Pese a dificultades derivadas de disminución de presupuesto, ojeriza ideológica del dúo Petro-Velásquez, más cercanos a terroristas que comulgan con su ideología que de institucionalidad; limitantes jurídicas de casi maniatadura total, ausencia de claridad para empleo de fuerza letal contra narcoterrorismo comunista, en menos de dos semanas, los soldados enviaron un mensaje claro y contundente al país:
Hoy como ayer, tenemos al Ejército más profesional del continente, liderado por comandantes comprometidos con la misión constitucional y militares íntegros, dispuestos hasta el sacrificio supremo en aras de libertad, orden, justicia, paz derivada de victoria del Estado contra criminales, vigencia y vigor institucional.
El miércoles 28 de marzo de 2024 fueron neutralizados cinco terroristas de la Segunda Marquetalia de las Farc en el Cauca. Pocos días después fue capturado en Popayán el terrorista alias Villa, mano derecha de Iván Márquez y poseedor de un tesoro informativo acerca denexos del cartel de los soles venezolanos con las Farc, actividades oscuras del Sebin en Colombia contra disidentes del narcorrégimen de Maduro, cordón umbilical del grupo criminal Tren de Aragua con el palacio de Miraflores en Caracas etc.
El 3 de abril de 2024, tras sorpresiva incursión aeroterrestre en límites de los municipios Roberto Payán y Mosquera en Nariño, sobre el estratégico eje del río Patía por donde las Farc y otros carteles de narcos sacan cocaína procesada hacia Bocas de Satinga, los soldados neutralizaron a nueve terroristas de la Segunda Marquetalia, noticia que generó honda pesadumbre a Gustavo Petro, quien lamentó sus muertes, como si él no hiciera parte del problema, pues décadas atrás impulsó las mismas tendencias con narcoterroristas del M-19, que hoy como gobernante debe combatirlas, no justificarlas.
Tan complejos hechos de guerra suceden en medio de insensatas declaraciones del negociador González Posso, quien sin desparpajo asegura que hasta ahora se están conociendo esos delincuentes, o de Otty Patiño que los felicita porque se organicen mejor para seguir destruyendo el país, o de los bandazos de Petro, que cambia de opinión al respecto, con la misma facilidad que aumenta su adicción por el café perico, o de los partidos políticos que solo piensan en candidatos no en soluciones para Colombia a partir de 2026, etc.
Si de verdad hubiera intención de paz total, de unos y otros, habría voluntad y compromiso político, materializado en programas de gobierno, proyectos serios y planes estratégicos a partir de objetivos nacionales y políticas de Estado.
Panorama contrario y contradictorio. Más de lo mismo. Rapiña demagógica, afanes de conseguir el poder para satisfacer intereses personales, manipulación de electorados susceptibles a polarizaciones o indiferencias, y miope visión geopolítica sobre futuro colombiano. Solución no es cambiar de depredadores del erario, sino formar estadistas-estrategas que contrarresten corruptela de siempre.
De la vertiente política que sean. Ellos son el problema no la solución. Síntesis: Con contundentes operaciones militares como las enunciadas, Colombia gana tranquilidad temporal, pero si dirigentes políticos de todos los espectros persisten en rapiña y corruptela, violencia será eterna en Colombia.
Les habló Luis Alberto Villamarín Pulido