Editorial número 44
Parafraseando al tribuno del pueblo José Acevedo y Gómez el 20 de julio de 1810: “Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor…” Agregamos de la propia cosecha: Colombia pierde la oportunidad de trazar un derrotero de libertad, orden, democracia participativa y seguridad nacional. Masivas, apoteósicas, espontáneas e históricas marchas del 21 de abril de 2024 reflejan enorme insatisfacción del pueblo colombiano frente a desaciertos de Gustavo Petro en el cargo, que ni merecía ni ha debido nunca ocupar nunca.
Capital humano para corregir el rumbo nacional está en los marchantes de hoy.
El trabajo está por hacerse, antes que los oportunistas que se dan silvestres en la fauna política colombiana, aprovechen ese acéfalo caudal y lo utilicen como han hecho siempre, para sus fines personales.
Reservas de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional constituyen baluarte fundamental. Pero para participar en política no solamente necesitan candidatos o activistas, cuya labor debe ser permanente.
Requieren organización estructural, conducción estratégica y táctica, fortalecimiento de la militancia e identidad, necesarias para construir cultura organizacional. No alrededor de una persona, o de un candidato, o de un aspirante o de quién crea que tiene la posibilidad de dirigirla.
Es alrededor de un proyecto. Mentes, corazones, voluntades y compromisos articulan el andamiaje para echarlo a rodar. No podemos perder tiempo y seguimos esperando a los salvadores de siempre. Por inacción estructurada, Pedro podría hacer la Constituyente, que por infortunio, podría no ser contrarrestada por quienes facilitaron llegada de Petro al gobierno y ahora piden unirse a ellos, dizque para salvar el país.
Colombianos comprendemos que miles de personas que salen a las calles a protestar contra de Petro también están diciendo a causantes de su triunfo electoral, que el país requiere una nueva orientación política y de administración pública. Piden un proyecto de Estado para desarrollar en varios períodos y con dirigentes comprometidos en la solución del problema.
No basta con ciudadanos que marchan o reenvían refritos por las redes sociales. Urge construir y conducir militancia, conducida estratégica y tácticamente Trabajo permanente de formación política integral para todos.
Así al final del ejercicio, mediante escuela permanente de dirigentes estructurados, se escogerá democráticamente a los más capaces para que nos gobiernen. Entendámoslo así y sacaremos adelante a Colombia.
Si perdemos estos momentos de efervescencia y calor, perderá Colombia y ganarán los manipuladores de siempre.
Manos a la obra,
cordialmente Luis Alberto Villamarín Pulido