Con Gustavo Petro, Colombia tocó fondo y salió a flote un secreto a voces:
Ni desnaturalizada derecha llena de dirigentes cuestionados, ni izquierda armada o desarmada, constituyen camino para construir futuro del país. Colombia requiere un proyecto político-estratégico, enrumbado hacia los hasta ahora inexistentes objetivos nacionales.
Apuesta, que gravite alrededor de políticas de Estado definidas, generadoras simultáneas de políticas, planes, y programas de gobierno, acordes con idearios claros, acciones concretas y compromisos de militancia alejada de polarización y violencia. Cero liderazgos individuales, o caudillismos mesiánicos.
Nueve razones para crear partido político transformador colombiano:
1. Desueta y hereditaria conducción política durante dos siglos de componendas, amiguismos, o caudillismos salvadores, en contraste, generadores del caos.
2. Izquierda armada y desarmada, simbolizan fracaso político mundial. Con complicidades nacionales e internacionales, mediante violencia, caos, polarización, maridajes con narcotráfico y complots comunistas contra Colombia, izquierdistas radicales no aportan nada visible ni meritorio a favor del futuro colombiano.
3. Utópico suponer, que quienes, por acción u omisión, facilitaron ascenso de Petro al poder, regresarían al gobierno para reencauzar a Colombia. Siempre han actuado por intereses egoístas. 2026, tampoco sería excepción.
4. Prolongando mandato de Petro, sería igual o peor.
5. En recientes elecciones, votantes han exteriorizado anhelos de gobiernos y gobernantes diferentes. Con oportunidad dada a la izquierda, resultó peor el remedio que la enfermedad.
6. Históricamente, sin excepción, por acción u omisión, dirigencia política ha generado problemas estructurales al país. Para solucionarlos, han enviado soldados y policías como carne de cañón. Hoy quieren recuperar el poder para reeditar similares esquemas.
7. Colmada de riquezas naturales y desaprovechado talento humano, Colombia ha soportado violencias, de las cuales resultan ganadores los comunistas y sus planes totalitarios, mientras la contraparte sigue enfrascada en rapiñas de poder y corruptelas.
8. Sin distingos, izquierdas y derechas, solamente promueven y hablan de candidatos. Su miope óptica: Política de todo vale en campaña electoral y obvia repartición de puestos o contratos, no proyectos a largo plazo con visión geopolítica de estadistas-estrategas.
9. Problema es estructural, no coyuntural. Netamente político. Soluciones deben ser estructurales y políticas, organizando comunidades mediante gobernanza, participación, seguridad y desarrollo.
Síntesis: urge gestar partido político transformador… paso correcto para salir del subdesarrollo y atávica polarización violenta. Manos a la obra.
Cordialmente Luis Alberto Villamarín Pulido