La incertidumbre generalizada que han causado entre los colombianos, la ingobernabilidad, la improvisación, la ineptitud y los afanes populistas proterrorismo y pronarcotrafico de la cuestionada administración de Gustavo Petro y su Pacto Histórico, exigen la aparición de un partido político serio y capaz de asumir la dirección del país.
Pero no a cualquier precio, así se diga con fundamentada lógica que cualquier gobernante decente lo haría mejor que Petro.
Por lo tanto, desde Fundelt invitamos a construir el tan necesario partido político, con base en las siguientes reflexiones:
1. Ni los colombianos en general, ni las reservas de la Fuerza Publica en particular, necesitamos de la mesiánica unidad y mucho menos alrededor de los "caudillos de siempre"... Necesitamos crear militancia en forma mancomunada.
Tampoco necesitamos que los responsables por acción y por omisión del actual caos, regresen a lo mismo de siempre. Ellos dicen representar a la "verdadera derecha", pero al ser los causantes de la victoria de Petro, son parte del problema no de la solucion.
2. No se puede confundir militancia política con fanatismo politizado. Tampoco se debe confundir liderazgo político con activismo político.
3. Un partido político serio gravita alrededor del liderazgo de las mentes más brillantes, de los estrategas y los creativos. Esos son sus líderes naturales. Al mismo tiempo requiere de muchos activistas que mediante miles de acciones tácticas desarrollan esa estrategia.
4. Las actividades de calle como convocar marchantes, impulsar plantones, estimular acciones colectivas desde la tarima, etc., son necesarísimas acciones tácticas, que requieren mucha militancia y activismo político. Entre tanto, los estrategas deben articular todos esos esfuerzos en un solo objetivo, el cuál debe ser reflejado en militancia sólida.
5. Ni la esperanza es un método, ni la buena intención, ni el deseo de acertar son estrategias políticas persé.
6. Antes que pensar en candidatos autoimpuestos o salidos de activistas circunstanciales, es esencial construir la cultura organizacional del partido.
7. Previa a cualquier aspiración electoral y eso es todas las etapas de vida institucional de un partido político, quienes aspiren a cargos de elección interna de la colectividad, o de eleccion popular en nombre del partido, deben demostrar militancia alrededor de la ideología, la identidad, la organización y la estrategia partidistas. No seguir ese esquema, es hacer más de lo mismo.
8. La política no se puede concebir como el trampolín para ser alguien sino como escenario para hacer algo
9. En un partido político ideal, los cuadros directivos forman permanentemente a más cuadros de dirección en todos los niveles. El punto óptimo e ideal, es que cada militante sea un cuadro político en potencia.
10. La selección de los candidatos del partido a diferentes cargos de elección popular, tiene como único e irremplazable escenario de escogencia, en la convención nacional, la cuál se realiza al final del proceso.
Para el efecto toda etapa pertinente a ese proceso, debe estar reglamentada y sujeta a controles institucionales internos y externos.
No hay candidatos autoimpuestos, ni con gabelas especiales, ni con argumentos de experiencias anteriores.
Son los hechos y no las promesas, los que demuestran idoneidad, lealtad con el partido y mucho compromiso.
A partir de estos preceptos mínimos, sustentados en un plan estratégico con objetivos nacionales, políticas de Estado, programas y planes de gobierno, los recursos financieros llegarán por añadidura.
El reto es para mentes proactivas, espíritus abiertos, almas disciplinadas y corazones con amor de Patria.
Manos a la obra.
Cordialmente,
Luis Alberto Villamarìn Pulido
Autor de 40 libros de Geopolìtica, Estrategia y Defensa Nacional