Incoherencia entre el discurso electoral de Santos y su desempeño en la presidencia

Publicado: 2010-10-26   Clicks: 3440

 

     Con seria preocupación muchos colombianos, incluida la reserva activa de la Fuerza Pública, observan la enorme incoherencia entre los planteamientos políticos de Juan Manuel Santos en campaña electoral, y sus ejecutorias en el cargo como Presidente.

      De la locuacidad con supuesto tinte uribista frente a la comprobada complicidad de Lula, Chávez y Correa con las Farc, Santos pasó a un preocupante apaciguamiento y aparente indiferencia que desconcierta en grado sumo. No es un secreto que los tres mandatarios enunciados y sus demás cómplices del Foro de Sao Paulo ni cesarán la agresión contra Colombia, ni dejarán de buscar la legitimación de las Farc, ni buscarán nada diferente a instaurar en Colombia un gobierno afín al socialismo del siglo XXI y por ende antinorteamericano, así la señora Clinton o el presidente Obama lo pongan en duda.

      Resulta asombroso que Santos adicto a la autopublicidad y el egocentrismo, mantenga silencio cómplice frente a la actitud juglaresca de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que en probable vulneración de la Constitución de Colombia, siguen sin nombrar a un Fiscal General en propiedad, con la venia complaciente del Congreso y de los colombianos en general.

    Con los computadores de Jojoy, entre los cuáles es obvio, están los archivos electrónicos de Tirofijo, Santos se dedicó a politiquear. Publica a cuenta gotas de datos ya conocidos de los computadores de Reyes, o que son obvios como el odio de las Farc contra Uribe y el propio Santos.

     Sus reuniones semanales con diferentes comunidades no son ni sombra, ni parecidas con los consejos comunitarios de Uribe. Sus relaciones con el Congreso y con los medios son apenas figurativas. Su posición en el entorno hemisférico es muy discreta y casi desconocida. No tiene  fuerza mediática en Latinoamérica. Carece liderazgo que tiene Uribe en el continente.

     Para tener gobernabilidad, Santos nombró a dos enconados enemigos políticos en las carteras del Interior y Defensa. Es obvio: Vargas Lleras y el locuaz ministro Rivera están en campaña presidencial para el 2014, porque sus egos más no sus verdaderas capacidades, les indican eso. Más temprano que tarde, "pelarán el cobre" y sobrevendrá la crisis ministerial.

     Frente a las Fuerzas Militares y de Policía, bastiones de su hasta hoy incumplida propuesta de gobierno, pues lo de Jojoy fue la continuidad de la ofensiva iniciada en el gobierno anterior y el resultado de la indoblegable constancia de las tropas; Santos ha jugado cartas de doble faz, igual que cuando se autodenominó el héroe de las operaciones Jaque y Fénix, pero se lavó las manos con las presuntas ejecuciones extrajudiciales de unos jóvenes de Soacha.

     Tampoco ha sido claro acerca del aberrante caso del almirante Arango Bacci y las verdaderas razones de la irregular destitución del oficial naval. Mucho menos impuso la auto presumida férrea autoridad, ni llamó a calificar servicios al controvertido general Suárez Bustamante, a sabiendas que la negativa del general Suárez a pasar a la reserva activa, es un acto de indisciplina que sienta precedentes nefastos entre el generalato.

      Respecto al justo reclamo de los pagos incompletos de los sueldos de militares y policías desde 1992, asunto que Santos conoce muy bien, pues fue ministro de Hacienda y Defensa, se ha hecho el desentendido y además, permitió que su subalterno Rodrigo Rivera, en un típico acto de ineptitud para ocupar el inmerecido cargo de Ministro de Defensa, abriera la boca con estulticia suprema, al aseverar que la mala paga a las instituciones armadas, se recompensa con condecoraciones y felicitaciones.

     Con actitudes mediocres como estas, Santos y su ministro Rivera corroboran la tesis que el paso por la cartera de Defensa, de civiles sin ninguna fundamentación del manejo de las Fuerzas Militares, ha sido nociva para el país, que sin excepción, desde Pardo Rueda hasta Rodrigo Rivera, no ha habido un solo funcionario civil con categoría de ministro de Defensa, digno de recibir honores militares, ni mucho menos capacitado para dirigir las Fuerzas Militares en la compleja guerra  contra el narcoterrorismo comunista que ha vivido Colombia durante décadas.

     Mientras tanto Chávez, Correa, las Farc, Colombianos por la Paz, Lula y los demás secuaces siguen empeñados en destruir la institucionalidad colombiana, implementar un gobierno de transición en cabeza de una reconocida estafeta del grupo terrorista, los politiqueros siguen asidos a la consuetudinaria rapiña; la Corte Suprema desconoce de manera flagrante la Constitución que tiene el deber de hacer cumplir; y, Colombia sigue en el atolladero del tercermundismo; cargada de problemas insolubles como la pobreza absoluta, la inseguridad rampante en las ciudades, el desempleo, la apenas aceptable educación, etc, etc.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.conflictocolombiano.com

Analista de asuntos estratégicos.

Reciba gratis noticias, articulos y entrevistas

* indicates required

Maintained and Created by: { lv10 }

LuisVillamarin.com, 2015©