El Ministerio Público pedirá revocar la condena de 30 años contra el coronel (r.) Alfonso Plazas Vega, después que el cabo (r) Édgar Villamizar, considerado el "testigo estrella" por la Fiscal Buitrago y la juez Jara dentro del proceso de los supuestos desaparecidos en el Palacio de Justicia, se presentó a la Procuraduría Gneral de la Nación y afirmó que nunca declaró en el proceso contra el Coronel Plazas, y lo que es mas grave que fue suplantado, ya que ni siquiera coincide con la suya, la firma del torvo testimonio con el que fue condenado el valeroso comandante de la Escuela de Caballería, cuyo pecado igual que el del general Arias Cabrales, fue salvar la república durante las horas acaigas del 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando narcoterroristas del M-19 asaltaron el Palacio de Justicia para hacer un mandado pago por Pablo Escobar.
La escalofriante revelación del suboficial retirado, refrendada por la Procuraduría ratifica algo que han denunciado hasta la saciedad Plazas, Arias Cabrales y otros oficiales y suboficiales caidos en ojeriza por acción de jueces venales: Existe una siniestra intencionalidad de algunos personajes macabros, que han convertido sus cargos en la Fiscalía, los juzgados y hasta los altos tribunales, en los fortines político-ideológicos a favor de los terroristas y los enemigos de Colombia.
Plazas Vega ha dado ejemplo de estocismo, dignidad y coraje. Su esposa e hijos han sido su paradigmático soporte. Igual que el general Uscategui, sin apoyo institucional y sin la solidaridad de la misma sociedad civil a la cual estos oficiales defendieron con las armas, han llevado los aberrantes casos jurídicos a todas las instancias judiciales, los medios de comunicación y la academia.
Por razones de evidentes intereses no muy santos por parte de carteles de abogados dedicados a demandar al Estado, con la presumible venalidad de algunos funcionarios corruptos, que coadyuvan a instruir procesos que condenan a la Nación a pagar exorbitantes sumas de dinero; se podría colegir que Plazas Vega, Arias Cabrales, Uscátegui Ramírez y otros militares han sido condenados, asi como fue condenada Colombia por los hechos sucedidos en Las Delicias y en un inexplicable acto de presumible politización, la Corte Suprema invalidó los contenidos de los computadores de Raúl Reyes.
Se supone que así como jueces y magistrados han sido tan vehementes y leguleyos para justificar las aberraciones jurídicas enunciadas, se espera que el escándalo que acaba de desenmascarar la Procuraduría, sirva para que se caigan los procesos contra Plazas Vega, Arias Cabrales y otros oficiales, y para que las autoridades competentes inicien los procesos penales drásticos contra quienes pudieran haber prevaricado, falseado documentos, cometido fraudes procesales y otros delitos; en este y en todos los sesgados casos contra miembros del Ejército, hoy detenidos bajo acusaciones con testigos falsos o burdas pruebas.
Este hecho podría ser la punta del iceberg para iniciar a desenmascarar las probables relaciones de algunos miembros de la rama judicial, que son militantes de organizaciones al margen de la ley, pero que infiltrados en las estructuras judiciales, pudieran facilitar la legitimación del narcoterrorismo y la desarticulación de las institcuiones militares.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido