Terrorista holandesa en mesa de Oslo ratifica cadena de tretas de las Farc y falta de plan estratégico del gobierno colombiano

Publicado: 2012-10-15   Clicks: 3132

 

     Análisis del conflicto colombiano

   Los hechos son irrefutables. Desde hace tres décadas las Farc, el Partido Comunista y los “movimientos sociales y políticos” con coincidencia programática con los narcoterroristas, han sido abanderados de la paz.

     Pero no de cualquier forma de paz, ni de la que desean todos los colombianos, es decir, sin terroristas ni la zozobra de grupos armados ilegales; sino la paz de Chávez, de Correa, de Dilma, de Fidel, de Teodora y de todos los socios de Timochenko, quienes que la interpretan como el eventual y único gobierno de los comunistas armados y desarmados, adscritos al socialismo del siglo XXI, en consecuencia con el pleno extraordinario del Partido Comunista de 1991 y el Movimiento Bolivariano de Alfonso Cano.

     En ese orden de ideas, Telesur se encargó de revelar el secreto a voces de las conversaciones de paz, una vez más  manipuladas por las Farc y sus cómplices, apadrinadas por Chávez y Fidel y previstas para dilatar, engañar, mentir, buscar el reconocimiento internacional del grupo terrorista como movimiento político y el obvio fortalecimiento del “movimiento político independiente de izquierda” recientemente lanzado como supuesta representación popular, pero que en el fondo es una amalgama de marionetas de las Farc y su brazo político.

    A la habilidosa maniobra estratégica de comprometer al gobierno colombiano a negociar con un grupo terrorista debilitado en el campo armado, pero con padrinos en la arena política internacional, las Farc le han sumado una ingente actividad táctico-propagandística con ruedas de prensa alcahueteadas por la dictadura cubana, petición de tener a Trinidad en la mesa, promesas calculadas, dilatación de los nombres de los terroristas que se sentarán a manipular a su antojo las conversaciones, promoción de actividades de protesta en todo el país, y la venta permanente de la idea que Colombia requiere paz perdonando todos los delitos y atrocidades de las Farc, que además dejarían las armas solo después de que el gobierno colombiano ceda a todas sus pretensiones, es decir nunca.

     La mas reciente audacia fariana es la propuesta de llevar a la terrorista holandesa Tanja Niemeijer como asesora de los terroristas en Oslo y La Habana. El embuchado en este asunto es grande, pues esta delincuente no es colombiana pero si europea, donde con argucias de Chávez y Fidel se montó el primer tinglado para pasear como toreros experimentados a los impreparados negociadores oficiales, que además llegan sin plan estratégico y sin agenda coherente, con la única idea de respaldar un embeleco populista del presidente y un marco legal para la paz, aprobado por un vergonzoso congreso de la república, que días antes había aprobado la mas espúrea de todas las reformas a la justicia colombiana a lo largo de su historia.

     La presencia de Tanja en Europa fue prevista por Chávez, Fidel, Timochenco y Márquez para hacer un espectáculo mediático internacional incalculable a favor de las Farc, demostrar que no son terroristas al extremo que una políglota holandesa se unió a ellos, “conmovida por las injusticias”, además de ser una “combatiente heroica que sobrevivió a dos bombardeos en los que primero se salvó Lozada y luego cayó Jojoy”, etc, etc.

     Lo grave del asunto, no es que las Farc jueguen este tipo de ases político-estratégicos en su intento de conseguir reconocimiento político nacional e internacional, lograr embajadas en Caracas, Quito, La Habana y Managua a la par con la legitimación de su movimiento político para el cual exigen todas las garantías; sino que el Estado colombiano no tenga estructurada una estrategia conjunta, para ganar las partidas de este ajedrez que hace rato iniciaron.

      Es inaceptable que en su afán de aparecer ante los medios de comunicación como la representación legal de todos los colombianos, con el cuento que solo cree Santos que las Farc legan a la mesa porque están debilitadas y no porque hace parte de su estartegia, el gobierno nacional  se haya limitado a asumir como sus antecesores posiciones de complejo de inferioridad, permitir las baladronadas publicitarias de Chávez y las Farc, tolerar la existencia de un movimiento político afín a las Farc, y creer que en un breve lapso va a concretar un acuerdo de terminación de la guerra con base en una imprecisa agenda de cinco puntos, pese a que descaradamente las Farc exigen la presencia de miles de personas en Cuba costeada por el fisco colombiano, en mesas paralelas de comités temáticos, sin que esto se haya limitado desde el principio.

     La encerrona está montada. El horizonte inmediato muestra a unos negociadores sin preparación ni coherencia y a las Farc estructuradas en sus objetivos, con base en un plan estratégico apadrinado por Cuba y Venezuela, con la venia estulta de los demás que están llegando como convidados de piedra.

     No se ve por ningún lado la exigencia de reparación a las víctimas del narcoterrorismo comunista, ni la responsabilidad penal y política del Partido Comunista gestor y guía ideológica de las Farc, ni las responsabilidades penales de los cabecillas de las Farc por los miles de crímenes cometidos contra sus propios criminales o contra la población civil que no los acepta, ni la inmersión de las cuadrillas de las Farc en el narcotráfico, ni el desenmascaramiento de los personajes públicos en Colombia, que ante la prensa osan de pacifistas pero que en realidad militan en el Partido Comunista Clandestino de las Farc, en el Movimiento Bolivariano de las Farc, o en las Milicias Bolivarianas de las Farc.

    Mucho menos ha sido claro el gobierno acerca de que va a pasar con las Fuerzas Militares, pues dada la sinuosidad y laxitud consuetudinaria de la dirigencia política colombiana, a la hora de asumir responsabilidades penales o políticas, todos los altos gobernantes de Colombia sin excepción, se han lavado las manos y han trasladado la responsabilidad a las tropas.

     Ejemplos abundan por montón: fuga de la cárcel La Catedral de Escobar, recuperación del Palacio de Justicia, crímenes de la UP, ejecuciones extrajudiciales, nexos con los mal llamados paramilitares, etc, etc. En todos los casos, los dirigentes políticos han sacado el cuerpo a su total responsabilidad y la han traspasado a los militares… Por eso estamos como estamos.

     Hoy las Farc acaban de meter un golazo con la propuesta de llevar la terrorista holandesa a legitimar su existencia ante el viejo continente, mientras el gobierno Santos solo atina al egocentrismo triple de reelección, Premio Nobel de Paz o Secretaria de la ONU para Santos, o por lo menos dos de las tres.

     La diferencia es básica y elemental: Las Farc tienen estrategia construida desde hace varios años, por un equipo conjunto y utilizan la propaganda para ganancia colectiva. El Estado colombiano carece de coherente linea de conducta  político-estratégica, va detrás de las propuestas de las Farc y utiliza la propaganda para exaltar la imagen del presidente de turno, en este caso con obsesiva reiteración por la desmesurada proyección vanidosa de Juan Manuel Santos.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

 

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