Actual crisis social, política, administrativa y ausencia de liderazgo corroboran necesidad de un movimiento político con base en objetivos nacionales.

Publicado: 2011-08-28   Clicks: 3369

    Sin entrar en especulaciones mesiánicas ni suposiciones demagógicas, las circunstancias que rodean a la actual crisis de liderazgo que afronta Colombia en todos los escenarios de la vida pública y privada del país, requiere la implementación de un movimiento político con objetivos nacionales, estrategias ambiciosas y planes de desarrollo sostenido a largo plazo.

Complot Contra Colombia    Por lo menos eso se desprende de las recientes y egocéntricas declaraciones del presidente de la Corte Suprema de Justicia en entrevista con Yamid Amat. Alli quedó claro, que a los altos magistrados les interesa más la defensa de sus prebendas y colocas personales, que el destino de Colombia.  Su posición acerca de la armonía de los tres poderes públicos apunta solo a las conveniencias de elite con toga y tolda aparte, que en esencia, quieren imponer los ilustres magistrados. No  a la conveniencia de la justicia en Colombia.

    En síntesis, eso ocurre con la justicia en un país donde casi todo juez que desee proyectarse en su carrera profesional, necesita más del padrinazgo de un magistrado que de su propia capacidad; como a menudo pasa en otras instancias del poder, donde la politiquería y la corrupción hacen su agosto.

    Por ejemplo, el pintoresco ramillete de la fauna política  bogotana donde a pesar de sus desastrosas gestiones  Mockus, Peñaloza y Garzón, se adueñaron de la elección de alcalde para la capital.

    Por esa misma razón Vargas Lleras se cree el próximo presidente y Santos politiquea en torno a la reelección. Lo grave es que ninguno de ellos apunta a lo fundamental como diría Álvaro Gómez, ni a un plan coherente y sostenido de desarrollo sociopolítico integral con seguridad interna y defensa nacional fuertes.

    El fenómeno es sui generis En la academia y en la vida normal del pais hay muchas personas alejadas de las contiendas políticas pero dotadas con condiciones personales y profesionales para gobernar a Colombia en los ámbitos nacional, regional y departamental.  Si sus talentos fueran utilizados en bien del país, otro gallo cantaría.

   Entretanto los oficiales, suboficiales, agentes y soldados profesionales de la Fuerza Pública que dedican dos o tres décadas de sus vidas al servicio de la nación, que trasiegan el país rural, que conocen de cerca las necesidades de los colombianos de a pie; llegan al retiro y por falta de organización y de liderazgo visionario, se llevan para sus casas y luego para la tumba los conocimientos y experiencias, lo cual favorece a los politiqueros que siguen atornillados al poder sin verdadera oposición.

    Hasta la fecha la nación ha perdido ese caudal de experiencias, necesarias para sacar el país del atolladero propio de la mediocridad al que lo han llevado los Lleras, los López, los Turbay, los Samper, los Gómez, los Galán, los Gaviria, los Pastrana, los Peñalosa, los comunistas, los narcotraficantes y en general todos los corruptos y politiqueros incluidos algunos de apellidos rimbombantes, a los que las Fuerzas Armadas, por lealtad con la Constitución y con Colombia, han defendido y sostenido en sus inmerecidos cargos.

    El momento es crucial y abre una gama de posibilidades ilimitadas para quienes deseen construir una nueva Colombia, sin terrorismo comunista, sin corruptos, sin politiqueros tradicionales, sin delincuentes de cuello blanco. Es propicio para que patriotas con devocion por el destino del paìs, académicos centrados, militares y policías retirados, líderes comunales ajenos a la rapiña politiquera y jóvenes universitarios con vocación de servicio a la sociedad, integren una nueva corriente política fundamentada en objetivos nacionales, y planes estratégicos definidos.

    Urgen obras de infraestructura de alta calidad y eficiencia. No trochitas con pavimento de mala categoría edificadas como monumentos a la corrupción. No Transmilenios que enriquecen a unos pocos y desangran las finanzas de los bogotanos y los demas usuarios en otras ciudades; no aeropuertos de “medio pelo”, ni puertos marítimos o fluviales insuficientes.

   Si Roma alcanzó su esplendor a partir de la extensa construccion de caminos;  y por su parte, con autopistas y ferrocarriles, Estados Unidos transformó la economía de mercado y su proyección integral en el planeta, al par con alta activacion del consumo interno; es obvio deducir, que ese sería un gran paso para abrir nuevas posibilidades de beneficio social, económico y político a los colombianos.

     Pero claro, al mismo tiempo y de manera continuada el Estado debe invertir más en educación cualificada, investigación científica, salud, seguridad social, vivienda y bienestar de los colombianos, sin descuidar un segundo, el fortalecimiento de la defensa nacional, pues aunque Chavez tiene cáncer, por su parte, Correa, Lula, Dilma y los demás socios de las Farc siguen empeñados en meter el comunismo paquidérmico al país; y los corruptos y politiqueros de siempre, siguen obstinados en aferrarse al poder, del que tantas prebendas han obtenido y ademàs, consideran como un juguete propio heredado.

    Desde esta columna instamos a los colombianos patriotas ajenos a la politiquería, a los militares y policías de la reserva activa, a los familiares de los miembros de las instituciones armadas, a los educadores, a las amas de casa, a los estudiantes universitarios, a todos los colombianos honestos que somos la mayoria, para que demos un giro radical a las pésimas costumbres políticas colombianas (incluida la esteril convivencia con la subversión terrorista crónica que hace parte de esa fauna salvaje desgarradora);  para que entre todos formemos un movimiento político suprapartidista denominado Colombia Unida, destinado a cambiar para bien el destino nacional.

    No mas politiqueros corruptos que se creen dueños de la presidencia, el Congreso, los ministerios, las embajadas, las gobernaciones y las alcaldias; no mas roscas acomodadas en los altos tribunales, no más corruptos en los cargos públicos, no mas narcoterrorismo comunista, no mas silencio cómplice e indiferencia de los colombianos que queremos un país digno para nuestros sucesores. Pensemos en grande y actuemos en consecuencia. Colombia debe ser el modelo de desarrollo para todo Latinoamérica.

Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

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