Colombia no puede anestesiarse por manipulación petrista, olvidando recuperar el poder en 2026

Publicado: 2022-06-27   Clicks: 2963

   Colombia no puede permitir que Petro se eternice en el poder  

Es bien clara la estrategia petrista para imponer a la brava el extremismo marxista del personaje en mención y su cohorte: Por un lado aparenta apertura política para dialogar hasta con su partner Satanás, mientras no cesa en su verdadera intención de desvertebrar la institucionalidad, estatizar la economía, intervenir las empresas, legitimar el narco-régimen de Maduro, atribuirse el “liderazgo” de los comunistas continentales, negociar con bandidos del Eln y las Farc, algo preconcertado en Cuba cuando Petro salió de Colombia sin permiso en plena pandemia, y desde luego hacer una asamblea constituyente que lo eternice en el poder, sustentada en el “transparente” informe de la “Comisión de la Verdad”.

      La estratagema es anestesiar al país, dilatando la realidad del precipicio al que caímos los colombianos con su elección, mediante la bien conocida táctica comunista del diálogo, pero claro está, para negociar lo de los demás porque los comunistas son los dueños de la verdad absoluta y nunca tienen nada que ceder, ya que les pertenece el país.

      La limitada cultura política de los colombianos, reforzada con las afugias del día a día, alejan a la población del espíritu genuino de la gobernanza y la deja al garete de las intenciones maquiavélicas de los oportunistas. En ese entorno, el populismo y la corrupción encuentran el boquete abierto para confundir y manipular a millones de personas, que no pueden ver más allá de su entorno inmediato, porque los asedian las necesidades básicas insatisfechas.

      Sin embargo, a ninguna persona colombiana, sensata y con mediano o alto nivel académico, se le puede olvidar que Petro nunca ha sido conciliador, ni buen administrador, ni siquiera una persona honesta. Siempre ha sido tramposo, confrontativo, irrespetuoso, con mentalidad bandoleril para desconocer las leyes y las instituciones, además de su nunca ocultado odio visceral contras las Fuerzas del orden, los tres poderes y los canales democráticos cuando ha sido sindicado de corrupción o incompetencia administrativa.

      Las circunstancias actuales favorecen al demagogo integrante del M-19: Sin oposición seria y organizada porque el ahora senador Rodolfo Hernández no tiene ni las cualidades ni la capacidad para encabezar una corriente sólida, que defienda los intereses reales de los colombianos y la prospección geopolítica del país, aunado a que asediado por varias demandas penales y sin una bancada con estrategas, el dirigente de derecha Álvaro Uribe está politiqueando con el tema de dialogar con Petro.

      Como de seguro, no saldrá nada concreto ni estratégico de las ya sin peso toldas de Rodolfo y Marlen, y mucho menos de las conversaciones vitrineras de Petro con Uribe, pues de remate el Centro Democrático marcha hacia su propia desintegración, derivada de egos y pugnas verduleras internas.

       Debido al temprano desgaste de la agrupación política uribista que fue esperanza para los colombianos tras los desastres electorales de los partidos liberal y conservador, es claro y necesarísimo para Colombia que surja un partido político con proyección y seriedad que devuelva la esperanza de democracia y que articule una administración pública transparente sin populismos.

     Pero ojo: Uno de los requisitos básicos para este nuevo partido político, es que atienda el clamor de los colombianos impregnado en las urnas de 2016 en el plebiscito y parcialmente en las de 2022 para presidente. Los colombianos están hastiados de la violencia narco-comunista y de la eterna corrupción de los politiqueros de siempre. Lastimosamente el populismo de Petro manipuló a los jóvenes y los engañó acerca de cuales son las intenciones de este sujeto.

      Obviamente, pronto vendrá el desencanto del país y el rechazo de la sociedad a las intenciones totalitaristas del petrismo, con el grave riesgo de polarizaciones y resurrección de la violencia regional, por falta de programas estratégicos con objetivos nacionales y políticas de Estado, para robustecer la identidad interna y luego proyectar a Colombia como un faro de luz geopolítico en el continente.

       Todo lo anterior indica que es impostergable, crear el partido de oposición mediante un grupo significativo de ciudadanos que graviten alrededor de un plan estratégico sinérgico y atractivo para todos los sectores del pueblo colombiano, y, no a los intereses del socialismo del siglo XXI, ni de los corruptos de siempre, que por ahora están buscando mermelada con Petro y socarronamente suponen que para las próximas elecciones se opondrán al populismo petrista, y que así ganarán las elecciones del 2026.

     La indeseada elección de Petro en 2022, es un problema político, que solo se corrige con acciones políticas. Y para poder llevar a cabo esas acciones se necesita un partido de oposición serio y estructurado para recuperar el poder en 2026 y trazar el rumbo democrático y de desarrollo que necesita Colombia.

      A menos que todos los colombianos deseemos ser parte del problema, o anestesiados, o indiferentes o lo que es peor creyendo en los cantos de sirena de Petro y sus cómplices.

       Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

        Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

         www.luisvillamarin.com

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