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Publicado en el Periódico El Tiempo de Bogotá-Colombia Escritor-estratega No obstante que los computadores de Reyes dejaron al descubierto, que detrás del. manipulado acuerdo humanitario para la liberación de los secuestrados en poder de las Farc, no hay otra cosa que el golpe de suerte que esperan Chávez y las Farc, para asestarle una puñalada por la espalda a Colombia, al conferir estatus de beligerancia a los terroristas, con la venia del sinuoso gobernante francés Nicolás Sarkozy y las intrigas de los partidos comunistas europeos complotados con las Farc. Son muchos los intereses geoestratégicos y geopolíticos, que maneja cada quien en este caso. No es aislado ni circunstancial que después de un calculado silencio mediático, aparezca Ingrid Betancur como receptora del Premio Asturias, sin que tenga ningún mérito para el, como también ocurrió con la medalla de la Legión de Honor de Francia, tan devaluada y “perrateada” que por intriga de Sarkozy, hasta se la otorgaron a uno de los reconocidos estafetas de las Farc. Tampoco es un hecho aislado, que Chávez haya retado a Estados Unidos y haya traido buques de guerra rusos a efectuar maniobras de combate conjuntas con la Armada venezolana, en el mismo momento que la señora Betancur es distinguida con un nuevo e inmerecido honor. No es gratuito que la polémica senadora liberal Piedad Córdoba, haya ido a Argentina de gira por varios sitios, para hablar exclusivamente del acuerdo humanitario en Colombia, que según sus palabras de dientes para fuera busca la paz en el país, pero que en el fondo, solo pretende resucitar el cadáver político de las Farc y posicionar a “mi comandante” Chavez como el adalid de la paz en Colombia. Y que a su regreso al país haya invitado a los estudiantes universitarios a la subversión, en el mismo momento que Gina Parody devela el reclutamiento de terroristas en las universidades bogotanas. Se nota a leguas que las calculadas distinciones a Ingrid Betancur, tienen claros propósitos politiqueros, contra los Estados Unidos y contra Colombia. El presidente Uribe sigue siendo la piedra en el zapato, tanto de los comunistas criollos, como de los extranjeros, amén que a este coro se han sumado los demagogos, los oportunistas, los politiqueros de siempre. A largo plazo Francia y España quieren apoderarse de las inversiones y los negocios que en la actualidad tienen los Estados Unidos con Colombia, igual que quieren hacerlo con todo Latinoamérica. Para el caso, juegan a Dios y al diablo. No les importa, ni a Zapatero ni a Sarkozy, que al mismo tiempo los comunistas estén ganando espacios. Obran de la misma forma y con idéntica mordacidad, a como actuó Alfonso López Michelsen cuando se asoció con el Partido Comunista, para tumbar el bipartidismo del Frente Nacional. Utilitarismo en toda su extensión… Y para lograr el propósito, han encontrado elenco ideal. Un bocón irrespetuoso como Chávez, cargado de petrodólares y de docilidad a lo que le ordene la dictadura cubana para torpedear las relaciones de los Estados Unidos con Latinoamérica; una persona con serios problemas de adaptación social, el ego por las nubes y la ambición politiquera de ser presidenta, no para gobernar, si no para satisfacer un capricho personal y familiar, como Ingrid Betancur. También encontraron a un taimado con argucias por debajo de la mesa como Lula, y a un par de cachorritos lenguaraces comprados con petrodólares, gobernando en Managua y Quito. Por otro lado hallaron a las Farc y sus socios, ansiosos de sumir a Colombia en el caos del paraíso de bondades comunistas, con la complicidad de los miembros del Partido Comunista Clandestino y el Movimiento Bolivariano incrustados en las instancias judiciales, los organismos de control y los partidos tradicionales. Entre tanto, la estultez de la patria boba se recicla. Mientras los enemigos de Colombia se asocian y desarrollan un metódico plan siniestro para derrocar la institucionalidad, el Presidente Uribe cayó en la trampa de sacarse los cueros al sol con el ex presidente Gaviria. Y claro, los comunistas y sus corifeos, felices, observando como el enemigo de clase se desvertebra solo. Por esa razón, tanto el gobierno nacional, como los medios de comunicación, como el legislativo, tienen que ser muy prudentes en torno a las decisiones que tome el Ejecutivo acerca del eventual acuerdo humanitario. El presidente Uribe debe mantener la firmeza, de no permitir mediaciones de Chávez ni Correa. Mejor dicho, ninguna injerencia internacional. Así como las Farc insistían que la entrega de los secuestrados la harían en Colombia, el gobierno nacional debe insistir que la liberación sea en Colombia sin que ningún gobierno vecino meta las narices en el tema. E Ingrid Betancur debiera aprovechar los escenarios internacionales a los que tiene acceso con tanta habilidad mediática, no para la que condecoren, sino para que el mundo entero se una a la cruzada colombiana de exigir a los terroristas la liberación de los secuestrados sin ninguna contraprestación y la consecuente desmovilización de todas las estructuras armadas de las Farc. Un acuerdo humanitario en las condiciones que quieren Chávez y los compinches de las Farc, no sería el comienzo de la paz. Sería el paso mas acelerado para ahondar la guerra y desatar una tormenta regional con resultados impredecibles. El complot contra Colombia está vivito y coleando. Pese a las muertes de Reyes, Tirofijo y Ríos, así como la destapada de las verdades ocultas en los archivos electrónicos de Reyes, los conjurados no han cesado de tejer los componentes de la agresión. La única diferencia es que lo están haciendo con mayor cautela. Y una candidatura presidencial de Ingrid Betancur, a partir del acuerdo humanitario liderado por ella, sería ideal para todos, sin que la caprichosa dirigente política, se de cuenta que está convertida en una ficha de intereses excluyentes, y del llamado gobierno de transición del cuál fue reticente Raúl Reyes en diversos mensajes al Secretariado.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido Analista de asuntos estratégicos
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