochenko.
Todos sin excepción han sido pacifistas de dientes para afuera, pues por doctrina los comunistas consideran las negociaciones de paz como un salto cualitativo hacia el objetivo de la toma del poder. Y esa es la clave del actual ruido mediático de las Farc y de sus compinches.
Los computadores de Raúl Reyes dejaron al descubierto los alcances del Plan Estratégico de las Farc y el comprometimiento cómplice de Rafael Correa, Hugo Chávez, Lula Da Silva, Evo Morales, así como los vínculos de los terroristas con dirigentes políticos que osan de supuestos mediadores de paz pero en realidad están confabulados con los terroristas, y en términos generales, la realidad de una agresión palpitante que la dirigencia política, la academia, los medios de comunicación y el grueso de la población ignoran, como resultado de la indiferencia, apatía o desconocimiento de las intenciones totalitarias del Plan Estratégico de las Farc y su brazo político.
Los hechos actuales apuntan a demostrar que las Farc buscarán en la mesa de conversaciones, que los gobiernos pro terroristas del hemisferio en Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Argentina y Uruguay, les confieran el derecho a tener embajadas, no entregaran las armas, buscarán reeditar la Unión Patriótica (UP) con un nombre parecido y objetivos similares, como en la experiencia anterior, un grupo político de bolsillo de las Farc, con sólidos cordones umbilicales con las milicias bolivarianas, el partido comunista clandestino y el movimiento bolivariano nacional y continental.
Por otro lado dilatarán las conversaciones, cambiarán de temas, propondrán exabruptos como el de Simón Trinidad y Sonia en La Habana, negarán los secuestros que cometan sus cuadrillas, arreciaran las acciones terroristas contra la población civil, culparán al establecimiento de incumplir los pactos, vociferarán, amenazarán, manipularán y generarán las condiciones para que luego de la farsa, el gobierno sea el responsable de romper los diálogos.
Sin ser pesimista pero si realista, es perentorio advertir y dejar constancia escrita, que tal como está concebida la línea de conducta del gobierno nacional para enfrentar con negociadores impreparados y sin coherencia estratégica, a un grupo terrorista que lleva 50 años utilizando las mismas patrañas, fracasarán las conversaciones de paz de la administración Santos con las Farc y de remate serán sepultadas sin pena ni gloria.
Para negociar la paz se necesita buena voluntad y objetivos coincidentes de las dos partes en conflicto. En este caso no se dan tales condiciones, porque prima la vanidad del primer mandatario, los gustos personales de su hermano Enrique artífice de los encuentros, el deseo de las Farc de resucitar su cadáver político y de sus cómplices por legitimarlos y crear el remplazo de la Unión Patriótica con un nombre parecido, para continuar la búsqueda del poder político por medio de la combinación de las formas de lucha.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
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El coronel Luis Alberto Villamarín es especialista en temas de defensa nacional, geopolítica y estrategia general. Autor de 19 libros relacionados con el narcoterrorismo internacional, el conflicto armado en Colombia y la historia del continente. Algunas de estas obras han sido traducidas a portugués, inglés, alemán, francés y polaco. Como analista de asuntos político-estratégicos ha participado en paneles de expertos en Discovery Channel, Univisión, NTN 24 y Televisión Española.