Muerte de los diputados y doble moral de las Farc

Publicado: 2007-05-29   Clicks: 2298

 

Por Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Publicado el 28 de Junio 2007 10:29 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia

 http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/06/Muerte-de-los-diputados-y-dobl.php

 

      La doble moral de las Farc frente a la responsabilidad que les cobija por la comisión de actos terroristas o crímenes de lesa humanidad, no es nada nuevo. Es un comportamiento atípico que ocurre desde su aparición en 1964, cuando encabezados por Tirofijo y Jacobo Arenas asaltaron el municipio de Inzá-Cauca y además de robar el dinero de los campesinos depositado en la Caja Agraria y las pertenencias a los comerciantes del lugar, asesinaron a sangre fría a dos monjas y a algunos habitantes del poblado.

      A los pocos días hicieron la “autocrítica” interna, cuyo resultado fue “lavarse las manos” para no asumir la responsabilidad. Igual ocurrió con el secuestro y asesinato de Oliverio Lara. Con el paso del tiempo se inmiscuyeron en el secuestro extorsivo y el narcotráfico, pero optaron por línea maquiavélica, típica de la propaganda comunista, consistente en cometer las fechorías y luego negar todo a pie juntilla con el mayor cinismo posible.

       Prueba de ello es que durante las insulsas conversaciones de paz con el laxo gobierno de Belisario Betancourt, Jacobo Arenas envió una carta circular a las cuadrillas en todo el país, con instrucciones precisas para que siguieran secuestrando, pero que siempre negaran la participación de las Farc en tales hechos. Con el paso del tiempo cambiaron la táctica, pues decidieron dejar muchos secuestros a cargo de la delincuencia común, para luego “comprar” los secuestrados y cobrar ellos (las Farc) el pago por la liberación.

      Durante la vergonzosa época de la zona de distensión, el bloque oriental secuestró en Bogotá a un niño. Mediante labores de inteligencia técnica, quedó demostrado que el menor estaba secuestrado dentro de la zona de distensión. Sin ruborizarse, Raúl Reyes dijo ante los medios de comunicación que ese plagio había sido cometido por unos “bandidos”, como si las Farc fueran algo diferente. Y la debilidad de carácter del presidente Pastrana dejó las cosas de ese tamaño.

       Por la misma época, las Farc asesinaron una campesina boyacense a quien habían colocado un collar-bomba. Esta vez también negaron la autoría y de nuevo contaron con la complicidad del presidente Pastrana, quien les ayudó a mentir acerca de la autoría de las Farc en el horrendo crimen.

       Cuando los terroristas de las Farc atacan y destruyen algún poblado, justifican en sus pasquines que se trató de hechos conexos con “la guerra contra la oligarquía”, para ello utilizan un lenguaje agresivo y desafiante que de manera sospechosa, a menudo es compartido por el Semanario Voz del Partido Comunista Colombiano.

      También ha sido usual que los terroristas colombianos voltéen la torta en torno a la responsabilidad y de agresores se convierten en agredidos. Con ese tipo de artilugios aseguran que el nacimiento de las Farc en Marquetalia obedece a la “agresión” del Estado colombiano contra las autodefensas revolucionarias campesinas y no a que es una consecuencia directa de la estrategia integral del Partido Comunista colombiano de buscar la toma del poder político central por medio de la combinación de todas las formas de lucha. El M-19 utilizó la misma estratagema en torno al tema del asalto terrorista contra el Palacio de Justicia. Entraron asesinando humildes vigilantes y luego incendiaron el palacio para desaparecer los expedientes con graves pruebas contra los narcotraficantes. Sin embargo de ser asesinos y terroristas, pasaron a convertirse en “mártires” y hasta senadores o gobernadores. Ver para creer.

     Que ahora las Farc digan que la muerte de los diputados del Valle es culpa de las Fuerzas Militares, no es nada nuevo. Ya hicieron lo mismo en el caso del secuestro y posterior asesinato del gobernador de Antioquia y el consejero Echeverri Mejía, o del mayor Guevara de la Policía.

      Que el fin justifique los medios no es nada nuevo en la conducta de las Farc. Es la dialéctica esencial de la guerra revolucionaria que practican. Lo grave del asunto es que los afectados sigan inmersos en la indiferencia o en el error de buscar el muerto aguas arriba. Mientras tanto las Farc continúan el desarrollo de su plan estratégico y la cínica aplicación de la doble moral. La muerte de los diputados en cautiverio es solo una triste y trágica reafirmación de que es lo que piensan y como actúan las Farc contra la población civil inerme a la que dicen representar y defender.

Queda la duda en el ambiente. Si sin tener ninguna clase de poder legalizado, las Farc cometen este tipo de tropelías y barbaridades que a renglón seguido son negadas con cinismo, ¿cómo sería si estuvieran en el poder?

Escritor-estratega

www.luisvillamarin.com

 

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