General Uscátegui: La justicia cojea pero llega

Publicado: 2007-11-30   Clicks: 2398

 

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Escritor estratega

Publicado el 30 de Noviembre 2007 2:43 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá Colombia

http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/11/General-Usctegui-La-justicia-c.php

       Después de un prolongado periodo de daños morales y de privación injusta de la libertad, un juez de la república acaba de declarar inocente de los cargos que se le imputaban al general Jaime Uscátegui Ramírez, por su presunta responsabilidad en la masacre perpetrada por orden de Carlos Castaño en Mapiripán.

      Avalado todo el acervo probatorio,  se reconfirmó un fallo anterior y se hizo justicia, sin que se puedan resarcir los daños causados al brillante oficial, a su familia y al buen nombre de los oficiales honestos del Ejército, que por suerte son la mayoría.

      Detrás del manipulado intento de convertirlo en chivo expiatorio hay manos largas e intereses oscuros, interesados en esconder la realidad de los hechos y desde luego en ocultar los nombres de los verdaderos responsables del macabro crimen colectivo. Eso se puede detectar al escuchar su vehemente y precisa descripción de los acontecimientos.

       Como comandante de la Séptima Brigada, el general Uscategui recibió la orden de agregar operacionalmente al batallón Joaquín París a la Brigada Móvil 1. Eso quiere decir que solo tenía injerencia administrativa en esa jurisdicción, pero que no podía disponer de esas tropas ni mucho menos ordenar operaciones militares de contraguerrillas en el departamento del Guaviare y en general en el área de responsabilidad del batallón París. En ese orden de ideas cuando ocurrió la masacre en Mapiripán, Uscátegui no tenía responsabilidad operacional, ni comando, ni control sobre las tropas responsables de conservar el orden público en dicha zona.

      Pero su caso era sui generis. La Fiscalía tenía que encontrar a un responsable y en búsqueda de ese propósito, desconoció los argumentos esgrimidos por la defensa. Las farc y su brazo político, necesitaban la cabeza de un general, para poner en la picota pública a la institución armada. Y los verdaderos responsables, necesitaban un chivo expiatorio, para transferir responsabilidades y salvar el pellejo de los confabulados. Todo estaba en contra de Uscátegui, solo Dios lo podía sacar de semejante embrollo.

      Abandonado a su suerte, pero sin perder ni la caballerosidad característica, ni su temple de soldado, ni su don de gentes, ni su fortaleza espiritual, ni su dignidad, mediante un paciente trabajo de averiguaciones y acopio de pruebas, el general Uscátegui, no solo estudió derecho, sino que buscó todos los documentos y elementos probatorios que pudieran demostrar su inocencia, y lo logró.

      Todo el país fue testigo de la emotiva intervención de Uscátegui durante la audiencia de exposición de descargos, cuando con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, reiteró su inocencia y el dolor de patria que le causaba el manejo de la desmovilización de algunos de los responsables de la masacre.

    Llama la atención que a pesar de haber sido público el juicio, de que hubo periodistas de todos los medios en las audiencias y de que en ellas se señalaron con nombres propios a algunos de los verdaderos responsables, ningún periódico, ni noticiero, ni emisora radial, profundizó en torno al espinoso tema. Como hace de falta la cultura del periodismo investigativo, que caracteriza a los grandes medios de comunicación de otros países.

      Se supone que ya libre de todas las ataduras, con la autoestima en proceso de reubicación en su debido lugar y con la honradez que le caracterizan, el general Uscátegui, no solo difundirá el video cassette en el que describe la realidad de los acontecimientos, sino que escribirá un libro categórico, en el cual desvele la verdad de lo sucedido y la implicación de quienes pretendieron enlodarlo, para salvar su culpa. Es algo que necesita el país, para bien de la democracia y del buen nombre de las instituciones militares.

     Lo justo sería que fuera llamado al servicio activo y ubicado en el cargo que le corresponde por antigüedad, pues además de caballero y valiente, Uscátegui es un oficial con visión, talento y liderazgo dentro de las tropas. Su caso particular es la mas clara demostración de la transparencia institucional en relación con las autodefensas ilegales, pues una vez mas queda demostrado que los nexos que puedan existir entre algunos militares y los delincuentes, son casos específicos y no una política institucionalizada, pero claro, quienes hayan fallado al juramento de lealtad a la bandera y de servicio dentro de la ley, quedan expuestos a la contundencia de la  justicia.

      Es indudable que si el general Uscátegui sirvió con lujo de detalles a la patria como soldado, también la servirá como ciudadano ilustrado en el manejo de las leyes. Enhorabuena se despejaron los oscuros nubarrones que sobre el caían, para dar paso a que la lenta justicia siga por el sendero de encontrar y condenar a los verdaderos responsables de la orgía de sangre que baña a Colombia. Tanto los terroristas de las Farc por causarla, como las autodefensas ilegales por la barbarie con que respondieron a la agresión comunista.

            Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

            Analista de asuntos estratégicos

           www.luisvillamarin.com

          SarasotaFlorida

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