Publicado: 2021-03-11 Clicks: 2416
Comparados los resultados de la lucha contra los narcos, durante los meses de enero y febrero de los dos años 2020 y 2021, arrojan como resultado que a pesar de la pandemia del Covid 19, el narcotráfico incrementó en lugar de disminuir, porque a pesar de la crisis económica mundial, el consumo de estupefacientes en el primer mundo, siguió en ascenso.
Igualmente demuestra que la laxitud de los gobiernos izquierdistas de Maduro en Venezuela y López Obrador en México, sumada a la descarada corrupción de las autoridades de ambos países, ha beneficiado a los narcos de todos los pelambres y de todo el continente.
Durante el primer bimestre de 2020, tropas del Ejército Nacional decomisaron en todo el territorio colombiano 6.083 kilos de cocaína, 14.787 kilos de marihuana, y 1.483 kilos de base de coca. A lo largo del mismo periodo en 2021, se decomisaron 16.658 kilos de cocaína, 18.188 kilos de marihuana y 6.033 kilos de base de coca.
Si se toma como base la cifra que desde Colombia se exportan 600 toneladas o sea 50 toneladas cada mes, de cocaína al año, quiere decir que en el primer bimestre de 2020 el Ejército Nacional incautó a los narcotraficantes el 13.3% de ese promedio, y que durante el mismo lapso en 2021, se incautó el 30% de la producción de cocaína.
Si se tiene en cuenta, que las áreas donde ocurrieron estos decomisos, son las mismas regiones durante los dos años, es obvio inferir que las mafias de los carteles mexicanos, los narcos criollos, las Farc y el Eln, incrementaron el control geográfico mediante la violencia y el alebrestamiento de los campesinos e indígenas para que impidan la acción de las tropas, mientras la “protesta social” que pide el oro y el moro ―manejada tras bambalinas por comunistas armados y desarmados― busca tumbar al gobierno de turno, maniatar a las Fuerzas Militares y de policía y vender la imagen, de que la violencia causada por ellos, es responsabilidad del Estado.
Igualmente, las cifras, durante el periodo analizado para los dos años en mención, señalan que se erradicaron 4947 hectáreas de cultivos de coca, lo cual incide en la adecuación de hoja, pasta y base de coca para procesar, máxime que sumados los dos periodos enunciados se destruyeron en total 41 laboratorios de procesamiento de coca, y 673 semilleros de marihuana.
En enero y febrero de 2020 se neutralizaron 464 artefactos explosivos, mientras que en el mismo lapso de 2021, la cifra ascendió a 687. Durante los dos periodos analizados, en 2020 fueron destruidas 494 minas antipersona y en 2021, la cifra aumentó a 640.
En cuanto a pérdidas de vidas humanas y lisiados por la guerra, es decir, lo más irreparable y de lo cual, los medios de comunicación y los comunistas desarmados con los cómplices politiqueros de la mal llamada derecha, siempre obvían y enmascaran.
En contraste con el cuento chino de que la única solución, es firmar acuerdos de paz con criminales comunistas armados; en los primeros bimestres de ambos años, murieron 16 soldados por efectos de francotiradores o trampas explosivas; y un total de 87 soldados sufrieron heridas de gravedad, principalmente por acción de las letales minas antipersonas, instaladas por los terroristas y los milicianos en los cultivos ilícitos, que son erradicados por las tropas.
Así como la guerra de Corea (1950-1953) es llamada en los escenarios académicos internacionales como la “guerra olvidada”, no es exagerado aseverar que después del espurio pacto de Juan Manuel Santos con las Farc, la guerra de Colombia contra el narcoterrorismo comunista, se convirtió en nuestra propia “guerra olvidada”, en la que resultados operacionales tan tangibles, son desconocidos e ignorados por los colombianos en su conjunto.
A menudo, los grupos rescatistas de las Fuerzas Militares entrenados para evacuar heridos en los campos de combate, son testigos de excepción de horrendos escenarios en que son evacuados, heridos muertos jóvenes soldados, que pierden sus extremidades, la vista, o la motricidad, pero a pesar de sus sacrificios, son ignorados por una sociedad, que en muchas ocasiones por sus comportamientos, parecería ser, que ni se gobierna ni se deja gobernar.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Autor de 38 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional
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