Acciones terroristas de las Farc en el Cauca corroboran que dirigencia polìtica ignora el Plan Estratègico de las Farc.

Publicado: 2011-07-11   Clicks: 3957

 

    Análisis del conflicto colombiano

    Desde la emisiòn del Plan Renacer de las Farc, diseñado por Alfonso Cano para reencauzar las acciones polìticas, estratègicas y tàcticas de las Farc, luego de las muertes de Raùl Reyes, Ivàn Rìos y Tirofijo; el grupo terrorista tomò como epicentro de sus acciones ofensivas los municipios del Norte del Cauca; muy cercanos en la geografìa a Pardera y Florida en el Valle y al corazòn geopolìtico del grupo terrorista en los lìmites de los departamentos de Valle, Cauca, Tolima, Huila y los corredores de movilidad hacia el Ocèano Pacìfico, el Eje Cafetero y la frontera colombo-ecuatoriana.

    Pese que los organismos de inteligencia militar hallaron y evaluaron los contenidos del Plan Renacer, que no es nada diferente a un refinamiento coyuntural del Plan Estratègico general de las Farc, ni el gobierno nacional ni sus “estrategas” ministros de defensa, ni el Congreso de la Repùblica, ni la academia ni los medios de comunicación, han entendido que todos los ataques contra la poblaciòn civil y las tropas, perpetrados por las Farc en el suroccidente del paìs, gravitan alrededor de la bùsqueda de legitimaciòn del grupo terrorista.

     Hace tres dècadas el M-19 apostó a una suicida y sui generis guerra revolucionaria en la misma zona, corazòn geopolìtico y geoestratègico del paìs. Las Farc evaluaron esa experiencia fallida de otro grupo terrorista y por ende, reestructuraron sus planes.

    La zona es de suma importancia geopolìtica, debido a que cerca de allì confluyen las tres cordilleras, y, quedan en la mira ciudades como Cali, Popayàn, Neiva, Ibagué, Mocoa, Florencia, Palmira, Buga, Pasto e Ipiales.

Ademàs Cano y algunos de los miembros del Secretariado, desde allì pueden coordinar por medio de mensajeros las actividades de las cuadrillas de los Bloques Sur, Suroccidental, Oriental y el llamado Comando Conjunto Central; mantener relaciones fluidas con los miembros del Partido Comunista “legal” residentes en las àreas urbanas cercanas; articular una extensa red de apoyo logìstico, insertar milicias bolivarians y cèlulas del partido comunista clandestino, y desatar acciones persistentes de guerrillas y terroirsmo para causar la sensaciòn de invencibilidad y capacidad desestabilizadora.

Para suerte de las Farc, el plan les ha resultado parcialmente exitoso, debido al desconocimiento estratègico del presidente Santos y del ministro de Defensa Rivera, sumado a las dificultades que enfrentan las tropas en el terreno mas quebrado e irregular de la topografìa colombiana, donde las Farc y el Partido Comunista,  han incrustado cèlulas polizadas de apoyo, durante mas de cuarenta años.

Y a todos estos males se suman con incidencia negativa, la sensaciòn de zozobra e inseguridad jurìdica que las Cortes, algunos tribunales, jueces y fiscales han generado dentro de las tropas, pues ahora, sus comandantes son muy cautos no solo para no caer en alguna trampa explosiva, sino para evitar que mediante jueces venales, testigos falsos, o montajes aberrantes; un èxito operacional militar que en cualquier parte del mudno serìa motivo de orgullo nacional, los ponga tras rejas o los destituya del cargo.

     Otro error es la concepciòn del problema que tiene el gobierno acerca del manejo estratègico de las Farc. Aunque en los computadores, memorias USB y  otros documentos electrònicos hallados en las guaridas de las Farc, ha quedado claro que las decisiones y manejo del grupo terrorista dependen del Secretariado, y de un habilidoso y preconcebido plan de relevos para quienes caigan presos o muertos, todavìa hay miembros del alto gobierno que creen que cada cabecilla es autònomo en las Farc.

    El resultado: Hay combates contra las cuadrillas de las Farc en diferentes lugares del paìs pero no contra su estrategia integral. Es evidente el divorcio entre la ideal pero inexistente visiòn polìtica de la guerra de la dirigencia polìtica colombiana y el sacrificio de los soldaos en selvas, montañas, pàramos, campos y veredas.

     Por esa misma razòn ha y pobreza estructural en los planes de acciòn cìvico militar, no existe coherencia entre el plan nacional de desarrollo y la necesidad de erradicar la violencia atàvica. La estrategia de seguridad y defensa nacional recientemente presentada por Rivera es un papel intrascendental, los ministerios no tienen planes conjuntos, no hay objetivos nacionales y de repeso, Santos y sus ministros de Defensa e Interior, estàn en campaña presidencial para 2014, inclusive desde antes de posesionarse en los actuales cargos.

     La activaciòn del batallòn de Alta Montaña en Tacueyò es apenas una parte de la soluciòn al problema, pues se requiere que los gobernadores del Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Huila, Tolima y Viejo Caldas, dejen de mirar el problema como un asunto entre el presidente y los bandidos, para que en conjunto formulen interconectados planes integrales de desarrollo socio-economico departamentales y regionales.

Por otra parte, se requiere que el Presidente Santos y los ministros de Hacienda y Defensa dejen a un lado, la vanidad y el egocentrismo politiquero, para resolver el grave problema de ajustes salariales de militares y policìas, obstaculizado por la sinuosa dirigencia polìtica colombiana desde 1992; dignificar el pèsimo servicio de sanidad de las Fuerzas Militares y de Policìa; y buscar normas jurìdicas que en lugar de favorecer el accionar terrorista de las Farc y sus complices, protejan a los miembros de las instituciones armadas, de las canalladas de bandidos infiltrados en diversas instancias judiciales.

Ya es hora que los politiqueros Santos y Rivera, entiendan que la guerra contra el narcoterrorismo comunista, la gana o la pierde el pueblo colombiano, no las Fuerzas Militares, pero ademàs que raciocinen que las tropas no son los comodines de sus desemesuradas ambiciones electoreras, sino la fuerza moral y la seguridad de todos los colombianos.

Tambien es hora que la reserva activa se vuelva a pronunciar en la plaza pùblica, para exigir al gobierno nacional que por primera vez conciba una estrategia integral para combatir al terrorismo.

 La acciòn militar por eficiente que ella sea, no puede contarrestar sola, un embiste integral que contiene elementos polìticos, jurìdicos, econòmicos, geopolìticos, geoestratègicos y de remate, con intereses continentales extremistas de los gobiernos comunistas de Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Cuba; ansiosos por  legitimar a las Farc y sus còmplices, como primer paso para integrar a Colombia al proyecto de los dinosaurios del socialismo del siglo XXI.

Para el efecto y para bien de Colombia, se necesita un ministro de Defensa escogido entre los miembros de la Reserva Activa o un general activo de las Fuerzas Militares. Alguien que entienda el problema, conozca el plan estrategico de las Farc y sus socios, que sepa de estrategia, de geopolìtica, de logìstica y sobre todo, que sea leal con quienes lo defienden en ese cargo. No otro ministro igual al de ahora y sus antecesores de las ultimas dos dècadas.

Coronel Luis Alberto Villamarìn Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratègicos

Obras del Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

 

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